Lima, 6 may (PL) El padre y un hermano del expresidente peruano Ollanta Humala ratificaron hoy severas diferenias políticas con él, pero negaron que sea culpable de la detención y tortura de dos civiles, cuando era oficial del ejército.
Tanto el padre, Isaac Humala; como el hermano, Ulises, duramente críticos de lo que consideran traición política de Ollanta, por haber incumplido como presidente sus promesas de transformación, pero no es un criminal, declararon tras el anuncio del ministerio público de la reapertura del llamado caso Madre Mía.
Tal es el nombre de la base contrainsurgente de la región central de Huánuco que comandó Humala cuando era capitán durante seis meses en 1992 y donde según sus acusadores ordenó la captura, tortura y muerte de dos civiles.
'Para mí, el no es un asesino, de ninguna manera', dijo Isaac Humala, si bien insistió en criticar su gestión inconsecuente como gobernante y señaló que la acusación surgió en 2006, orquestada por la embajada de Estados Unidos, cuando era candidato presidencial y se le consideraba una amenaza para el sistema y los intereses de Washington.
A raíz de esas acusaciones, Humala fue investigado y procesado judicialmente, pero el caso se archivó porque un testigo clave de la acusación, hermano de una de las víctimas, se retractó de su declaración inicial incriminatoria.
El testigo dijo a la prensa en días pasados que cambió su testimonio por dinero pagado por allegados a Humala, al ser requerido por reporteros a raíz de la difusión de grabaciones obtenidas en 2010 y 2011 por escucha telefónica a Humala y su entorno y extrañamente mantenidas en secreto desde entonces.
'Políticamente mi hermano es un traidor, pero sé quien es y no me lo imagino dando muerte a nadie si no es en combate', dijo por su parte Ulises Humala.
El Ministerio Público no reabrió exactamente el proceso a Humala, lo que debe ser materia de un procedimiento específico que requiere verificar que hubo una prueba fraudulenta, pero a raíz de un reportaje que mostró testimonios sobre violaciones de derechos humanos en Madre Mía, abrió una investigación contra quienes sean responsables.
Isaac Humala argumentó a favor del expresidente que cuando este fue jefe de la base, la fase de la represión al grupo armado Sendero Luminoso ya había pasado y este había sido erradicado de la zona, por lo que no había siquiera un oficial de inteligencia, que en todas las bases era el encargado de identificar a sospechosos para apresarlos.
Consideró que Humala, por su fracaso como gobernante y su aislamiento político, no podrá evitar las nuevas pesquisas, y que estas pueden ser una oportunidad de que los hechos se esclarezcan plenamente.
La reapertura del proceso es reclamada por organizaciones de derechos humanos, medios de prensa y fuerzas políticas progresistas.
mgt/mrs
Tal es el nombre de la base contrainsurgente de la región central de Huánuco que comandó Humala cuando era capitán durante seis meses en 1992 y donde según sus acusadores ordenó la captura, tortura y muerte de dos civiles.
'Para mí, el no es un asesino, de ninguna manera', dijo Isaac Humala, si bien insistió en criticar su gestión inconsecuente como gobernante y señaló que la acusación surgió en 2006, orquestada por la embajada de Estados Unidos, cuando era candidato presidencial y se le consideraba una amenaza para el sistema y los intereses de Washington.
A raíz de esas acusaciones, Humala fue investigado y procesado judicialmente, pero el caso se archivó porque un testigo clave de la acusación, hermano de una de las víctimas, se retractó de su declaración inicial incriminatoria.
El testigo dijo a la prensa en días pasados que cambió su testimonio por dinero pagado por allegados a Humala, al ser requerido por reporteros a raíz de la difusión de grabaciones obtenidas en 2010 y 2011 por escucha telefónica a Humala y su entorno y extrañamente mantenidas en secreto desde entonces.
'Políticamente mi hermano es un traidor, pero sé quien es y no me lo imagino dando muerte a nadie si no es en combate', dijo por su parte Ulises Humala.
El Ministerio Público no reabrió exactamente el proceso a Humala, lo que debe ser materia de un procedimiento específico que requiere verificar que hubo una prueba fraudulenta, pero a raíz de un reportaje que mostró testimonios sobre violaciones de derechos humanos en Madre Mía, abrió una investigación contra quienes sean responsables.
Isaac Humala argumentó a favor del expresidente que cuando este fue jefe de la base, la fase de la represión al grupo armado Sendero Luminoso ya había pasado y este había sido erradicado de la zona, por lo que no había siquiera un oficial de inteligencia, que en todas las bases era el encargado de identificar a sospechosos para apresarlos.
Consideró que Humala, por su fracaso como gobernante y su aislamiento político, no podrá evitar las nuevas pesquisas, y que estas pueden ser una oportunidad de que los hechos se esclarezcan plenamente.
La reapertura del proceso es reclamada por organizaciones de derechos humanos, medios de prensa y fuerzas políticas progresistas.
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