René Rodríguez Mina
Esta respuesta depende de quien la quiera responder. He leído por varios meses y años, lo difícil que resulta, no vivir, sino sobrevivir en El Salvador.
Vivo fuera de mi país desde hace 8 años aproximadamente, y he viajado todos los años, cada vez con más presupuesto para comer y menos para divertirme.
No quiero señalar nombres propios de conocidos míos, les debo respeto, como deseo conservarlo hacia mi persona.
Conozco a muchos afiliados al partido FMLN y a otros cuantos afiliados a ARENA, amigos en común. Y a otros, muy pocos, afiliados a otros partidos pequeños.
Mi tendencia es de izquierda muy entregado a esa causa y a esos principios. Ahora que se está en el poder nacional, departamental y nacional, muchos otros amigos, compañeros y conocidos, ya no me conocen. Se olvidaron que hicimos algunos proyectos políticos y sociales juntos en el 1316, en las alcaldías de Quezaltepeque, Nejapa, Apopa, Ciudad Delgado, Soyapango,Ilopango, San Martín, etc.
Pero, ¿por qué inicio mi escrito con esta remembranza? Simplemente porque al empezar a desconocer a los amigos y conocidos políticos, se cae en el error de la discriminación SOCIAL y luego partidaria.
Así ha sucedido con miles de jóvenes y de familias salvadoreñas que NO se les escucharon sus propuestas ni sus puntos de vista sociales, políticos, revolucionarios. Salvo aquellos quienes fueron aprovechados y oportunistas de la situación y ahora tienen un espacio en la vida “social, política y económica”, y son ellos quienes no quieren salir de El Salvador.
Los excluidos de la vida política, social, cultural educativa, económica, productiva, etc. Ellos SÌ quieren salir de El Salvador en busca de oportunidades que allí se les ha negado.
Cientos, miles y millones de salvadoreños esperaban el cambio de administración en el GOBIERNO. Se llegó al poder, con la izquierda, con Mauricio Funes, hubo millones de esperanzas en una mejoría sustancial…no la hubo, y si la hubo fue para pocos.
Luego, se vuelve a ganar la administración, por segunda ocasión consecutiva, esta vez con el profesor Salvador Sánchez Cerén, quezalteco, conocido mío y las esperanzas siguen siendo las mismas o mayores…
No se puede negar que la delincuencia y la corrupción han crecido y siguen creciendo. Los delincuentes aprovechando cada vacío que las autoridades permiten. Los burócratas esperando que les llegue un pedacito de algo a cada quien.
El hambre es terrible en una sociedad donde el desempleo marca los ritmos de la REBUSCA, un término muy salvadoreño que indica que “algo” se debe de obtener para el día y para la semana o el mes.
Pero, entre tantas cosas negativas de la vida diaria, las razones de por qué EMIGRAR, crecen y se agolpan a las puertas de cada familia salvadoreña.
Las muertes diarias entre los salvadoreños son enormes. Los índices de mortalidad suben y bajan como si fueran intereses de las bolsas de valores de Wall Street, USA.
La corrupción aumenta y el espejismo de las soluciones aumenta con treguas y con diálogos. Algo que los miles de salvadoreños YA NO CREEN.
LAS PANDILLAS, LAS EXTORSIONES Y LA CORRUPCIÓN
Basta hacer un pequeño esfuerzo para recordar este fenómeno SOCIAl que se convirtió en un fenómeno EXPLOSIVO para el gobierno en turno.
Las maras o pandillas tienen vigencia desde el año 1989 en que el gobierno de Alfredo Cristiani tomó posesión como presidente de la República. En esa fecha NO se les prestó la debía atención, se les vio como pequeños grupos de DEPORTADOS y así siguió creciendo el grupo de salvadoreños expulsados de los EUA-USA.
No hubo programas de inserción ni de Reinserción social NI laboral, no hubo NADA para paliar este problema de los deportados y junto a ellos creció la necesidad de trabajar, comer y asistir a la escuela, siendo vistos como aves raras o excluidos de un sistema social estadounidense. Eran hombres y mujeres excluidos por delinquir, robar en supermercados y pelear territorios en Los Ángeles y Nueva York, los de la calle 13 y los de la calle 18….quienes ya traían relaciones mal logradas entre ellos.
Este no es un problema de hace 6 años, se viene arrastrando desde hace más de 26 años. Y ahora que no se puede controlar con diálogos ni treguas, los miles de salvadoreños afectados directa e indirectamente, QUIEREN SALVAR SUS VIDAS a como dé lugar…a costa de endeudar más sus pertenencias y haberes.
Todo mundo necesita comer y trabajar, hacer algo para vivir y sobrevivir, no digamos para subsistir.
Yo lo que quiero es regresar a trabajar y ¡aportar algo a la solución de estos problemas en EL SALVADOR!
http://migenteinforma.org/?p=27891



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