Entrevista a Eric Calcagno, exsenador y exembajador argentino en Francia
Exsenador y exembajador argentino en Francia, Eric Calcagno impacta al advertir que necesariamente el régimen de Milei tiene una deriva bélica. “Nada más novedoso que los clásicos, y como ellos reconocen, si no hay legitimidad de ejercicio hay derecho a la resistencia” sostiene el intelectual.
Miembro de una familia de destacados eruditos, su abuelo fue rector de la Universidad Nacional de La Plata, su padre, fallecido este enero a los 99 años, un reconocido investigador de CEPAL entre otras instituciones multilaterales, el ex diputado y dirigente peronista Eric Calcagno dejó definiciones alarmantes que merecen ser analizadas.
Entrevistado en el programa radial Temprano para Imposibles reiteró su advertencia de que el presidente argentino Javier Milei pretende llevar al país a puntos de no retorno y para eso “nada mejor que una guerra”. Fundamenta la advertencia en visualizar al gobierno actual en la línea de la dictadura que rigió el país entre 1976 y 1983. Señala que ese gobierno empezó con una guerra contra el pueblo que ellos llamaron “guerra a la subversión” y culminó con la Guerra de Malvinas mediante la que aquel gobierno ilegítimo utilizó una reivindicación sentida por la gente con fines espurios. “En la década de los ’90 tuvimos la aventura de la Guerra del Golfo. Enviamos una fragata y 450 efectivos a 14.000 Kilómetros a una guerra ajena que no tenía nada que ver con el interés nacional. Ahora consultan sus decisiones con Laura Richardson (jefa del Comando Sur del Ejército estadounidense) y piden ser parte de la OTAN que es la organización que ocupa una parte de nuestro territorio, las Malvinas”.
Calcagno afirma que pretenden modelar una sociedad y una pseudo-nación acorde a ciertos intereses internacionales y para eso nada mejor que una guerra.
El escritor reconoce que Milei tiene una “legitimidad de origen” pero aclara que si no hay “legitimidad de ejercicio”, y afirma que no la hay, entonces aparece el derecho a la resistencia de los pueblos, reconocido ya por los clásicos de la teoría política.
Temprano para Imposibles: Eric, hemos leído y escuchado opiniones tuyas infrecuentes, diría yo, en relación al afán bélico del gobierno nacional de Milei. ¿Cómo ves esta cuestión?
Eric Calcagno: Bueno, a ver, creo que lo que busca el régimen de Milei es llevar a la Argentina a puntos de no retorno. Lugares que si mañana, de casualidad o no, algún gobierno nacional y popular pudiese asumir quedaría atado de pies y manos. El proyecto que encarna Milei, que es solo el mascarón de proa de los monopolios locales e internacionales que conocemos bien y que cunden a lo largo y ancho de nuestro país, es modelar una sociedad y una pseudo-nación acorde a ciertos intereses internacionales. Para eso nada mejor que una guerra.
TpI: A priori la hipótesis bélica pareciera distante, sin embargo, vemos el Comando Sur, vemos conflictos con Chile y la verdad que uno te escucha y dice bueno, parece lejano, parece una hipótesis aventurada, pero empiezan a aparecer algunos indicios que no estaban en el panorama.
E.C.: Bueno, concuerdo totalmente con vos. Lo que pasa es que no hubiera pensado que la República Argentina, cuya Universidad Nacional dio cinco premios Nobel, que todos eran hijos de trabajadores, iba a ser gobernada por un señor que consulta sus decisiones con un perro muerto, o mucho peor, con la generala Richardson del Comando Sur. Entonces estamos en una situación realmente compleja. Si me permitís, quisiera fundamentar mi posición de por qué la guerra es necesaria para Milei. Veamos las experiencias neoliberales. La primera, la dictadura militar de 1976 a 1983, comenzó justamente con lo que ellos llamaban “guerra a la subversión” entre comillas por supuesto. Eso permitió la masacre de dirigentes políticos, estudiantiles, sindicales, robo de bebes, violaciones. Todo lo que nos queramos imaginar del infierno estaba ahí. Ahora, a eso lo llamaron guerra. Fue una operación ilegal de represión interna presentada como un conflicto y que en realidad no fue más que la miseria planificada, como dijo Rodolfo Walsh en la carta abierta a la Junta Militar del ‘77. Así empieza la dictadura militar la instauración del neoliberalismo en la Argentina y ¿cómo termina? con la guerra de Malvinas. Por supuesto, el objetivo de la dictadura no era recuperar un territorio nacional en manos del imperialismo colonial. Los torturadores no hacen buenos soldados. Lo vimos con Astiz en Las Georgias. Lo vemos con el padre del actual Vicepresidente. Mediante la guerra pretendían asegurar la continuación de un determinado orden social. Porque, claro, la recuperación de las Malvinas es una causa de todos los argentinos y de las argentinas. Pero si se la pervierte, si se la bastardea para que siga una dictadura carece de legitimidad. Decía don Hipólito Yrigoyen, lo que no tiene legitimidad tiende a deshacerse por sí mismo. Y así fue. Después, en la década de los ‘90, tuvimos la aventura de la Guerra del Golfo. Un destructor. Una fragata. 450 efectivos que mandamos a la Guerra del Golfo contra Irak. A 14.000 kilómetros. ¿Era realmente el interés nacional? ¿O era esa fascinación que tiene el neoliberalismo por instaurar la guerra o el estado de guerra como un poderoso disciplinador social?
Pasemos rápidamente sobre el periodo de Macri, al cual simplemente se le perdió el último submarino que teníamos y recordamos esa frase el submarino es tan chiquito y el mar es tan grande. Cada vez en desmedro de una de nuestras capacidades de acción soberanas. Entonces esta cuestión de la guerra en Milei es más que nada la oportunidad para disciplinar internamente.
En realidad ya estamos en guerra. El comunicado después del ataque de Irán a Israel no era un comunicado diciendo que algo está mal, llamando a la paz. Era un comunicado previo a una declaración de guerra. El pseudo ministro Luis Petri que nos muestra sus outfits según sea Marina, Aviación o Ejército, firmando en Dinamarca la compra de 24 chatarras que no sirven ni siquiera para asustar a los ingleses en Malvinas, pidiendo que la Argentina entre como socio global de la OTAN… ¿Estamos locos? ¿Vamos a ser socios de personas que ocupan nuestro territorio nacional? O como decía Perón, una vez me robaron el perro y el otro día me tocaron la puerta para pedirme la correa.
La política exterior es la continuación de la política interior por otros medios.
Si la política exterior es una política guerrera, iremos a pelear en las planicies de Ucrania contra el agresor ruso.
No me digan… ¿Y quién mandó las vacunas? La Sputnik. ¿De dónde era? Porque una de las características del neoliberalismo, del monetarismo, del libertarianismo o como quieran llamar al antipatria, porque hay que llamarla de algún modo, es traicionar a nuestros aliados. ¿Qué pasó también en los ‘90 con la guerra entre Perú y Ecuador? Apoyamos a Ecuador cuando Perú pintaba con las insignias argentinas los Mirage (aviones de guerra) que nos mandaban.
Todavía queda el contrabando de armas a Croacia. Porque los Estados Unidos no podían intervenir en eso. Entonces, subcontratar el contrabando de armas a Croacia, lo cual costó nada más que la destrucción de una ciudad como Río Tercero. La intervención en el Golfo, ¿cómo olvidarlo? Nos costó los atentados contra la Embajada de Israel y contra la AMIA que dejaron un saldo más que terrible.
Entonces realmente ¿nos tenemos que ir a meter en conflictos que no son nuestros donde no está en juego nuestro interés nacional? ¿Donde entregamos la integridad de nuestro territorio? ¿Donde nos aliamos con, por ejemplo, Estados Unidos, el Reino Unido, Israel, que siempre votaron en contra de los intereses argentinos en Malvinas, en los foros internacionales? ¿Y nos vamos a poner en contra a Rusia, a China y a un montón de países más que sí nos apoyan en el reclamo de Malvinas? Este régimen es un régimen esencialmente mentiroso y sobre todo traidor. Ni siquiera son adjetivos. Ya son categorías.
TpI: ¿Por qué le llamás régimen?
E.C.: Porque de Aristóteles a esta parte la caracterización de las instituciones o precisamente los diferentes modos de gobierno pueden ser monarquías, pueden ser aristocracias, pueden ser repúblicas. Y en el caso de las repúblicas, democracias, tienen lo que se llama la legitimidad de origen, saber si las personas que acceden al gobierno han sido debidamente electas o no, lo que en el caso de Milei es indiscutible, ha ganado las elecciones. Pero después viene otra parte que es quizás la más sustancial, porque no todo es la forma, también está el fondo y ambos deben ser concordantes. En su justa medida y armoniosamente, la legitimidad de ejercicio. Es algo que de lo cual carece absolutamente el gobierno de Milei.
Nada más que el no entregar medicamentos oncológicos a los enfermos de cáncer, no preparar la sociedad argentina frente a la epidemia de dengue y de asumir de manera inconsulta alianzas internacionales con los que, si bien no son nuestros enemigos, son sin duda nuestros adversarios y por supuesto que no son nuestros amigos. Con el aplastamiento de la Universidad Nacional. Con el aplastamiento de los salarios de los trabajadores. Con desarmar nuestros institutos de cine, de cultura, de música, de teatro. Parece un ejército de ocupación. ¿Será un ejército de ocupación?
Entonces, si bien tiene legitimidad de origen, carece absolutamente de legitimidad de ejercicio.
Vayamos a ver a los clásicos. Como decía don Miguel de Unamuno, para novedades: los clásicos. ¿Y qué vemos en el pensamiento liberal de los siglos XVII y XVIII? un señor como John Locke, liberal, inglés, que dice hay que precaverse de los autoritarismos. Claro, en ese momento, era el Estado absolutista al que había que limitar. Después vemos a Montesquieu en Francia, que sostiene la división de poderes, el que gobierna el Ejecutivo no puede ser el mismo que hace las leyes. El Legislativo no puede ser el mismo que castiga, el Judicial. Y hoy en la Argentina, si algo tenemos cerrado es el Congreso Nacional. Si algo es complaciente es la Corte, la llamada Corte Suprema de la Nación, que me gustaría que estuviera integrada por un representante por provincia. Así tendríamos 24 jueces, tendríamos paridad de género y realmente nos ocuparíamos un poco de las cosas.
Con el decreto 70/2023 que en realidad es una reforma constitucional de facto, creo que la legitimidad de ejercicio está total, completa y absolutamente perdida. Y personas como John Locke, como Montesquieu y un escritor protestante francés, Agrippa de Avignón, decía a fin del siglo XVI que el rey es la cabeza y el pueblo son sus brazos y sus piernas. Pero cuando el placer del rey consiste en cortar sus extremidades, el jefe ya no es más jefe. Es decir, cuando el poder entra en rebelión contra la Constitución, constituir, establecer juntos, entonces existe algo que el pensamiento liberal de los siglos XVI y XVII llama el derecho a la resistencia. No la revolución. No, a la resistencia. Algo en lo que los peronistas somos particularmente expertos desde 1955.
El rey es la cabeza y el pueblo son sus brazos y sus piernas. Pero cuando el placer del rey consiste en cortar sus extremidades, el jefe ya no es más jefe. Agrippa de Avignón
Y me parece que las manifestaciones estudiantiles, los pronunciamientos de la CGT y de las dos CTA, la presencia de las Madres y Abuelas nos indican que en este momento hay que resistir porque la legitimidad de ejercicio ya se extinguió.
TpI: Mencionaste Ucrania, ¿qué paralelos observás? ¿Ves parecidos entre Milei y Zelenski?
E.C.: Bueno, ambos hicieron carrera en la televisión. Zelenski al menos está casado y parece que tan mal actor no era. Tampoco habla con perros muertos. Lo que pasa es que en ambos casos lo que se ve es que se arma una ficción por los medios masivos de comunicación o medios masivos de manipulación, vaya usted a saber, se arma una ficción y luego se actúa acorde a esa ficción y se deja de lado y se deja de lado la realidad. Quizás otro paralelo que podemos hacer es la frustración que permitió su llegada. En Ucrania hubo en golpe de estado en 2014 que derrocó al presidente electo y puso presidentes pro-occidentales. Los gobiernos posteriores no mejoraron las cosas. Después del gobierno enclenque de Alberto Fernández, por decirlo de alguna manera, pese a un buen desempeño en la pandemia, lo que se produjo fue una gran frustración. Finalmente hubo un 55% de frustrados que votaron a un resentido y nada bueno puede salir de esa mezcla.
Se arma una ficción y luego se actúa acorde a esa ficción y se deja de lado la realidad.
Creo también que Milei es hijo de nuestras debilidades, es hijo de una cierta renuncia de la política, no sólo de Argentina, que se dio a nivel global. Por ejemplo, el Partido Socialista y el Partido Comunista francés dejaron de darle bola a la clase obrera y, bueno, se fue con la extrema derecha. Contener y conducir.
Hoy ya va a hacer diez años del final de la década ganada (se refiere a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner-NdA). Me parece que es hora de interrogarnos sobre qué futuro queremos tener y si el régimen de Milei no va a avanzar hasta no encontrar precisamente alguna resistencia.
TpI: Muy claro, Eric. Esperamos volver tenerte con nosotros en breve.
E.C.: Pensemos también para no ser tan pesimistas, que el compañero Maquiavelo decía que cuando los regímenes son demasiado corruptos, no importa lo que hagan los virtuosos, los regímenes corruptos se caen solos. Veremos cómo sostiene su plan económico y por favor, que no sea demasiado tarde.
LA ENTREVISTA COMPLETA
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