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21 junio 2017

¿Qué se ha dicho en Cuba sobre la esperada ley de prensa?


IPS

El tema se debate desde diferentes ángulos, pero nadie arriesga fechas para el nacimiento de esta legislación

Sea de prensa, de medios o de comunicación, la ausencia de una legislación cubana sobre el ejercicio periodístico en el país sigue privando al gremio de los mecanismos necesarios para enfrentar el deficitario acceso a las fuentes, el tratamiento de temas y la emergencia de nuevas organizaciones y actores mediáticos.

En su artículo 53, la Constitución de la República reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa “conforme a los fines de la sociedad socialista”.

A continuación indica que los medios de difusión masiva –prensa escrita, radio, televisión, cine u otros–, son de propiedad estatal o social y no pueden ser objeto, en ningún caso, de propiedad privada “lo que asegura su uso al servicio exclusivo del pueblo trabajador y del interés de la sociedad”.

“La ley regula el ejercicio de estas libertades”, concluye ese artículo de la Constitución aprobada en 1976, en referencia a un cuerpo legal que aún no ve la luz.

El 14 de marzo pasado, al anunciar su X Congreso proyectado para julio de 2018, la estatal Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) evitó referirse al asunto de manera directa.

No obstante, la convocatoria reconoció como “urgente”, la “tarea de cambiar el modelo de prensa para responder a reclamos históricos de los profesionales y de la sociedad y, a la vez, dar respuesta a los profundos cambios culturales y tecnológicos que vive hoy la comunicación en la era de Internet y las plataformas sociales”.

En marzo de 2016, durante una visita a Camagüey, ciudad distante 533 kilómetros de La Habana, el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel aseguró que “Cuba está a punto de aprobar una política de comunicación que permitirá una gestión diferente de los medios”.

En febrero, durante el II Encuentro de Jóvenes Periodistas, convocado por la UPEC, el propio Díaz-Canel sostuvo que existe voluntad política por parte del Estado cubano para transformar el sistema de prensa nacional.

La redacción IPS Cuba resume algunas opiniones al respecto de periodistas, comunicadores, intelectuales, investigadores, juristas, sociólogos, blogueros e internautas en general, expresados en redes sociales y artículos de prensa.

Eduardo Pérez (licenciado en Comunicación Social): Existen algunos lineamientos por un lado y por el otro, artículos que fueron incluidos en las constituciones de 1940 y de 1976, que le dan de alguna manera una estructura normativa al tema de la prensa. Hay una investigación de (el periodista y exdecano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana) Julio García Luis, que se publicó luego en formato de libro, que se llama “Revolución. Socialismo. Periodismo: La prensa y los periodistas cubanos ante el siglo XXI”, donde presenta algunos de los asuntos que en materia de prensa hay que atender en Cuba.

Raudiel F. Peña Barrios (Jurista e investigador): La ausencia de un marco legal sobre este tema influye en qué se censura y qué no. Sencillamente cuando no hay reglas del juego preestablecidas y de público conocimiento, se está a merced de que los censores hagan las reglas y además las interpreten de acuerdo a sus criterios o los de sus superiores; criterios que incluso la historia ha demostrado son moldeables según las circunstancias.

Rosa Miriam Elizalde (periodista): El proyecto de un estatuto para la comunicación lleva años en planes, salen normativas y resoluciones del buró político del Partido Comunista de Cuba (PCC), pero carecemos aún de una legislación en la cual se valore la unión de medios, contenidos e infraestructura (…) Cualquier política debe refrendar el espacio de la comunicación como un lugar para la participación ciudadana, donde converjan todos los actores de la sociedad.

Rachel D. Rojas (periodista): Lejos de pensar la ley como medida que cohibiese el pleno ejercicio de la prensa, es ya evidente que su ausencia debilita la independencia del ejercicio periodístico (…) A nadie pasa por alto las deficiencias del sistema cubano de prensa hoy, precisamente por eso la construcción de un modelo, de una política, de una ley, no debería efectuarse de espaldas a la mayoría del gremio profesional al que le incumbe.

Fernando Ravsberg (periodista): Una ley de prensa mínimamente seria debe definir claramente la relación entre los periodistas, los medios, la sociedad y los poderes del Estado. Los derechos y deberes de cada uno de estos actores para garantizar la libertad de prensa que reconoce la Constitución (…) El sigilo despierta la sospecha de algunos colegas cubanos. No son pocos los que temen que pretendan utilizar esta ley para extender el control del Departamento Ideológico al ciberespacio, a las redes, a los blogs y a los medios “alternativos”.

Heidy Martínez Armas (estudiante de Periodismo): La ley de Prensa a mi entender avalaría a los periodistas para tener independencia entre el periodismo y la política (…) ¿Por qué no pueden existir medios que no tengan que subordinarse al PCC? Si la prensa es el cuarto poder, ¿cuál es el poder real que tiene? Espero que si un día se aprueba la ley de Prensa, los medios tengan realmente el poder que deberían.

Manuel Alberto Ramy (periodista): A mi juicio lo que se impone es el ordenamiento legal de los medios, TODOS, para que la diversidad existente pueda discurrir dentro de una legalidad consensuada entre TODOS (…) nuestras autoridades deben pasar de la apetencia por controlar a la experiencia necesaria de regular, conceptos cualitativamente diferentes.

Graziela Pogolotti (intelectual): La elaboración de una Ley de Prensa establecerá, con regulaciones de obligatorio cumplimiento, el compromiso institucional de ofrecer a los periodistas información rápida y pertinente. Corresponderá a los encargados de cubrir el área específica, poseer oficio, entrenamiento como investigadores, corroborar la veracidad de los datos y las repercusiones de las medidas.

Adrián Jesús Cabrera (estudiante de Derecho): me doy cuenta de que fehacientemente no se han dado fundamentos serios de por qué hace falta una Ley de Comunicación. El primer argumento es que la prensa en Cuba no es multifuncional. ¿Una Ley de Prensa va a resolver que la prensa en Cuba vaya a ser multifuncional?

Elaine Díaz (periodista): No creo que las leyes de prensa respondan a las necesidades del ejercicio periodístico en las condiciones info-comunicacionales actuales (…) sí me parece imprescindible una Ley de Transparencia y de Acceso a la Información Pública (porque) devuelven el poder del acceso a la información a la ciudadanía, y al periodista en tanto actor ciudadano. Cuando me imagino un marco regulatorio del ejercicio del periodismo en Cuba, no me lo imagino en torno al Periodismo en sí mismo, sino en torno al derecho a la información. Lo otro sería crear un instrumento legal que beneficiaría a un gremio y seguiría dejando al ciudadano, en sentido general, desfavorecido.

Miriam Rodríguez Betancourt (periodista): Una Ley de Prensa bien hecha, receptora del consenso de todos los factores, discutida democráticamente entre todos, garantizaría a los periodistas y directivos el alcance de sus fueros profesionales y protegería a personas naturales y jurídicas de eventuales distorsiones mediáticas (…) una ley cuyo primer postulado debería y tendría que ser la declaración de que la información es uno de los derechos humanos. Y el segundo, el reconocimiento explícito de la especificidad del Periodismo y la asunción de las responsabilidades de todo tipo que conlleva su ejercicio profesional.

Yuris Nórido (periodista): La ley debería definir competencias, responsabilidades, derechos y deberes de los periodistas y la prensa. Una refrendación de su rol eminentemente público. Concretar regulaciones sobre su relación con el entramado político, gubernamental y las organizaciones no gubernamentales. Concreción de mecanismos públicos de financiamiento del ejercicio de la prensa. Garantías de respeto irrestricto al derecho a informarse e informar. Compromiso del periodismo con la defensa de los valores y la soberanía nacional…

Darío Machado (investigador): La sociedad cubana mantiene la oportunidad de desarrollar un modelo de comunicación social amplio, flexible, participativo y socialmente responsable en el que quepan formas no estatales de gestión de los medios de comunicación, junto a los medios gestionados estatalmente, pero unos y otros dentro de la ley.

Mónica Baró (periodista): Al final, lo que nos ha pasado es que, intentando evitar el surgimiento de monopolios mediáticos como los que existen en muchos países capitalistas, hemos acabado monopolizando los medios de otra manera: mediante la estatalización (…) debemos esclarecer para qué queremos el periodismo, por qué nos importa el periodismo y (por qué) lo necesitamos.

Maykel González Vivero (periodista): Sin marco legal, sin normas claras, la verticalidad del modelo vigente seguirá absorbiendo la vitalidad del periodismo que podríamos tener en Cuba. La gestión de la prensa debe tender a la gestión autónoma de los profesionales y a la prohibición de la censura.

Julio Batista Rodríguez (periodista): La ley de prensa debería recoger las inquietudes de muchos periodistas como la delimitación entre los medios oficiales y los públicos, el papel de las fuentes informativas alternativas, la autonomía de la prensa, el acceso ciudadano a la información, entre otros.

Aylin Torres (socióloga): Se necesita la ley de prensa por ausencias, omisiones, imprecisiones y ambigüedades en el funcionamiento de los medios, por lo que encarnan de arbitrariedad y privilegio en su uso por parte de grupos de poder particulares (…) no es una medida represiva contra la libertad de prensa; por el contrario, su ausencia asegura la impunidad de la arbitrariedad y expulsa de lo jurídico el campo de la comunicación pública y del acceso a la información como derechos ciudadanos.

Harold Cárdenas (bloguero): Existe mucha gente con talento y ganas que podrían darle un vuelco positivo al periodismo cubano si tuvieran la posibilidad, pero primero hay que tener conciencia del problema y disposición para cambiar una relación de subordinación que de seguro es cómoda, pero dañina. Nuestros periodistas merecen más confianza y autonomía.

Rafael Gordo Núñez (periodista): Si finalmente interesa favorecer el acceso de la gente a la información, el desafío mayor para la prensa cubana, para la de dentro y la de fuera, para la independiente y la alternativa, o para la que aparezca, ha de ser recuperar la confianza de la gente, ganar credibilidad. O un sueño muy sencillito: hacer periodismo, sin más. 






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