El presidente Nicolás Maduro encabezó este 22 de enero la décima edición del ejercicio popular, militar y policial "Escudo Bolivariano 2025", una demostración de fuerza y organización del Estado venezolano para blindar al país frente a las amenazas externas e internas.
El mandatario explicó que ese ejercicio "debe ser el más completo y perfecto desde el punto de vista de la defensa del territorio" y añadió: "Si quieres la paz, constrúyela; [...] si quieres la paz, defiéndela; si quieres la paz, presérvala".
Según el comandante estratégico operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, general en jefe Domingo Hernández Lárez, en este despliegue participan 150.000 soldados en 290 operaciones estratégicas, empleando "159 medios navales, 50 medios aéreos y 250 vehículos militares pesados (incluyendo tanques y artillería)".
El doctor en Seguridad de la Nación, Rafael Braca Tovar, comentó en diálogo con Sputnik que estos ejercicios militares "han sido una figura de praxis mundial y que ha acompañado a los grandes cuerpos castrenses a lo largo de la historia".
Sin embargo, resaltó que en el caso de Venezuela, el contexto de asedio y las estrategias de guerra no convencional han modificado las lógicas tradicionales, imprimiendo un carácter único a dichas prácticas.
La defensa integral de la nación
El "Escudo Bolivariano 2025" no solamente representa un ensayo a gran escala de maniobras militares, sino también la consolidación de un modelo de defensa que trasciende las fronteras de lo tradicional.
"Siendo preciso, el sistema defensivo territorial, nuevo concepto estratégico operacional que se fundamenta en la defensa integral de la nación, abarca no solo la acción tradicional de guerra, sino que trasciende a la corresponsabilidad, sumando a parte de la Fuerza Armada a la organización popular", señaló el especialista.
El especialista señala que en
esta doctrina de defensa bolivariana,
el pueblo juega un papel crucial, articulándose con las unidades militares y los órganos de seguridad ciudadana. Esto, según Braca Tovar, permite
una interoperabilidad sin precedentes que optimiza las diferentes fases y tácticas.
"Este ejercicio popular, militar y policial se ejecuta con un nivel excepcional en lo estratégico, operacional y táctico, mostrando la interoperabilidad entre pueblo organizado, unidades militares y órganos de seguridad ciudadana", añadió.
La seguridad integral como concepto transversal
Braca Tovar subrayó que la seguridad y la defensa integral son conceptos complementarios que confluyen hacia un mismo objetivo: la protección de los intereses y objetivos nacionales.
"La seguridad refleja orden, solidez, certeza, convicción, garantía que se manifiesta en los distintos niveles: individual, grupal y social. La defensa, por su parte, es la acción conjunta conformada por medidas coordinadas y planificadas sobre la base de una estrategia adoptada por el Estado", explicó el experto.
Este modelo, que integra a la sociedad civil con las Fuerzas Armadas, se distancia de paradigmas teóricos tradicionales para centrarse en la "filosofía de la praxis".
"No se trata de introducir de contrabando un modelo por otro, sino de recuperar el alma de la 'filosofía de la praxis', aplicándola a un tema específico: la Seguridad Nacional", enfatiza.
Braca Tovar detalló que el país latinoamericano, debido a su posición geográfica privilegiada, enfrenta riesgos asociados a su franja costera rica en recursos petroleros, disputas fronterizas como la del Esequibo y la seguridad de las vías de acceso marítimo a través del Caribe.
"Aparte de estas evidentes amenazas propias de su posición geográfica, existen otras de orden político, cuyos enemigos internos y externos se encuentran al servicio de intereses imperiales y apuestan a la distorsión de la paz social", sostuvo Braca Tovar.
Además, mencionó que el crimen organizado transnacional y las prácticas de naturaleza terrorista también representan amenazas latentes.
Una de las mayores preocupaciones en materia de seguridad es la situación fronteriza con Colombia, un país que alberga más de nueve bases militares estadounidenses y donde se ha denunciado
la planificación de operaciones desestabilizadoras contra Venezuela. "No cabe la menor duda que el resguardo fronterizo con Colombia debe hacerse bajo un despliegue militar venezolano de alta escala", afirmó el especialista.
Según el especialista, la frontera no solo es un límite físico, sino también simbólico, representando la máxima expresión territorial del poder político. En este sentido, consideró que una política congruente de seguridad fronteriza entre Estados podría generar mayores beneficios mutuos.
"Tenemos que recordar la frase del senador republicano de los Estados Unidos, Paul Coverdale, quien fue el primer ponente del Plan Colombia: ‘Para controlar a Venezuela, es necesario dominar militarmente a Colombia'. De modo que el conflicto cobra otro tinte y deja de ser un problema entre vecinos para convertirse en vecinos utilizados por un tercero para lograr los intereses perversos de ese tercero", explicó Braca Tovar.
El experto también abordó la complejidad de la controversia territorial con Guyana por el Esequibo, destacando que las actuaciones diplomáticas y jurídicas son esenciales para preservar la soberanía venezolana.
"El camino que actualmente está tomando la controversia territorial entre Venezuela y Guayana Esequiba es peligroso y Venezuela debe promover las actuaciones de orden diplomático, jurídico, político y militar que conlleven a preservar la soberanía de sus espacios", afirmó.
Éxitos en la lucha contra el crimen organizado
El experto reflexionó que el país suramericano se mantiene invulnerable debido a un enfoque de seguridad claro en la praxis, adaptado a las particularidades del contexto venezolano y que no es un concepto estático, sino "una construcción dinámica que exige estrategias flexibles y efectivas".
Muestra de ello, dijo, lo representan no solo los ejercicios "Escudo Bolivariano" sino la desarticulación de más del 92% de las bandas criminales. Braca Tovar atribuyó estos éxitos al aumento de los operativos de seguridad ciudadana.
"Indudablemente que estos avances han tenido un impacto positivo, logrando una suerte de distensión en los ciudadanos de a pie. Apuesto a que se neutralice la impunidad jurídica frente a los delincuentes y aumente el empleo de operaciones de inteligencia y contrainteligencia en asuntos de seguridad ciudadana", concluyó.
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