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En lugar de aceptar esta escalada como un hecho consumado, es probable que el equipo de Trump informe tanto a la OTAN como a Ucrania de las consecuencias dañinas de la escalada
Biden acaba de dar luz verde a Ucrania para utilizar misiles ATACMS de fabricación estadounidense contra objetivos rusos dentro del territorio ruso, incluido Kursk. Cabe señalar que EEUU, junto con la OTAN, ayudó a planificar y ejecutar la incursión ucraniana en Kursk.
Ahora, con las fuerzas ucranianas empujadas hacia de vuelta hacia Ucrania por las fuerzas rusas, la decisión de permitir que Ucrania use misiles ATACMS en Kursk no deja duda de que EEUU es parte directa en la invasión y ocupación del territorio ruso por parte de las fuerzas ucranianas subsidiarias de la OTAN.
En resumen, EEUU está ahora en guerra con Rusia. Esta fue la posición adoptada por Rusia ya el 13 de septiembre, cuando el gobierno ruso advirtió a Biden que no permitiera que Ucrania utilizara ATACMS contra territorio ruso.
La decisión de Biden refleja una creciente sensación de desesperación por parte de Ucrania, la OTAN y EEUU, ya que la guerra con Rusia parece acercarse a un punto de inflexión, donde una victoria decisiva para Rusia está casi garantizada.
El eje Ucrania/OTAN/EEUU está igualmente preocupado por los resultados de las elecciones en EEUU, en las que Trump logró una clara victoria con una plataforma que supuestamente pretende poner fin a la guerra en Ucrania y evitar una escalada con Rusia.
Biden parece haber tomado esta decisión basándose en dos supuestos analíticos específicos. Primero, que Rusia está fanfarroneando y no intentará escalar el conflicto. En segundo lugar, que esta escalada del eje Ucrania/OTAN/EEUU
atrapará a la administración entrante de Trump para que mantenga el rumbo en lo que respecta al apoyo tanto a la OTAN como a Ucrania.
Probablemente, sin embargo, Biden haya cometido un error de cálculo. Rusia no aceptará esta escalada permaneciendo inactiva. La respuesta de Rusia será decisiva y puede incluir el ataque a objetivos fuera de Ucrania.
Además, Trump no quiere una guerra con Rusia, heredada o no. En lugar de aceptar esta escalada como un hecho consumado, es probable que el equipo de Trump informe tanto a la OTAN como a Ucrania de las consecuencias dañinas de la escalada una vez que Trump asuma el cargo el 20 de enero.
Este último punto es de la mayor importancia. Si Trump logra separarse de la decisión de escalada de Biden, Rusia podría moderar su respuesta, evitando el tipo de escalada mutua que probablemente podría conducir a una guerra nuclear.
Sería una acción sin precedentes por parte de Trump, una interferencia directa en las políticas de un presidente en funciones, aunque saliente. Pero la supervivencia de EEUU y del mundo está en juego.
Esperamos que Trump se mantenga fiel a sus promesas y tome medidas para evitar la guerra.
* Scott Ritter es un ex oficial de inteligencia del Cuerpo de Marines de EEUU e inspector de armas de la ONU en Irak.
Arianna Editrice
https://www.lahaine.org/mundo.php/eeuu-rusia-la-escalada-final
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