“En el año 2023, una tasa de pobreza infantil así en España es inaceptable», denuncia UNICEF, que acaba de presentar un informe. Andalucía es la comunidad con peores datos.
La tasa de pobreza infantil, del 28%, sitúa a España en el puesto 36 de 39 en la tabla general de países de alto ingreso –Unión Europea (UE) y Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)–. Algunos de los más ricos del mundo registraron fuertes aumentos entre 2014 y 2021, según datos publicados por la oficina de investigación de UNICEF, Innocenti. Por detrás de España, en la cola, sólo están Reino Unido, Turquía y Colombia.
En la tabla de situación actual, entre 2019 y 2021, España se sitúa también en el puesto 36, solo por delante de Rumanía dentro de la UE. Según la organización, si se tiene en cuenta solo el dato más reciente de ingresos de 2021, España es el país de la UE con la tasa de pobreza infantil más alta.
“En el año 2023, una tasa de pobreza infantil así en España es inaceptable, y no podemos volver la vista a otro lado ante la situación de cualquier niño, niña o adolescente en nuestro país que no disfrute de unas condiciones de vida dignas”, afirma el presidente de UNICEF España, Gustavo Suárez Pertierra. “Detrás de estas cifras hay niños, niñas y adolescentes que no pueden permitirse comer carne, pollo o pescado al menos una vez cada dos días ni fruta y verdura a diario, que viven en casas sin una temperatura adecuada, que no cuentan con ropa, calzado o libros adecuados, o que no pueden participar en actividades de ocio o irse de vacaciones una vez al año. Esto tiene consecuencias a corto, medio y largo plazo, e impide el cumplimiento de muchos de sus derechos”, añade.
Según el Report Card 18: Child Poverty in the Midst of Wealth (Report Card 18: Pobreza infantil en medio de la abundancia) –el último de una serie que analiza el bienestar infantil en los países de la OCDE y la UE–, a finales de 2021 todavía había en estos países más de 69 millones de niños en hogares con ingresos inferiores al 60% de la renta nacional media.
El informe global concluye que Polonia y Eslovenia son los países que mejor están haciendo frente a la pobreza infantil –con una reducción de más del 30%–, mientras que algunos de los países más ricos están quedando rezagados, como Francia y Reino Unido. En esta lista, España mejora ligeramente sus cifras respecto al periodo de partida, pero ocupa el puesto 22 de 39 en el progreso de la pobreza infantil, con una reducción de solo el 4% entre 2014 y 2021. En conjunto los países analizados han reducido de media un 8% su pobreza infantil, es decir, seis millones de niños y niñas menos en esta situación, explica UNICEF. Es decir, España se sitúa en la categoría de países que partían de unas altas tasas de pobreza infantil, y cuyos datos no muestran una mejoría significativa, aunque se mantienen relativamente estables.
«La pobreza infantil no depende en exceso de los niveles de renta de los países: España y Eslovenia, por ejemplo, tienen similares niveles de renta por habitante; sin embargo, Eslovenia tiene una tasa de pobreza del 10%, y España del 28%», explica la organización en una nota. «Además, en nuestro país el porcentaje de niños y niñas en pobreza persistente (dos o más años en situación de pobreza) es el cuarto más alto de los países europeos analizados, por encima del 20% en el periodo 2017-2019», agrega.
Las desigualdades en los riesgos de pobreza
El análisis también pone de manifiesto enormes desigualdades en los riesgos de pobreza. Así, las familias migrantes, los niños y niñas en la comunidad gitana, los que tienen una discapacidad o los que viven en hogares con un solo adulto –especialmente una mujer– están particularmente expuestos a la pobreza: «Las consecuencias de la pobreza pueden durar de por vida, ya que los niños que viven en la pobreza tienen menos posibilidades de terminar la escuela y ganan salarios más bajos cuando son adultos».
UNICEF destaca las medidas que se pusieron en marcha en la última legislatura, como las políticas y ayudas sociales como los ERTE, el incremento de salario mínimo, el Impuesto Mínimo Vital y su complemento por niño, o el paquete de medidas contra la inflación. Pero sostiene, de la misma manera, que no han funcionado completamente «por falta de foco específico en la infancia, estar limitadas a rentas muy bajas o tener una cobertura limitada y un alto nivel de ‘no acceso’ a las ayudas». «Es necesario expandir las políticas sociales de apoyo económico orientadas a la infancia y sus familias, mejorar el acceso a servicios esenciales, ampliar la cobertura de medidas de conciliación y garantizar la educación 0-3, avanzar en la garantía de acceso a vivienda adecuada e involucrar a la propia infancia en el debate; para ello se deben impulsar herramientas como la Garantía Infantil Europea, aprobar la Ley de Familias o establecer una prestación universal por crianza», expone la organización.
“El problema de la pobreza infantil en España es estructural, y debe ser abordado como tal. Su reducción es posible, pero es una decisión política. Es necesario hacer un esfuerzo mayor y más rápido para conseguir que ningún niño, niña o adolescente de nuestro país viva en situación de pobreza. No hacerlo tiene y tendrá un enorme coste personal, social y económico, y cuestiona la sostenibilidad futura de otros sistemas de protección social”, concluye Suárez Pertierra.
Los peores datos en Andalucía
En Andalucía, la media de pobreza infantil entre 2019 y 2021 se sitúa en el 37,2%, casi 10 puntos por encima de la media española. Andalucía, por tanto, ocupa el puesto 17 de 19, solo superada por las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Fuente: https://www.lamarea.com/2023/12/06/espana-el-pais-de-la-ue-con-la-tasa-de-pobreza-infantil-mas-alta/
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