Rodrigo Duarte
Corresponsal en México
En su primera entrevista como la abanderada presidencial demócrata, emitida por la cadena 'CNN' el 29 de agosto por la noche, Harris confirmó su giro al centro de cara a las elecciones de noviembre, renegando de sus pasadas posiciones progresistas, defendiendo a Israel y prometiendo mayor dureza contra los migrantes.
Había mucha expectativa por el que sería el debut de Kamala Harris enfrentando a la prensa desde haberse convertido en la candidata presidencial por el Partido Demócrata, luego de la fulminante renuncia de Joe Biden a causa de sus pobres números en las encuestas y un tétrico desempeño en el primer debate contra Trump, donde el mandatario exhibió un alarmante deterioro mental.
Y es que si bien el ascenso de la actual vicepresidenta al frente del ticket demócrata monopolizó inevitablemente la cobertura política en el último mes, lo cierto es que su campaña, culminando en su
nominación oficial en la Convención Nacional Demócrata de la pasada semana, se había limitado a escenarios controlados y limitados: discursos cortos en detalles, visitas a establecimientos con una
mínima interacción con votantes, anuncios en televisión y memes en Internet donde primaba un tono ligero y optimista.
Estas acciones tenían como objetivo
reinventar la imagen de Harris, quien durante la mayoría del Gobierno de Biden ha sufrido de
bajos números de popularidad y una fama como una funcionaria poco preparada y efectiva, pero que ahora, en contraste con un disminuido Biden, el mandatario de mayor avanzada edad de la historia de EEUU, y con un adversario como el expresidente Donald Trump, en su tercera campaña consecutiva por la Casa Blanca, la exfiscal general de San Francisco y el estado de California
podía intentar reposicionarse como una cara fresca y joven de la política.
La estrategia funcionó durante las primeras semanas, con
Harris mejorando dramáticamente los números de Biden en los sondeos nacionales, y lograr alcanzar a Trump en la mayoría de los estados en disputa, volviendo competitiva casi de la noche a la mañana una contienda que parecía ya definida en favor del republicano. Sin embargo, la prensa estadounidense comenzó a preguntarse hasta cuándo Harris podría continuar con su plan de
evadir entrevistas y mantenerse "lo más vaga posible en cuanto a definiciones", como caracterizó la revista
New Yorker a la estrategia de la candidata demócrata de llevar adelante una campaña basada en "buenas energías" y no en hablar de políticas públicas o presentar propuestas para bajar los altos precios.
Estos cuestionamientos a Harris, que amenazaban con poner freno a su luna de miel con los medios y el electorado, sumados al vertiginoso raid mediático de Trump de la última quincena, que incluyó a populares envíos de streaming, canales de noticias y entrevistas con influencers, empujaron a que la campaña de Kamala decidiera finalmente aceptar la oferta de CNN y sentar a Harris y su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, con la periodista de la cadena informativa, Dana Bash, para lo que sería el primer encuentro de la fórmula presidencial democrática con la prensa.
Una candidata que no se aleja del guion
Para Demian Bio, internacionalista egresado de la Universidad de Buenos Aires, el desempeño de la abanderada demócrata estuvo
lejos del desastre que la campaña de Trump estaba deseando, como lo fue por ejemplo la actuación del
presidente Biden en el debate presidencial de fines de junio que lo expulsó de la carrera, o incluso pasadas entrevistas de la propia Kamala en su rol como vicepresidenta, pero sí exhibió "el cinismo y el vacío" de su candidatura.
"Por un lado, digo que evidenció un gran cinismo, porque básicamente [Harris] estuvo vendiéndose las últimas semanas como un producto nuevo, sin los vicios de la vieja política, con el slogan de no ir para atrás, de trabajar por un EEUU más empático y para todos. Pero al momento de hablar de sus ideas, renegó de su plataforma como candidata en el 2020, diciendo que ya no estaba en contra del fracking como en el pasado y que si ganaba la presidencia iba a endurecer las leyes contra la migración, cuando antes había dicho que apoyaba descriminalizar los cruces ilegales. O sea, sus ideas para un futuro mejor es el EEUU de las corporaciones y la crueldad de siempre", señaló el experto.
Ese mismo cinismo, señala Bio, es el que demostró Kamala cuando fue consultada si haría algo diferente a lo que ha estado haciendo el presidente Biden con respecto a Israel y el conflicto en Gaza, en referencia al apoyo irrestricto de Washington a la campaña militar del estado hebreo contra los palestinos, a lo que Kamala respondió que no.
"Ese es el gran cinismo de Harris, al decir una cosa y la contraria en la misma entrevista, al renunciar a todas sus ideas pero argumentar que no es por un cálculo político, sino que es producto de haber obtenido un mayor entendimiento sobre el tema, algo que todo el mundo sabe que es mentira", afirmó.
En ese sentido, Bio dice que Harris durante el reportaje se ciñó al guion que ha estado repitiendo en lo que va de su campaña, intentando mostrarse como una política mucho más moderada con el objetivo de seducir a votantes independientes y hasta republicanos, e intentando disipar cualquier miedo provocado por las acusaciones de Trump de que Harris era una política ultraizquierdista.
"Cuando dijo que podría designar a un republicano en su gabinete, y prometió que su principal tarea iba a ser luchar por la clase media, Harris demostró que no es la misma política que en las primarias del 2020 hacía foco en trabajar 'para el pueblo' ["Kamala for the people" era el slogan de aquella campaña] y que denunciaba las injusticias raciales y la violencia policial contra las minorías", explicó Bio.
Con respecto a su valoración de que las respuestas de Harris habían sido "vacías", Bio señala que
Harris mantuvo su estrategia de decir generalidades en lugar de explicar políticas específicas que impulsaría de llegar a la Casa Blanca, estrategia ayudada además por una reportera [por Dana Bash] que casi nunca la presionó y que eligió no repreguntar frente a las evasivas de la candidata.
Con respecto a otras de las principales dudas en la previa del reportaje, sobre qué actitud tomaría Harris con respecto a Biden, si reivindicaría o, por el contrario, buscaría distanciarse de la actual gestión, Bio afirma que la vicepresidenta actuó nuevamente de manera cautelosa y apostando nuevamente a la ambigüedad.
"En general, Harris hizo con este tema lo que hace con todo lo demás: no responder directamente, darle un poco de razón a unos, decirle lo opuesto a otros, y hablar de que las cosas van a mejorar, pese a que sigue siendo vicepresidenta y las cosas que promete no las ha logrado su propia gestión", concluyó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario