Haití es considerado el país más pobre de las Américas y, en este aspecto, ocupa también uno de los puestos más bajos del mundo. En la actualidad, el pueblo de esta pequeña nación caribeña atraviesa una fase de penuria aún más terrible que todos los sufrimientos a los que ha sido sometido desde el inicio de su constitución como país independiente.
A partir de las noticias que nos llegan, nos enteramos de que, en estos momentos, prevalece en Haití un estado de completa calamidad, en el que la mayor parte de su territorio está bajo el control de bandas armadas, que imponen inapelablemente sus designios a las poblaciones locales. Este panorama crítico se ha agudizado con el asesinato del presidente Jovenel Moïse a manos de un comando mercenario compuesto por colombianos al servicio de grupos que controlan el narcotráfico internacional.
Desde entonces, la situación que ya era caótica se ha vuelto totalmente incontrolable. Evidentemente, para la mayoría de su población, el deterioro de las condiciones de vida se ha acentuado vertiginosamente. Y hoy, el hambre y la desesperación se han extendido por todas partes.
¿Cómo explicar que el territorio que a finales del siglo XVIII se destacaba como la más lucrativa iniciativa colonial de su tiempo se haya desvirtuado tanto hasta convertirse en símbolo de un Estado fallido e inviable?
Los partidarios del supremacismo racial blanco ya tienen la respuesta en la punta de la lengua: esto tan solo demostraría la incapacidad innata de los pueblos negros para gobernarse a sí mismos con éxito. Tanto es así que, según esta línea de pensamiento, bastó que las estructuras del Estado pasaran al mando de los negros para que todo comenzara a desmoronarse. En otras palabras, mientras estaban enteramente en manos de los colonialistas blancos, todo iba a las mil maravillas y la colonia producía muchas riquezas. Pero, tan pronto como los propios negros esclavizados decidieron tomar el poder, nada más ha funcionado satisfactoriamente.
Sin embargo, para quienes se proponen analizar la historia a partir de las características socioeconómicas y culturales de los pueblos involucrados, las conclusiones serán muy diferentes a las expresadas por los adeptos del supremacismo blanco. De hecho, el drama del pueblo haitiano no se debe a ninguna discapacidad relacionada con la inferioridad racial. Al contrario, el sufrimiento al que este pueblo ha sido sometido desde hace mucho tiempo se debe fundamentalmente al hecho de que ha sido capaz de demostrar al mundo una grandeza como nunca antes se había visto en la historia de la humanidad.
Es imposible no reconocer la inmensa capacidad organizativa y militar demostrada por aquellas personas que habían sido llevadas por la fuerza a lo que hoy llamamos Haití para trabajar como esclavos. Las dificultades a las que se enfrentaba esa gente eran inconmensurables, ya que la mayoría de ellos había venido de diversas regiones de África y, como resultado, hablaban diferentes idiomas y tenían diferentes tradiciones culturales.
No obstante, aun así, lograron derrotar a las que se consideraban las fuerzas militares más avanzadas y eficientes de su tiempo, aquellas tropas que eran dirigidas por los más alabados oficiales de la época, aquellas guarniciones comandadas por generales considerados genios de la estrategia militar.
Entonces, ¿tiene sentido hablar de personas con menos capacidad intelectual, si fueron capaces de desbaratar por completo todos los planes trazados por esos genios de la ciencia militar? Evidentemente no, porque los combatientes populares haitianos, a pesar de toda su carencia de armamento, movidos tan sólo por su ardiente deseo de poner fin a la ignominiosa esclavitud a la que estaban sometidos, se rebelaron y se enfrentaron con altivez al ejército de Napoleón, que venía de recientes resonantes victorias en combates librados contra otras fuerzas militares de Europa. Y no solo se rebelaron y lo enfrentaron, sino que demostraron que podían derrotarlo. ¡Y lo derrotaron!
En realidad, la condena de Haití al atraso eterno y a la inviabilidad se debe mucho más a la grandiosidad demostrada en el proceso de su Revolución Libertadora que a cualquier otra razón. Todas las naciones colonialistas de Europa, así como los Estados Unidos, vieron en la Revolución Haitiana un ejemplo que tendería a iluminar los caminos para otros pueblos subyugados al colonialismo, tanto aquí en las Américas como en otros lugares. Por esta razón, en lugar de aceptar que Haití se convirtiera en un faro indicador del camino a seguir por los demás pueblos sometidos del mundo, las potencias colonialistas decidieron transformarlo en el símbolo del castigo que sería aplicado a todos aquellos que se atrevieran a tener la misma audacia.
La maldición que azota al pueblo haitiano es el resultado de su enorme valor y de su capacidad para derrotar a la mayor potencia colonialista del siglo XVIII. La combinación de sanciones que buscaban hacer inviable su funcionamiento como nación independiente es la principal responsable de todas las desgracias que han tenido que soportar los haitianos desde que se produjo su victoria.
Por eso, todos los que aspiran a forjar un mundo de justicia e igualdad tienen la obligación moral de solidarizarse con la lucha del pueblo haitiano por deshacerse de los males causados por el colonialismo y sus herederos, es decir, el imperialismo. Los documentales sobre la Revolución Haitiana en los enlaces que se indican al final fueron producidos imbuidos de este espíritu. Es imperativo verlos con mucha atención y buscar extraer de ellos todas las lecciones necesarias para la continuidad de nuestra lucha.
Nosotros, los brasileños, al igual que todos los demás pueblos que fueron víctimas del flagelo de la esclavitud, tenemos una deuda con aquellos que nos dieron una contribución decisiva para rescatar la dignidad humana. Por lo tanto, es nuestro deber moral ofrecerle solidaridad al pueblo haitiano y exigir que las potencias colonialistas e imperialistas rindan cuentas por todos los males que le han estado causando.
Parte 1: https://www.dailymotion.com/video/x8wviww ;
Parte 2: https://www.dailymotion.com/video/x8wvj00 ;
Parte 3: https://www.dailymotion.com/video/x8wvjge ;
Parte 4: https://www.dailymotion.com/video/x8wvjkw
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Publicado originalmente en portugués en: ttps://www.brasil247.com/blog/a-condenacao-eterna-do-povo-haitiano-por-sua-ousadia-historica
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