Con este resultado, se rechaza la propuesta de nueva Constitución elaborada por el Consejo Constitucional y que fue sometida a plebiscito durante este 17 de diciembre.
Con más del 99% de los votos escrutados, la opción que rechaza la propuesta del Consejo Constitucional obtiene un 55.76% de los votos respecto del 44.24% del «A favor».
Con este resultado, se rechaza la propuesta de nueva Constitución elaborada por el Consejo Constitucional y que fue sometida a plebiscito durante este 17 de diciembre.
Los distintos comandos ya han reconocido los resultados.
Respecto de la participación, ya se tienen los resultados sobre lo ocurrido en el extranjero que mostró una dramática disminución en comparación a los procesos anteriores.
De un total de 127.552 electores habilitados para sufragar en el exterior, sólo votaron 19.550 personas, lo que representa un 15.33% del padrón. Vale recordar que al interior del país el voto es obligatorio, o sea, no votar está sujeto a multas.
Este lunes 18 de diciembre, a las 14:00 horas, se reunirán los colegios escrutadores en los locales designados por las juntas electorales. El delegado de la Junta Electoral deberá concurrir personalmente al inicio de la sesión, con el objeto de hacer entrega de los sobres cerrados y dirigidos al Colegio Escrutador los que contienen las actas de escrutinio de las mesas receptoras de sufragios.
El miércoles 20 de diciembre, a las 10:00 horas, se reunirá el Tribunal Calificador de Elecciones para conocer el escrutinio general y la calificación del plebiscito, resolver las reclamaciones y efectuar las rectificaciones a que hubiere lugar.
En tanto, el martes 16 de enero de 2024 vence el plazo para que concluya el proceso de calificación del Plebiscito Constitucional.
El viernes 19 de enero de 2024 es la última fecha para comunicar al Presidente de la República y al Congreso Nacional, la sentencia de proclamación del Plebiscito Constitucional.
Por su parte, la ministra del Interior de la actual administración de La Moneda, Carolina Tohá, en el momento de emitir su voto, señaló que, “Hay un proceso que el país intentó, que se terminó aquí y que en adelante lo que nos espera es hacer un gran esfuerzo por sacar aprendizajes, por cumplir el mandato del pueblo, sea uno u otro”. En otras palabras, la máxima representante del gobierno central, después del presidente Boric, dio por clausurada la posibilidad de realizar un nuevo proceso constituyente.
Desde otra perspectiva, el académico e historiador de la Universidad de Chile, Sergio Grez, al ser consultado sobre la diferencia entre el presente proceso constitucional y el anterior, respondió que «Este nuevo proceso constituyente es distinto al anterior en muchos aspectos, es mucho más conservador, más restrictivo, no guarda relación alguna con el proceso constituyente generado por la rebelión popular de fines de 2019», y agregó que, «En el actual proceso constituyente no hay prácticamente incidencia alguna de parte de los sectores populares, de quienes se movilizaron a fines de 2019 y a comienzos de 2020. Es solo una maniobra de la casta política, de todos los partidos, desde la Unión Demócrata Independiente (UDI) hasta el Partido Comunista, con la sola excepción del Partido Republicano, destinada a birlar la soberanía popular, y hacer que, una vez más, sea la casta parlamentaria la que tenga el sartén por el mango, negando la soberanía popular, impidiendo que el poder constituyente originario se despliegue de manera autónoma, libre y soberana».
-¿Quiénes hicieron la propuesta constitucional que perdió este 17 de diciembre?
«Miembros designados por el Parlamento en la Comisión de Expertos, en el Comité técnico de admisibilidad y representantes elegidos en condiciones muy restrictivas. No fueron fuerzas de izquierda, aunque se declaren como tales. El rol que han jugado ha sido de acompañamiento secundario respecto de la mayoría hegemónica de derecha y de extrema derecha. En realidad, estos progresistas han estado bebiendo de su propia medicina, se han cocinado a fuego lento en la misma cocina que prepararon con la extrema derecha, la UDI, Renovación Nacional, o Evópoli a través del Acuerdo por Chile.»
Independientemente de la propaganda del sistema de partidos políticos institucionales, una fracción de la población ha percibido el plebiscito como «cuestión de políticos», pero muy lejos de los graves problemas sociales que afectan su cotidiano sobrevivir. Como suele ocurrir, al no existir todavía un movimiento popular poderosamente articulado, entonces el Estado, la minoría dominante y los intereses del Departamento de Estado norteamericano han dejado caer sobre el pueblo trabajador la crisis y recesión en curso en el país, mediante un ajuste antipopular y el recetario clásico del Fondo Monetario Internacional, FMI.
Otros sectores de la población rechazaron conscientemente la versión que consideraron propia de la extrema derecha, y confirmaron el armado constitucional establecido por el pinochetismo y matizada por algunas reformas de los presidentes Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.
Lo cierto, es que ni el A Favor ni el En Contra contaron con participación popular en la elaboración de las propuestas a votar, creándose una falsa polarización social entre dos «alternativas» que, al final del día, contienen el marco jurídico de las contiendas entre facciones capitalistas cuyos intereses se expresan en un sistema político bipartidista, tal como lo estableció Henry Kissinger y sus allegados para Estados Unidos y sus áreas de influencia, como Chile.
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