Ricardo Perez
Corresponsal en México
El acuerdo de asociación estratégica integral entre Rusia e Irán firmado el 17 de enero es una muestra del avance hacia una globalidad multipolar que equilibra las relaciones de poder en Oriente Medio. Además, también es un disuasivo para una eventual intervención de EEUU en la nación persa, observan expertos en entrevista con Sputnik.
"Este acercamiento de líderes rusos y líderes iraníes puede generar un contrapeso a las formas en que la unipolaridad sigue buscando restablecerse", señala Imelda Ibáñez, especialista en Historia diplomática de Rusia y su política exterior por la Universidad Estatal de San Petersburgo.
El acuerdo, anunciado después de un encuentro en Moscú entre los presidentes ruso,
Vladímir Putin, e iraní,
Masud Pezeshkián, plantea ambiciosos objetivos y puntos de referencia para profundizar la cooperación bilateral a largo plazo en materia de política, seguridad, comercio, inversiones y asuntos humanitarios.
El pacto se da a tres días de que Donald Trump asuma la Presidencia de EEUU y en momentos en que se logra un cese al fuego en la Franja de Gaza.
Imelda Ibáñez —maestra en estudios en Relaciones Internacionales adscrita al Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM— considera que es todavía pronto para evaluar la política exterior del próximo presidente de Estados Unidos en torno a "desequilibrar" el Oriente Medio.
De cualquier manera, señala la experta, el nuevo acuerdo entre Moscú y Teherán justamente tiene el objetivo de equilibrar la ambición de la influencia estadounidense si decide hacer algo en contra de Irán.
Eduardo Rosales, académico y experto en relaciones internacionales de la UNAM, observa que el acuerdo se enmarca en un conflicto geopolítico entre Estados Unidos, China y Rusia, pues Irán "es parte de la esfera de influencia de la zona periférica de Rusia", mientras que "Israel es un estado más de Estados Unidos".
"Esto se enmarca en esa lucha de orden geopolítico en la que cada vez se está haciendo más evidente la relación entre Estados Unidos e Israel y, en consecuencia, también más cercanas las relaciones entre Rusia e Irán", comenta el analista.
Para el experto, no hay que perder de vista que Irán se sumó recientemente al grupo de los BRICS, lo que fortaleció “evidentemente” a Teherán en un contexto de tensiones con Washington y Tel Aviv.
Según Rosales, el acuerdo ruso-iraní envía un mensaje a Estados Unidos precisamente para desincentivar y disuadir a Washington de que intente alguna incursión armada frente a Irán.
"El mensaje es: 'vámonos respetando, yo marco aquí mi territorio, mi influencia, marco a mis aliados, así como tú marcaras a los tuyos'. Es un mensaje para gente como Marco Rubio, así como al próximo secretario de Defensa de Estados Unidos (...)", puntualizó Rosales.
Para el maestro César Soto Morales, académico en relaciones internacionales de la UNAM, la presencia de Moscú en la región del Oriente Medio se fortalece con el acuerdo y se genera un contrapeso, lo que le va a dar mayor estabilidad a una zona caracterizada por conflictos de larga data.
Apartado nuclear, mayor equilibrio
Para los especialistas consultados por Sputnik, el apartado de cooperación nuclear entre ambas naciones también aporta un mayor equilibrio entre las potencias mundiales.
"Hay que tomar en cuenta que Israel tiene entre 200 y 400 armas nucleares y no ha permitido y no permitirá que la Organización Internacional de Energía Atómica haga una verificación de sus instalaciones nucleares, que están en la aparente clandestinidad", dice Rosales Herrera.
Para Soto, el acuerdo es una contención para tratar de evitar que las potencias occidentales sigan hostigando a Irán.
"Cada vez que Rusia firma un tratado con algún país en Medio Oriente, en este caso Irán, se evita la intromisión de potencias occidentales en la región", explica Soto.
“Se fortalece la cooperación internacional y se fortalece el multilateralismo y va minando poco a poco el unipolarismo de Estados Unidos", añadió el internacionalista.
El acuerdo considera la construcción de dos nuevas unidades de la central nuclear de Bushehr, lo que, según el presidente Putin, contribuirá “significativamente” al fortalecimiento de la seguridad energética de Irán.
Actualmente, Irán cuenta con una central nuclear operativa, la de Bushehr. Su primera unidad, finalizada con la asistencia de Rusia, se conectó al sistema energético nacional en septiembre de 2011. La construcción del segundo reactor se inició en otoño de 2019 y también se firmó un contrato para la construcción de un tercero.
Una nueva arquitectura global
Los especialistas consultados subrayaron que la asociación estratégica entre Moscú y Teherán representa un avance en el proceso hacia una globalidad multipolar y un golpe a la hegemonía de Estados Unidos.
"Esta política, no solo de Rusia, sino también de sus aliados, de los BRICS y China, ha estado transformando poco a poco el orden internacional surgido después de la Segunda Guerra Mundial; prácticamente se está creando una nueva arquitectura global, algo nuevo, pero los cambios no se ven tan rápido", comenta Soto.
Según él, el acuerdo con Irán forma parte de la política exterior de Rusia, la cual fortalece los lazos para cuidar su interés nacional y continuar como uno de los centros influyentes del mundo en esta creación de un orden mundial más equitativo, en donde no exista una potencia hegemónica que dicte lo que se tiene que hacer en el mundo.
“El acuerdo es un paso hacia el objetivo del multilateralismo en oposición al modelo unipolar, que es el que estaba liderado por Estados Unidos”, explica Soto.
"Este tratado evidencia el avance del afianzamiento de los lazos entre dos actores importantes fuera de Occidente: una superpotencia, Rusia, y una potencia media, que es Irán. El mensaje es claro: el crecimiento del multilateralismo", añade García Contreras.
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