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01 febrero 2018

Venezuela. Si no se pierde todo no se ha perdido nada


Por Eudin Ramos

El imperio norteamericano y sus aliados vendrán por nosotros, Venezuela y sus recursos de una manera u otra, la única forma de evitarlo es combatiendo desde y para el socialismo

I
El título por alentador no intenta ocultar la compleja situación que hoy vivimos, todo lo contrario. Es una voz para la lucha del poeta Miguel Hernández, a la hoy hermana España, que tampoco cae.
Manifiesto. Darle la mano al enemigo es digno y ético cuando se hace antes de la batalla, frente a las tropas. Se evidencia el enunciado Saturnino y marxiano sobre la importancia vital de saber quiénes son los enemigos y quiénes son los amigos.
El imperio norteamericano y sus aliados vendrán por nosotros, Venezuela y sus recursos de una manera u otra, la única forma de evitarlo es combatiendo desde y para el socialismo, si contamos con la fuerza del pueblo que Chávez despertó, y que sabe que el camino se torció, pero puede retomarse, entonces habrá que reorganizar una gran fuerza revolucionaria que evite lo que no se podrá impedir de otra manera.
Si no se pierde todo no se ha perdido nada. La estulticia a la que han querido llevar a la revolución bolivariana tiene su origen en los sitios más lóbregos de operaciones psicológicas de la geopolítica imperialista. Intentando convertir el llamado épico de los pueblos de Bolívar, Sucre, Martí, y sus interminables luchas por la redención, en una suerte de sumisión inducida, durmiéndoles la capacidad de advertir la ignominia, y un ser humano inconsciente de su ignominia, no lucha. El imperialismo y su ideología tejen oscuridades y olvidos.
Convendrían un revolucionario de la talla de Fidel Castro y un economista no socialista como Joseph Stiglitz en que es extraordinariamente peligroso que los líderes políticos tergiversen lo que está sucediendo en las vidas de individuos ordinarios. Estamos de nuevo en el febrero de Kerensky, repitamos esta farsa cual octubre de Lenin, hacia el febrero de Chávez.
II
Vanguardia. Imprescindible la Organización de los cerebros más capacitados, reestructurar la fisionomía del Estado para la transición, tal como están ahora, es imposible hacer algo en función del socialismo. El imperio juega con las revoluciones inofensivas, pero las revoluciones (de verdad) no son inofensivas. Hay que estudiar a Lenin para poder hacer una revolución socialista en el siglo XXI.
Latinoamérica entró al sistema mercantil-capitalista en el modo de economía dependiente, introducida por España, que ahora es todo un sistema más complejo y poderoso, más violento, pero también más sofisticado. El papel es de subordinación a los intereses del capitalismo. Nuestro subdesarrollo, diría Roque Dalton, es un subproducto histórico del desarrollo de los países occidentales capitalistas. Éstos, alcanzaron su desarrollo y niveles de vida sobre la base de nuestro progresivo subdesarrollo, primero como países “colonizados”, ahora “imperializados”.
Necesitamos un viagra político, dijo Chávez en el 2006. La frase completa es: “Creo que estamos sufriendo de impotencia política. Necesitamos un viagra político”, en la II Cumbre Suramericana de Naciones en Bolivia. En ese marco de relaciones y poderes políticos que había configurado Chávez en aquel momento en el continente, y siendo el primer año de la carrera por el socialismo anunciado por el comandante, ¿cómo es que ahora no hay -con las ventosas del Leviatán trastocando nuestro suelo, nuestro subsuelo, nuestras almas y conciencias- una declaración similar en el campo de batalla?
Lenin inicia en el siglo XX la universalización del socialismo, entendiendo que el sistema mundial capitalista, no es homogéneo, en su estructura necesita de las economías dependientes. El que crea que Venezuela siendo parte de este sistema como economía dependiente va a superar su condición de subdesarrollo y de desigualdad, ya la ignorancia no sería excusa. Y el que crea que lo puede sólo, es de una ingenuidad imperdonable.
III
Conflicto ideológico. La socialdemocracia en su incapacidad para hacer la revolución traduce eso en lucha por el poder, no puede hacer otra cosa, es como un peso pluma de teatro intentando ganar un campeonato mundial de pesos pesados, no se puede, la lucha de poder sólo por el poder, aniquila la discusión imprescindible, y es en extremo peligroso, porque no es ilusión. Sin embargo, los radicales saben que la hegemonía no se construye con unificación de criterios. Los criterios unificados propician lo totalitario, lo no racional. La diversidad es concomitante a la revolución, y la revolución sólo es posible en un constante debate crítico sobre lo que se construye. Debate crítico y permanente.
Crítica y debate necesario. Los radicales no van a buscar venganza, eso sólo lo hace el fascismo, responderá con la nobleza de Chávez en el 2002. Mientras muchos pedían castigo y/o venganza. Sólo los revolucionarios hacen eso, Sucre, Bolívar, el Che. Los verdaderos, protegen hasta a los que están equivocados. La traición no es homogénea ni evidente.
Lenin a pesar de tener diferentes definiciones de la cultura política con Bogdanov, éste estuvo al frente del proletkult, postura similar con muchos otros en diferentes temas fundamentales en el debate revolucionario, incluido Trostky, sin embargo, no dejó de contar con ellos, incluso, recomendaba leer al viejo maestro Plejánov aún cuando éste en sus últimos años se pasó al lado menchevique, una calidad de ese tipo sólo la tiene una alta conciencia revolucionaria, la de los grandes sentimientos de amor, y con el conocimiento como fuerza fundante.
Para ganar la guerra a la ideología burguesa hay que pasar por el estudio profundo, porque es allí, en la batalla de ideas, donde se gana o se pierde esta guerra. Hay que pasar por la Ciencia de la lógica de Hegel. La Dialéctica en Marx. Los grandes del marxismo, Gramsci, Lenin, Guevara, Lucas, y tantos otros, e incluso a los teóricos socialdemócratas, para ver los nódulos, a los teóricos del capitalismo, para conocer al enemigo, para confrontar. Y sólo a partir de allí continuar la armadura, con el conocimiento más específico y de detalle. Y hacer frente a esa ideología fetichizada, que hace veamos como que todos somos iguales y vivimos en el mundo de las oportunidades, mientras hay invasiones, países explotados y países explotadores, economías apropiadoras de recursos y economías dependientes, y a pesar de saberlo, no lo vemos. El capitalismo en su idea de globalización no reconoce las asimetrías, aunque sean evidentes. Hay un aparato propagandístico enorme para eso, y funciona.
Fetiche. Plantea el Che: refiriéndose a Cuba a inicios de la revolución “el socialismo es joven y tiene errores. Los revolucionarios carecemos, muchas veces, de los conocimientos y la audacia intelectual necesarios para encarar la tarea del desarrollo de un hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales y los métodos convencionales sufren la influencia de la sociedad que los creó”.
El Estado no es neutral nunca. En un conflicto, siempre está del lado de la clase dominante. Por lo tanto la lógica de transformar el Estado es volcarlo en función de los que hasta ahora no han sido dominantes, no se va al socialismo sin confrontación, con una Izquierda de adorno. En un Estado burgués, las instituciones (burguesas) no se tocan. Con mayor sofisticación siguen cumpliendo su función paradojal en el “estado de derecho”.
Las corrientes reformistas. Es una larga corriente de hijos que no reconocen a sus padres. De la mano de Althusser y Kerensky, hasta la extraña mermelada de un Lenin Moreno o Ramonet, salvando las enormes distancias, y que me perdone el maestro Althusser por el improperio. Pasando por Plejánov, Bernstein, Kautsky, promueven la teoría de un socialismo pacífico (no dejamos de reconocer el aporte valiosísimo de toda esa teoría), que además desarrolla una falsa idea de la evolución, usando a Darwin erráticamente, no sé si a propósito, donde se expulsa la dialéctica de las ciencias sociales. Curioso que los socialdemócratas proclaman: viva Lenin, Viva Marx, o Chávez Vive!”. Y así se mantiene la tradición por “algún misterio de la ciencia”.
Los materialistas antidialécticos parecen ser un artilugio teórico fabricado en alguno de esos laboratorios lóbregos y oscuros para robustecer las corrientes socialdemócratas, pero son especulaciones mías, sólo eso, y creo que los socialdemócratas son tan vulnerables a la manipulación mental de los agentes directos e indirectos de la ideología burguesa como lo son los zombies ideológicos (autómatas, filósofos de taxi, etc.), y tal vez no advierten que proclaman la salvación de la víctima que ayudan a asesinar.
Acerca de estas corrientes conservadoras, reformistas, dice Rosa Luxemburgo: “¿Qué es, a primera vista, lo más característico de todas estas corrientes? La hostilidad hacia la teoría. Esto es completamente natural, puesto que nuestra teoría, es decir, los fundamentos del socialismo científico, establece límites muy definidos para la actividad práctica, tanto respecto de los fines, como de los medios de lucha que se ha de emplear, y también respecto del modo de luchar. Por ello, es natural que todos aquellos que sólo buscan éxitos pragmáticos, manifiesten la natural aspiración a tener las manos libres, o sea, a hacer independiente la práctica de la teoría.”
Creo conviene recordar que los asesinos de Rosa fueron tropas de asalto al servicio de los socialdemócratas.
Rosa y la lucha de clases. La mayor conquista de la lucha de clases del proletariado ha sido el descubrimiento de que los cimientos para la realización del socialismo se encuentran en las relaciones económicas de la sociedad capitalista. De este modo, el socialismo ha dejado de ser un ideal anhelado por la humanidad durante milenios y se ha convertido en una necesidad histórica.
Por cierto, Lenin no desconoce que puede haber reformas, o que incluso son necesarias, pero es cosa diferente hacer una revolución con una ingeniería y arquitectura reformista.
Por qué la teoría. Así como la ciencia por sí misma no puede apoyar determinadas acciones humanas, diría Carl Sagan, sin duda puede iluminar las posibles consecuencias de acciones alternativas, porque es el mejor instrumento de conocimiento con el que contamos. También podríamos decir, que el marxismo, como proceso científico que pone límites, es el mejor instrumento con el que contamos para derrotar al capitalismo e iluminar las posibles consecuencias de una sociedad alternativa. En la historia se ha vuelto en ocasiones probable lo improbable, y así tendría que seguir siendo, sin embargo, para que ocurra lo improbable en lugar de lo probable hay que ejecutarlo con fuerza.
IV
Los militares. De la cuestión militar, es fundamental tratar de entender también sus contradicciones, desde el periodo de nuestras independencias, se ha estado disputando la naturaleza de un ejército nacionalista, muy localista al estilo Bismarck en Prusia, y la de los patriotas revolucionarios, la sentencia de “He arado en el mar”, tiene, entre otras cosas esa contradicción, esa es la voz de Bolívar diciendo: nosotros, los revolucionarios, no somos conservadores, localistas, somos los de la Patria Grande. Murió creyéndose vencido por los reaccionarios. No se puede dejar a un lado la complejidad del tema militar en América Latina, siguen estando los conservadores bismarckianos, y los bolivarianos. En Venezuela, los bolivarianos, las tropas, tendrán que acompañar al pueblo en esta batalla, no dejar que la llama que dejó Chávez encendida, se apague. Esto podría ser ahora o en 100 años, pero, el capitalismo y su fase superior no descansan un segundo.
V
Los que luchan y los oportunistas. A veces, el respeto y la disciplina son lamentables, qué habría sido del Mariscal de Ayacucho, del Libertador, y de la Patria Grande si Francisco Colmenares y Lorenzo Caicedo no hubieran hecho caso al Magnánimo Sucre al enfrentarse con su verdugo, que ante la propuesta de los sargentos de encargarse de Sarría, el mercenario, el pragmático protocapitalista. La respuesta del héroe de Cumaná fue: “qué están ustedes creyendo, yo no pospongo mis glorias a mi venganza”.
El 2018 es un año de definiciones, el tiempo juega en contra para la organización de los chavistas. Un pueblo sin una vanguardia orientadora, como en el año 89, es combustible para una tragedia. Queda de los socialdemócratas decidir apoyar el enfrentamiento inevitable contra el verdadero enemigo, u obstaculizar y hacer el papel de gendarmería cipaya.

Termino diciendo con Hernández: Al mar no se lo tragan los barcos invasores.


http://kaosenlared.net/venezuela-si-no-se-pierde-todo-no-se-ha-perdido-nada/


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