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11 agosto 2017

El 2017 según Fidel




Por Sergio Alejandro Gómez/ Resumen Latinoamericano/10 agosto 2017

Fidel nos deja sobre todo una guía de pensamiento, una forma de
entender el mundo a través de sus ideas, que no perderá vigencia
jamás. Como los filósofos siguen leyendo a Aristóteles, los
revolucionarios de hoy y mañana irán en busca del guerrillero de la
Sierra Maestra

Este es el primer año sin Fidel. Al menos el primero ciclo de 365 días
que cerrará sin la presencia física del líder histórico de la
Revolución, sin la posibilidad de un nuevo consejo o alerta, como
aquella que hizo en el 7mo. Congreso del Partido sobre el sobrehumano
esfuerzo que implica gobernar cualquier pueblo en tiempos de crisis.

Pero Fidel nos deja sobre todo una guía de pensamiento, una forma de
entender el mundo a través de sus ideas, que no perderá vigencia
jamás. Como los filósofos siguen leyendo a Aristóteles, los
revolucionarios de hoy y mañana irán en busca del guerrillero de la
Sierra Maestra, del estadista que puso en el mapa político a un
pequeño archipiélago del Caribe.

Dispersas entre miles de discursos, artículos, reflexiones y
entrevistas, hay respuestas a algunas preguntas que nos hacemos este
2017. Hay también interrogantes que siguen pendientes en una sociedad
que prefiere la ignorancia: ¿Cómo se alimentarán millones de personas
sin acceso al agua o recursos naturales básicos? ¿Qué hacer para
cerrar la brecha cada vez más amplia entre las naciones desarrolladas
y las pobres? ¿Quién pagará la cuenta del deterioro ambiental? ¿Para
qué servirán las armas nucleares en un mundo atacado por la pobreza y
el hambre?

Granma comparte con sus lectores un recorrido por algunos de los temas
que marcan la actualidad global a través de las reflexiones e ideas
del Comandante en Jefe:

LAS AMENAZAS DEL MILITARISMO

Fidel es un símbolo de la lucha revolucionaria. Pero siempre llamó a
calibrar el «momento histórico» y respetar las condiciones de cada
país. Si el uso de las armas, bajo estrictos principios éticos y en
contra de la opresión, estaba justificado en el pensamiento de Fidel,
el militarismo y las amenazas a la paz mundial de las grandes
potencias se convirtieron en una perenne fuente de preocupaciones.

Fidel sorteó amenazas de todo calibre durante más de medio siglo de
enfrentamiento con la mayor potencia militar de la historia, ubicada a
solo 90 millas de nuestras costas. Su experiencia en este terreno
llegó a ser inconmensurable.

En su último discurso público durante el 7mo. Congreso del Partido
Comunista de Cuba, efectuado el año pasado, abordó ese tema: «Quizás,
sin embargo, el peligro mayor que hoy se cierne sobre la tierra deriva
del poder destructivo del armamento moderno que podría socavar la paz
del planeta y hacer imposible la vida humana sobre la superficie
terrestre».

Como estadista de talla universal, Fidel explicó a los cubanos el
origen y las consecuencias de decenas de conflictos armados o sociales
que se sucedieron en el mundo en las últimas décadas.

La inestabilidad en la península coreana, que por estos días vuelve a
ocupar los titulares de prensa, fue abordada por él en una reflexión
de abril del 2013 titulada «El deber de evitar una guerra en Corea»

Criticó entonces «la gravedad de un hecho tan increíble y absurdo como
es la situación creada en la península de Corea, en un área geográfica
donde se agrupan casi 5 mil de los 7 mil millones de personas que en
este momento habitan el planeta».

«Se trata de uno de los más graves riesgos de guerra nuclear después
de la Crisis de Octubre en 1962 en torno a Cuba, hace 50 años. En la
península coreana el General Douglas MacArthur quiso emplear las armas
atómicas contra la República Popular Democrática de Corea. Ni siquiera
Harry Truman se lo permitió», añadió.

«Según se afirma, la República Popular China perdió un millón de
valientes soldados para impedir que un ejército enemigo se instalara
en la frontera de ese país con su Patria. La URSS, por su parte,
suministró armas, apoyo aéreo, ayuda tecnológica y económica.

«Si allí estalla una guerra, los pueblos de ambas partes de la
Península serán terriblemente sacrificados, sin beneficio para ninguno
de ellos. La República Popular Democrática de Corea siempre fue
amistosa con Cuba, como Cuba lo ha sido siempre y lo seguirá siendo
con ella».

Sobre Siria, otro conflicto que se extiende por más de un quinquenio a
causa de la intervención de las potencias occidentales en apoyo a los
grupos armados, el líder histórico de la Revolución avizoró la
capacidad de resistencia de ese pueblo árabe.

«No se trata simplemente de que los cohetes cruceros apunten hacia
objetivos militares de Siria, sino que ese valiente país árabe,
situado en el corazón de más de mil millones de musulmanes, cuyo
espíritu de lucha es proverbial, ha declarado que resistirá hasta el
último aliento cualquier ataque a su país», dijo en la reflexión «La
mentira tarifada» de agosto del 2013.

«Todos conocen que Bashar al Assad no era político. Estudió medicina.
Se graduó en 1988 y se especializó en oftalmología. Asumió un papel
político al morir su padre Hafez al Assad en el año 2000 y tras la
muerte accidental de un hermano antes de asumir aquella tarea», dijo
sobre el líder sirio que ha resistido todos los embates de occidente.

Fidel siempre defendió una mejoría en las relaciones entre Estados
Unidos y Cuba sobre bases de respeto a la soberanía de nuestro país.
Foto: Archivo
LAS RELACIONES ENTRE CUBA Y ESTADOS UNIDOS
«¿Fue Fidel Castro un obstáculo para la normalización de las
relaciones entre Estados Unidos y Cuba?», se preguntaba en un artículo
reciente el investigador e historiador cubano Elier Ramírez Cañedo. La
pregunta tiene mucho que ver con el mito promovido desde la
intelectualidad de derecha para achacar a Cuba la permanencia del
bloqueo.

Su respuesta es categórica: no. Cita en su texto un reciente libro del
expresidente Carlos Salinas de Gortari que revela el papel del
mexicano y Gabriel García Márquez como mediadores entre el presidente
estadounidense Bill Clinton y el líder cubano.

El libro publica una carta –inédita hasta ahora- dirigida por Fidel a
Salinas el día 22 de septiembre de 1994.

La mediación de Salinas y el Gabo dio el fruto esperado, porque logró
que ambos países se sentaran a negociar una solución a la crisis
migratoria de 1994 y se firmara un acuerdo. Fidel dejó claro que era
necesario establecer un nexo, mediante futuras negociaciones, para
resolver otros temas de las relaciones entre los Estados Unidos y
Cuba, que constituían las causas verdaderas de las crisis migratorias
entre ambos países.

En el transcurso de esos meses y los siguientes, el compromiso verbal
de Clinton de debatir con Cuba otros temas jamás se materializó.

Sin embargo, como se demuestra en esta carta, el líder de la
Revolución Cubana mantuvo su voluntad histórica a favor de la
negociación y el diálogo con los Estados Unidos y, de ser posible,
avanzar hacia la normalización de las relaciones entre ambos países,
sobre la base del más irrestricto respecto a la soberanía de la Isla.

«La normalización de las relaciones entre ambos países es la única
alternativa; un bloqueo naval no resolvería nada, una bomba atómica,
para hablar en lenguaje figurado, tampoco. Hacer estallar a nuestro
país, como se ha pretendido y todavía se pretende, no beneficiaría en
nada los intereses de Estados Unidos. Lo haría ingobernable por cien
años y la lucha no terminaría nunca. Solo la Revolución puede hacer
viable la marcha y el futuro de este país», señala Fidel en su misiva
a Gortari.

El pasado 16 de junio, el nuevo presidente de los Estados Unidos,
Donald Trump, anunció un cambio de política hacia Cuba y medidas que
refuerzan el bloqueo. Así, el mandatario se alineó con los intereses
de una minoría anticubana de la Florida y se desmarcó de la línea
abierta por su predecesor demócrata de buscar una mejoría de las
relaciones entre los dos países.

Medio siglo antes, el 3 de enero de 1961, el gobierno de Dwight
Eisenhower rompía relaciones con la isla y daba paso a las medidas que
desembocarían en el bloqueo total a Cuba, que se mantiene hasta hoy.

El 20 de enero de 1961, frente una multitud de milicianos que
regresaba de las trincheras para reunirse en la Plaza de la
Revolución, Fidel abordaba el futuro de los nexos con el vecino del
norte.

«El Presidente que acaba de tomar posesión, refiere Fidel sobre John
F. Kennedy, hablaba de empezar de nuevo. Bien. Nosotros por nuestra
parte decimos también: vamos a empezar de nuevo. Nuestra actitud será
de espera, de espera por los hechos, porque los hechos siempre son más
elocuentes que las palabras. Nuestra actitud no será una actitud de
resentimiento. Nuestra actitud no es, ni será nunca, una actitud de
temor; nosotros no tememos absolutamente nada. Nuestra actitud no
será nunca una actitud interesada; ¡nosotros del imperialismo nunca
interesaremos absolutamente nada! Nuestra actitud será la actitud de
todos los demás gobiernos y pueblos del mundo: una actitud de espera
por los hechos; de nosotros no partirán ataques gratuitos, de nosotros
no partirán, gratuitamente, actos hostiles».

«Nosotros no esperamos de Washington ningún favor ni ninguna ayuda
económica, continuó, Nosotros sabemos y hemos aprendido que cualquier
empresa que nos propongamos, la podemos realizar; nosotros sabemos que
para nuestro pueblo no hay nada imposible; nosotros sabemos que
nuestro pueblo es capaz de las más extraordinarias metas; nosotros
confiamos, pues, en nosotros, y nosotros lo esperamos todo de
nosotros».

En marzo del 2016, tras la visita del presidente Barack Obama a Cuba,
Fidel utilizaba prácticamente las mismas palabras en su artículo «El
hermano Obama»:

«Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado
país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual
que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la
cultura.

«Advierto además que somos capaces de producir los alimentos y las
riquezas materiales que necesitamos con el esfuerzo y la inteligencia
de nuestro pueblo. No necesitamos que el imperio nos regale nada.

«Nuestros esfuerzos serán legales y pacíficos, porque es nuestro
compromiso con la paz y la fraternidad de todos los seres humanos que
vivimos en este planeta».

LOS MUROS Y LAS MIGRACIONES

«Yo no creo que es un ejemplo mundial —que no es un ejemplo bueno, en
mi opinión— que se esté construyendo un muro entre Latinoamérica y
Estados Unidos, allí en la frontera de México, donde los mexicanos
tratan de pasar de una parte de su territorio a la parte del
territorio que les quitaron hace ciento y tantos años, en aquella
famosa guerra, que sabemos que fue una guerra de expansión».

Esta afirmación de Fidel no es sobre el proyecto de Trump de levantar
un nuevo muro en la frontera sur de los Estados Unidos, sino que se
remonta 20 años atrás a un discurso pronunciado en el acto de
solidaridad de la IV Caravana de Amistad Estados Unidos-Cuba,
efectuado en el teatro del Centro de Ingeniería Genética y
Biotecnología, el 19 de septiembre de 1996.

«El muro que quieren construir es trescientas veces más grande,
realmente, que el de Berlín y más sofisticado, y todos los días muere
gente allí tratando de pasar ese muro.

«Cada día hay más medios y más técnicas en ese muro, mientras la
pobreza, el desempleo y la miseria crecen en todo el resto de América
Latina. Son esas situaciones las que impulsan la emigración; se
convierten en migraciones económicas, son gente que no tiene forma de
resolver los problemas y emigran», concluyó Fidel.

fuente: Granma


http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/08/12/cuba-el-2017-segun-fidel/


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