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18 enero 2025

El cisma imperialista y la política “woke”



Tribunavm, Resumen Latinoamericano, 18 de enero de 2025.

El 9 de enero de 2025, BlackRock, el mayor fondo de inversión del mundo, abandonó el Net Zero Asset Managers Initiative (NZAMI), un grupo internacional de gestores de activos que promueve la redirección de capitales con el objetivo de lograr emisiones cero de gases de efecto invernadero para 2050.

El 13 de enero, el grupo creado por las Naciones Unidas (ONU) en diciembre de 2020, emitió un comunicado en el que anuncia que debido a “los recientes acontecimientos en los EE. UU. (…) los inversores han llevado a NZAM a iniciar una revisión de la iniciativa”. Además el grupo suspendió “las actividades de seguimiento de la implementación y la presentación de informes por parte de los signatarios”.

Finanzas progresistas

Desde hace algunas décadas los fondos de inversión y bancos más grandes del mundo promueven el flujo de capitales hacia lo que llaman las “industrias sustentables”. Larry Fink, CEO de BlackRock, afirmó en una carta (posteriormente eliminada de la página oficial) que “la sostenibilidad es el nuevo pilar de inversión”. Además, declaró: “nos encontramos en los albores de un replanteamiento de las finanzas desde sus cimientos”.

Para llevarlo a cabo lanzaron diversas iniciativas globales que reúnen a actores de las finanzas, organismos de crédito y gobiernos de todo el mundo. Un ejemplo de ello es la Acción Climática 100+, lanzada en 2017 que se propuso dirigir las inversiones progresivamente para “garantizar que los mayores emisores corporativos de gases de efecto invernadero del mundo tomen medidas adecuadas sobre el cambio climático para mitigar el riesgo financiero y maximizar el valor a largo plazo de los activos”.

Otro grupo similar lanzado en abril de 2021, la Alianza Financiera de Glasgow para Cero Neto (GFANZ), también reúne a instituciones financieras para “apoyar los objetivos de movilizar capital y abordar las barreras que enfrentan las empresas para ampliar la descarbonización”.

Todos estos espacios de coordinación mundial fueron promovidos inicialmente por los Principios para la Inversión Responsable (PRI, por sus siglas en inglés) de la ONU acordados en su Pacto Global, la iniciativa corporativa “sustentable” más grande del mundo para “fomentar las alianzas con Gobiernos, la sociedad civil y el sector privado” en la dirección de los recursos a escala global.

Resistencia republicana a la política “woke”

Los sectores de la burguesía estadounidense ligados a la industria de hidrocarburos, carbón y minería, principalmente, se pararon contra las finanzas progresistas. Algunos de sus voceros de la política pertenecientes a los estados de Texas, Ohio, Kentucky y Mississippi, entre otros, comenzaron a hacer públicos sus posicionamientos al respecto.

Así, el término ‘woke’ comenzó a emplearse de forma despectiva para referirse a empresas y fondos que respaldan movimientos o ideologías progresistas, como la igualdad LGBTQ+ o el ecologismo.

Según comentan sus partidarios, estas firmas utilizan como marketing empresarial la ideología “woke” para captar a las nuevas generaciones de inversionistas llevando a cabo una política corporativa y de dirección de recursos que perjudica a empresarios norteamericanos.

Además, en alianza con actores del Senado y la justicia norteamericana, encargaron investigaciones oficiales por “cartelización” y prohibieron en sus estados la actividad de grupos y bancos que pertenecieran a estos grupos sustentables.

Tal es el caso del fiscal general de Texas, Ken Paxton, que encabeza una demanda contra BlackRock, Vanguard y State Street en un tribunal federal, alegando que están “conspirando para restringir artificialmente” el mercado del carbón en su estado.

En la demanda agrega que los tres gestores de activos “adquirieron participaciones sustanciales” con las que “obtuvieron el poder de controlar las políticas de las empresas carboneras” utilizando sus acciones “como arma para que se adaptaran a los objetivos de `energía verde`”.

“Los productores de carbón de Estados Unidos no han respondido a las señales de precios del libre mercado, sino a las órdenes de Larry Fink, presidente y director ejecutivo de BlackRock, y sus colegas gestores de activos”, concluye la denuncia.

En paralelo a la denuncia, el pasado 20 de diciembre el presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jim Jordan, exigió información a más de 60 gestores de activos con sede en Estados Unidos sobre su participación en la iniciativa NZAM. Entre ellos se encontraban State Street, BlackRock, J.P. Morgan, Rockefeller, Lazard, AllianceBernstein, entre otros.

A mitad del año pasado el Comité había presentado un informe donde comentan que el “cártel climático” se “describe a sí mismo como ´la Armada global´ en una guerra para descarbonizar empresas”.

A su vez, el comité denuncia que dicho cartel está formado por “activistas de izquierda e importantes instituciones financieras que se confabulan para imponer objetivos ambientales, sociales y de gobernanza radicales” a las empresas estadounidenses.

Retirada táctica

La salida de BlackRock del NZAMI, aunque sólo lo hizo parcialmente ya que continuará en el grupo por medio de una firma global de su propiedad, fue la última de una serie de corrimientos que vienen sucediendo en estos grupos globales desde hace unos años.

Philipp Hildebrand, vicepresidente de la gestora, justificó la decisión al señalar que su membresía “causó confusión respecto a las prácticas de BlackRock y nos sometió a investigaciones legales por parte de varios funcionarios públicos”. Aunque aclaró que “la salida no cambia la forma en que desarrollamos productos y soluciones para los clientes, ni cómo gestionamos sus carteras”.

Goldman Sachs, Citigroup, Bank of America, Morgan Stanley y JP Morgan ya habían salido en septiembre del año pasado, acción que había realizado el fondo Vanguard en 2022. Por el momento, el otro fondo demandado por Texas, State Street, no anunció su dimisión.

A principios del año pasado los fondos BlackRock y State Street junto al JPMorgan, Pimco, entre otras firmas, habían presentado su renuncia al grupo Acción Climática 100+. El fondo de inversión Franklin Templeton hizo lo suyo en agosto del mismo año. Algunos de los actores más importantes que aparecen allí son HSBC, Allianz Global Investors y CaixaBank Asset Management, entre otros.

Esta retirada táctica responde al impacto que la gestión de sus activos enfrenta ante la competencia de otros grupos, bancos y fondos en la disputa por el capital que, relativamente, es cada vez más limitado. Este se vuelve insuficiente para satisfacer las necesidades imperialistas de injerencia y acumulación de los grandes actores financieros globales, así como de las corporaciones que dominan diversos sectores productivos.

En este contexto, se revela una lucha encarnizada entre fuerzas que compiten por el control de recursos y la orientación de los flujos de capital a escala global. Este conflicto no solo genera tensiones dentro de las instituciones que estos mismos actores crearon, sino que también alimenta la resistencia de grandes grupos con asentamiento en los países centrales.

Así, a pesar de apelar al pacto diplomático, la política progresista impulsada a través de acuerdos globales muestra cada vez más su carencia de consenso universal. Esto pone de manifiesto la característica principal de la etapa actual por medio de la cuál se ordenan los conflictos y las dinámicas del poder económico y político global: el cisma imperialista.


https://www.resumenlatinoamericano.org/2025/01/18/pensamiento-critico-el-cisma-imperialista-y-la-politica-woke/


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