Dentro de unas horas, Israel enfrentará cargos de genocidio en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) a causa de demanda presentada por el Gobierno sudafricano.
Por Shabbir Rizvi
La demanda invoca la Convención de Ginebra, de la que tanto Sudáfrica como Israel son signatarios.
Ambas partes están haciendo preparativos de última hora para reunir a sus equipos legales para representarlos en el tribunal con sede en La Haya, que es uno de los seis órganos principales de las Naciones Unidas.
Es importante señalar que la CIJ es un tribunal civil que conoce de disputas entre sus miembros y no un tribunal penal. Sus fallos podrían conducir al aislamiento y causar daños políticos, económicos y sociales.
Para abreviar, una decisión de la CIJ de que Israel está cometiendo genocidio es un desastre absoluto para el régimen del apartheid. Se produce en un momento en que el número de muertos en Gaza supera los 23 000, aproximadamente la mitad de ellos siendo niños.
No solo hay una multitud de pruebas convincentes en vídeo de los crímenes de guerra israelíes que se están trayendo sobre la mesa. También hay declaraciones de los propios funcionarios israelíes que utilizan un lenguaje genocida que el asesor legal sudafricano tiene la intención de llevar a la corte.
Con esta evidencia llevada a la corte, la estrategia legal israelí recurrirá en gran medida a tres cosas: ofuscar el contexto y las implicaciones de las declaraciones oficiales de Israel, el uso de las reglas de compromiso en tiempos de guerra para justificar sus acciones genocidas y, por último, desafiar la definición de genocidio de la Convención de Ginebra, ya que se aplica a la agresión en curso contra Gaza.
Para una tarea tan alta, los medios estadounidenses e israelíes han informado que Alan Dershowitz ha sido contratado personalmente por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para representar a su régimen ante la CIJ.
El nombre de Dershowitz debería sonar familiar: ha asumido una multitud de casos de alto perfil, defendiendo y aconsejando aparentemente lo peor de lo peor: el delincuente sexual convicto y traficante de niños Jeffrey Epstein, el expresidente de los Estados Unidos Donald Trump, el productor de Hollywood y delincuente sexual Harvey Weinstein, y muchos más que comprenden el salón de la infamia.
Ha sido un destacado profesor de derecho de Harvard durante varias décadas, conocido por su capacidad para usar áreas grises dentro de la ley de los Estados Unidos para asegurar negociaciones y disminuir la gravedad de una acusación.
Varios testigos de Epstein acusaron a Dershowitz de ser alguien que se involucró en pedofilia y violación con una niña traficada por Epstein, un delincuente sexual estadounidense que murió en agosto de 2019.
Irónicamente, poco después de que estallaran las noticias de Israel, Dershowitz ha elegido a Dershowitz como su representante en la CIJ, los documentos recientemente publicados y altamente controvertidos conocidos como los "Epstein Papers" solidificaron aún más la afirmación de que Dershowitz violó a una niña menor de edad varias veces.
Dershowitz conoció a Epstein por primera vez en 1996, colocándolo con Epstein en el mismo momento y lugar a los que se enfrentaban los cargos de trata y abuso de personas que Epstein.
Epstein murió en prisión hace cuatro años esperando su día en la corte por cargos de conspiración y falsificación de registros. Muchos han especulado que su muerte, que se declaró un suicidio, fue en circunstancias sospechosas.
Los documentos publicados la semana pasada también mencionan al príncipe Andrew, Bill Clinton, Stephen Hawking y otras poderosas figuras sociopolíticas occidentales que se reúnen con Epstein en su isla de peluche, o en otros entornos que incluían la presencia de menores víctimas de la trata.
Dershowitz ha afirmado su inocencia, al tiempo que reconoce las pruebas judiciales recientemente aparecidas que lo implican en delitos sexuales con Epstein.
Duplicando, Dershowitz fue a una transmisión en vivo donde abordó las pruebas, que desestimó como acusaciones falsas, y, curiosamente, cambió el tema por completo a HAMAS e Israel, sin comentar su posible comparecencia en la corte de la ONU para defender el régimen de Netanyahu.
Desde entonces, Dershowitz ha pasado a la ofensiva y ha mantenido el centro de atención de los medios de comunicación cerca de él, manteniendo su inocencia a pesar de las pruebas condenatorias en su contra que se han acumulado a lo largo de los años.
Claramente, Dershowitz es un hombre con mucho equipaje encima, y del peor tipo. Pero, las aves de una pluma se reúnen, como dicen, y el vínculo israelí con Epstein y Dershowitz también parece profundizarse cada día.
Ghislaine Maxwell, la principal socia comercial de Epstein a lo largo de los años, también es una delincuente sexual convicta y traficante de personas, que está cumpliendo 20 años bajo múltiples cargos relacionados con sus actividades criminales con Epstein.
El padre de Maxwell fue Robert Maxwell, un parlamentario británico y magnate de los medios de comunicación, a quien se le dio un funeral de estado en Israel. Robert Maxwell era sospechoso de ser un espía de la agencia israelí Mossad.
Tanto los Maxwell como Epstein también son sospechosos de llevar a cabo una elaborada operación de chantaje en nombre del Mossad, atrapando a figuras famosas y poderosas utilizando pruebas de que cometieron violación y pedofilia, con el fin de convertirlos en títeres para el régimen israelí.
Se suma que Dershowitz sería entonces un nombre planteado por funcionarios israelíes, en particular Netanyahu, por defender a Israel en un caso de alto perfil con serias implicaciones.
Durante gran parte de la carrera de Dershowitz, ha sido un firme defensor del régimen sionista. Dershowitz también abogó por la anulación de la lista de Muyahedin Jalq (MKO), un culto terrorista anti-Irán, como un grupo terrorista en los EE.UU. y ha tenido una orientación antiiraní hacia sus creencias políticas.
Pero aún más que la lealtad al régimen israelí (ya sea forzado o no), Dershowitz no tiene remordimientos en su práctica. Dershowitz utiliza rutinariamente su cuenta X (antes Twitter) para desafiar las leyes de la edad de consentimiento y ofuscar las leyes y los contextos a los que se pueden aplicar, en respuesta a las acusaciones en su contra por violar a un menor traficado por Epstein.
Es probable que Netanyahu esté buscando la misma marca de defensa, en lugar de ofensiva, de Dershowitz.
Dershowitz pudo asegurar un acuerdo de culpabilidad para Epstein en 2008 sobre el delito de procurar a un menor para la prostitución, a pesar de las pruebas condenatorias en su contra, para ser reducido a solo 13 meses.
También aconsejó a la defensa de alto perfil de O.J. Simpson en los años 90, lo que llevó a un veredicto de "no culpable" en dos cargos de asesinato en primer grado contra Simpson.
La capacidad de Dershowitz para explotar las áreas grises dentro del derecho penal y constitucional de los Estados Unidos le ha dado múltiples casos de alto perfil que muchos dudarían en considerar tocar.
En sus propias palabras, "El trabajo de un abogado de defensa penal es tratar de conseguir el mejor trato posible".
Diluir los cargos contra Israel en este contexto podría ser la diferencia entre el aislamiento global y la normalización, según los estándares judiciales de la ONU.
Si Israel sigue adelante con Dershowitz, un presunto pedófilo y violador, eso ilustraría la desesperación del régimen por diluir o desviar los cargos de genocidio al que se enfrenta en la CIJ.
Dershowitz no siempre ha tenido éxito, pero el hecho de que su nombre esté en una lista de preseleccionado muestra que el asediado primer ministro del régimen israelí se ve en una situación crítica, al tiempo que también revela lo profunda que es la conexión Dershowitz-Epstein con Israel.
Sin embargo, si Israel no avanza con Dershowitz, teniendo en cuenta la cantidad de equipaje que tiene, Dershowitz sigue siendo alguien a quien muchos deberían prestar atención.
Su estrecha asociación con el régimen sionista y su participación directa en los delitos de tráfico sexual pueden revelar el alcance de la criminalidad de la inteligencia israelí está dispuesta a mantener a las principales figuras en sus bolsillos.
Shabbir Rizvi es un analista político residente en Chicago que se centra en la seguridad interna y la política exterior de los Estados Unidos.
Texto recogido del artículo en inglés, publicado en Press TV
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