Los países de la OTAN expresan una creciente preocupación por los esfuerzos de Rusia y China para establecer una ruta marítima en el Ártico, que apuntan a fortalecer aún más la cooperación económica euroasiática.
Situado en la región más septentrional del planeta, es una zona abundante en valiosos recursos naturales, como petróleo y gas. Países como Canadá, Dinamarca, Noruega, Rusia y Estados Unidos disputan su control. El deshielo por el cambio climático ha permitido la apertura de nuevas rutas marítimas, como la Ruta Marítima del Norte, que conecta el Atlántico y el Pacífico.
El temor señalado se refleja en acciones como el desarrollo a manos de la OTAN de una red de comunicaciones satelitales en la región, así como en las declaraciones de los países occidentales sobre las colaboraciones entre Beijing y Moscú en este área estratégica.
Así, el 17 de octubre de este año, trece naciones miembros de la OTAN firmaron una carta de intenciones para crear una red segura de comunicaciones satelitales en el Ártico, denominada Northlink, según informó un funcionario a Reuters.
Recientemente, el general James Hecker, comandante de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, indicó que la alianza atlántica está considerando la posibilidad de establecer un centro conjunto de control de operaciones aéreas en el Ártico, región donde "Rusia ha incrementado su actividad".
El 24 de noviembre de este año, durante el Foro Internacional de Seguridad de Halifax, una cumbre anual en Canadá que reúne a funcionarios militares y gubernamentales afines a Washington, la jefa del Estado Mayor de Defensa canadiense, Jennie Carignan, señaló la "seguridad y defensa del Ártico" como una de las prioridades para los presentes en el foro, en respuesta al aumento de la presencia de China y Rusia en la zona.
En su intervención, expresó:
"Solíamos ver la presencia de ambos, pero ahora vienen, ya sea a través de ejercicios conjuntos o patrullas conjuntas, ya sea por vía marítima o también por aire", dijo.
La cooperación entre China y Rusia en una ruta marítima alternativa, si bien ya viene encaminada desde la pandemia y otros incidentes relacionados al Canal de Suez, se ha intensificado debido a la campaña genocida de Israel contra Gaza, respaldada por Estados Unidos y varios países de la Unión Europea, así como a la creciente inestabilidad en Asia Occidental, que vuelven a comprometer el uso del canal egipcio.
En un artículo para Moder Diplomacy, la experta egipcia en asuntos políticos chinos, Nadia Helmy, destaca esta dinámica, citando un análisis de la revista china Info BRICS que examina las consecuencias de la interrupción de la navegación en la región.
"En vista de ello, China, junto con Rusia y otros países asiáticos, está interesada en desarrollar la Ruta Marítima del Norte para garantizar el flujo de mercancías sin obstáculos", dice el texto.
- El 19 de noviembre se cumplió un año desde que los hutíes yemeníes secuestraron el carguero Galaxy Leader en el mar Rojo. Los ataques contra la actividad mercante han continuado en retaliación a Israel por su campaña genocida en Gaza. Como consecuencia, el canal de Suez ha visto una caída del 71,1% en su volumen de tránsito.
El director del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Popular de China, el profesor Jin Canrong, citado por Helmy, respalda esta visión al advertir que la expansión del conflicto en Gaza "supondrá un gran peligro para el Canal de Suez". En este contexto, enfatiza que es imperativo que China "consigan crear pronto una ruta marítima y de navegación alternativa que pase por el Mar del Norte, para preservar sus intereses y su Iniciativa de la Franja y la Ruta".
En efecto, Rusia logró un hito significativo en noviembre de 2023, cuando, poco tiempo despues del estallido de la guerra en Gaza, reportó un tránsito record de 2.1 millones de toneladas a través de la Ruta Marítima del Norte durante los primeros diez meses del año.
Vladímir Pánov, representante especial para el desarrollo del Ártico en la agencia nuclear rusa Rosatom, explicó:
"El tránsito en 2023 puede ser considerado un proyecto piloto. Las compañías aceptaron enviar a través de la ruta ártica entre verano y otoño parte de la mercancía que antes iba a través del canal de Suez con destino a los países de Asia-Pacífico".
Asimismo, destacó que han llegado a la conclusión de que esta ruta es económicamente viable para el transporte de mercancías.
"El principal cargamento fue petróleo. Se transportaron en torno a 1,5 millones de toneladas. Otras 350.000 toneladas fueron el concentrado de mineral de hierro" agregó.
La Ruta Marítima del Norte se ha vuelto un punto estratégico en la relación entre Rusia y China. Para el primero, esta ruta no solo representa una oportunidad para fortalecer los lazos comerciales con Asia, sino que también le permite consolidar su soberanía sobre un Ártico rico en recursos naturales. Por su parte, Beijing encuentra en esta vía comercial alternativa una opción crucial para diversificar sus rutas de transporte.
Entre sus muchas ventajas geoestratégica, el Ártico acorta las distancias entre el extremo oriental y occidental del planeta, reduciendo el tiempo de tránsito y minimizando la dependencia de puntos críticos de congestión, como el Canal de Suez. Esta nueva vía podría transformar el comercio global al ofrecer una alternativa más eficiente y económica para el transporte marítimo, sobre todo entre Asia y Europa.
Estos factores, junto con el deterioro de las condiciones operativas en el Canal de Suez, plantean una competencia con foco en esta región que presenta múltiples desafíos e incertidumbres para Occidente, dado que enfrenta el riesgo de perder su hegemonía sobre las rutas comerciales más importantes del mundo ante potencias emergentes que impulsan un orden global multipolar.
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