Cuba envía médicos, EEUU envía sanciones - Periódico Alternativo

Home Top Ad

Contra la propaganda de las multinacionales Mediáticas

Post Top Ad

18 marzo 2025

demo-image

Cuba envía médicos, EEUU envía sanciones

HELEN YAFFE
cuba.jpg


Si Rubio y Trump tienen éxito, no solo sufrirán los cubanos. También lo harán millones de beneficiarios globales, cuyas vidas hoy están siendo salvadas por el internacionalismo médico cubano

El 25 de febrero, el secretario de Estado de los EEUU, Marco Rubio, anunció restricciones a los visados tanto para los funcionarios del gobierno en Cuba como para cualquier otro funcionario del mundo que sea «cómplice» de los programas de asistencia médica en el extranjero de la nación insular. Un comunicado del Departamento de Estado luego aclaró que la sanción se extiende a los funcionarios «actuales y anteriores» y a la «familia inmediata de dichas personas». Esta acción, la séptima medida dirigida contra Cuba en un mes, tiene consecuencias internacionales; ya que durante décadas decenas de miles de profesionales médicos cubanos (muchos más que la fuerza laboral de la Organización Mundial de la Salud) fueron destinados a unos sesenta países, en su mayoría para trabajar en poblaciones desatendidas o con pocos servicios del Sur Global. Al amenazar con retenerle los visados a los funcionarios extranjeros, el gobierno de EEUU pretende sabotear estas misiones médicas cubanas al extranjero. Si la medida funciona, millones de personas sufrirán.

Rubio construyó su carrera alrededor de una línea dura contra el socialismo cubano, llegando incluso a alegar que sus padres huyeron de la Cuba de Fidel Castro hasta que el Washington Post reveló que emigraron a Miami en 1956, durante la dictadura de Fulgencio Batista. Como secretario de Estado de Trump, Rubio está en una posición privilegiada para intensificar la beligerante política de EEUU hacia Cuba, establecida por primera vez en abril de 1960 por el subsecretario de Estado adjunto Lester Mallory: utilizar la guerra económica contra la Cuba revolucionaria para provocar «hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno».

Cuba está acusada por el gobierno de EEUU de tráfico de personas, llegando incluso a equiparar al personal médico cubano en el extranjero con esclavos. El tuit de Rubio repitió este pretexto. El verdadero objetivo es socavar tanto el prestigio internacional de Cuba como los ingresos que recibe por la exportación de servicios médicos. Desde 2004, los ingresos por exportaciones de servicios médicos y profesionales cubanos constituyeron la mayor fuente de ingresos de la isla. La capacidad de Cuba para llevar a cabo un comercio internacional «normal» se ve actualmente obstaculizada por el largo bloqueo de EEUU, pero el Estado socialista logró convertir sus inversiones en educación y atención sanitaria en ganancias nacionales, al tiempo que mantiene la asistencia médica gratuita al Sur Global, basándose en sus principios internacionalistas.

El internacionalismo médico: una característica fundamental de la política exterior cubana

Los cuatro enfoques del internacionalismo médico cubano se iniciaron a principios de la década de 1960, a pesar de la salida de la mitad de los médicos de Cuba después de 1959.

1. Brigadas médicas de respuesta a emergencias. En mayo de 1960, Chile fue golpeado por el terremoto más poderoso registrado, con miles de muertos. El nuevo gobierno cubano envió auna brigada médica de emergencia con seis hospitales de campaña rurales. Esto estableció un modus operandi bajo el cual los médicos cubanos movilizan respuestas rápidas a emergencias por «desastres y enfermedades» en todo el Sur Global; desde 2005, estas brigadas se organizaron bajo el nombre de «Contingentes Internacionales Henry Reeve». En 2017, cuando la OMS elogió a las brigadas Henry Reeve con un premio de salud pública, ya habían ayudado a 3,5 millones de personas en veintiún países. Los ejemplos más conocidos incluyen a las brigadas en África Occidental para combatir el ébola en 2014 y las de respuesta a la pandemia de COVID-19 en 2020. En un año, las brigadas Henry Reeve trataron a 1,26 millones de pacientes con coronavirus en cuarenta países, incluida Europa Occidental.

2. Establecimiento de aparatos de salud pública en el extranjero. A partir de 1963, los médicos cubanos ayudaron a establecer un sistema de salud pública en la recién independizada Argelia. En la década de 1970, habían establecido y dotado de personal programas integrales de salud en toda África. En 2014, 76.000 profesionales médicos cubanos habían trabajado en treinta y nueve países africanos. En 1998, un acuerdo de cooperación cubana con Haití se comprometió a enviar de 300 a 500 profesionales médicos cubanos allí, al tiempo que se capacitaba a médicos haitianos en Cuba. En diciembre de 2021, más de 6000 profesionales médicos cubanos habían salvado 429.000 vidas en el país más pobre del hemisferio occidental, realizando 36 millones de consultas. Y desde hace dos décadas, Cuba mantiene a más de 20.000 médicos en Venezuela, habiendo llegado a un máximo de 29.000. En 2013, la Organización Panamericana de la Salud contrató a 11.400 médicos cubanos para trabajar en regiones de Brasil desatendidas y con pocos servicios. En 2015, los Programas Integrales de Salud de Cuba estaban en funcionamiento en cuarenta y tres países.

3. Tratamiento de pacientes extranjeros en Cuba. En 1961, niños y combatientes heridos en la guerra argelina para independizarse de Francia fueron a Cuba para recibir tratamiento. Miles de personas de todo el mundo siguieron su ejemplo. Se desarrollaron dos programas para tratar a pacientes extranjeros en masa: el primero es el programa «Niños de Chernóbil», que comenzó en 1990 y duró veintiún años, durante los cuales 26.000 personas afectadas por el desastre nuclear de Chernóbil recibieron tratamiento médico y rehabilitación gratuitos en la isla, de los cuales casi 22.000 eran niños. Los cubanos cubrieron el costo, a pesar de que el programa coincidió con la grave crisis económica de Cuba, conocida como el «Período Especial», tras el colapso del bloque socialista. El segundo programa para tratar a pacientes extranjeros en masa fue la Operación Milagro, creada en 2004 para que los venezolanos con ceguera reversible recibieran operaciones oculares gratuitas en Cuba para recuperar su vista. Posteriormente se amplió a nivel regional. En 2017, Cuba gestionaba sesenta y nueve clínicas oftalmológicas en quince países en el marco de la Operación Milagro, y a principios de 2019 se habían beneficiado más de cuatro millones de personas en treinta y cuatro países.

4. Formación médica para extranjeros, tanto en Cuba como en el extranjero. Es importante señalar que el Estado cubano nunca buscó fomentar la dependencia. En la década de 1960, comenzó a formar a extranjeros en sus propios países, cuando se disponía de las instalaciones adecuadas, o en Cuba, cuando no las había. En 2016, 73.848 estudiantes extranjeros de ochenta y cinco países se habían graduado en Cuba, mientras que esa nación dirigía doce escuelas de medicina en el extranjero, la mayoría en África, donde estaban matriculados más de 54.000 estudiantes. En 1999, se fundó en La Habana la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), la escuela de medicina más grande del mundo. Para 2019, se habían graduado de la ELAM 29.000 médicos de 105 países (incluido EEUU), que representaban a 100 grupos étnicos. La mitad eran mujeres y el 75 % procedía de familias de obreros o campesinos.

El costo monetario de la contribución de Cuba

Desde 1960, unos 600.000 profesionales médicos cubanos proporcionaron atención sanitaria gratuita en más de 180 países. El gobierno de Cuba asumió la mayor parte del costo de su internacionalismo médico, una enorme contribución al Sur Global, sobre todo teniendo en cuenta el impacto del bloqueo estadounidense y los propios retos de desarrollo de Cuba. «Algunos se preguntarán cómo es posible que un país pequeño y con pocos recursos pueda llevar a cabo una tarea de esta magnitud en campos tan decisivos como la educación y la salud», señaló Fidel Castro en 2008. Sin embargo, no dio la respuesta. De hecho, Cuba dijo poco sobre el costo de estos programas.

Sin embargo, el investigador guatemalteco Henry Morales reformuló la solidaridad internacional de Cuba como «asistencia oficial para el desarrollo» (AOD), utilizando los tipos medios del mercado internacional y adoptando la metodología de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), para calcular la magnitud de su contribución al desarrollo mundial y facilitar la comparación con otros donantes. Según Morales, el valor monetario de los servicios profesionales médicos y técnicos, la AOD de Cuba, superó los 71.500 millones de dólares solo entre 1999 y 2015, lo que equivale a 4870 millones de dólares anuales. Esto significa que Cuba dedicó anualmente el 6,6% de su PIB a la AOD, la proporción más alta del mundo. En comparación, la media europea fue del 0,39% del PIB y EEUU contribuyó con solo el 0,17%. Dado que el bloqueo estadounidense le costó a Cuba entre 4000 y 5000 millones de dólares anuales en este periodo, sin esta carga la isla podría haber duplicado su contribución a la AOD.

Estos costos excluyen las inversiones estatales cubanas en educación, formación médica e infraestructura en la propia isla. Cuba también sufre pérdidas considerables al cobrarle a los beneficiarios por debajo de las tarifas del mercado internacional o, en muchos casos, simplemente no cobrarles nada.

Los servicios médicos como exportaciones

Durante el «Período Especial» de la década de 1990, Cuba introdujo acuerdos recíprocos para compartir los costos con los países receptores que podían permitírselo. A partir de 2004, con el famoso programa «petróleo por médicos» acordado con Venezuela, el envío de profesionales médicos se convirtió en la principal fuente de ingresos de Cuba. Estos ingresos se reinvierten en la prestación de servicios médicos en la isla. Sin embargo, Cuba sigue prestando asistencia médica gratuita a los países que la necesitan. En la actualidad existen diferentes contratos de cooperación, desde algunos en los que Cuba que cubre todos los costos (donaciones y servicios técnicos gratuitos) hasta acuerdos de reciprocidad (con costos compartidos con el país anfitrión), pasando por la «colaboración triangular» (asociaciones con terceros) y los acuerdos comerciales. La nueva medida anunciada por Rubio afectará a todos ellos.

En 2017, los médicos cubanos operaban en sesenta y dos países; en veintisiete de ellos (el 44%), el gobierno anfitrión no pagaba nada, mientras que en los treinta y cinco restantes se compartían los costos según una escala móvil. Cuando el gobierno anfitrión paga todos los costos, lo hace a un precio inferior al que se cobra internacionalmente. Los pagos diferenciales se utilizan para equilibrar las cuentas de Cuba, por lo que los servicios cobrados a los países ricos en petróleo (Qatar, por ejemplo) ayudan a subvencionar la asistencia médica a los países más pobres. El pago por las exportaciones de servicios médicos va al gobierno cubano, que entrega una pequeña proporción de esos montos a los propios médicos. Esto suele ser un adicional a sus salarios cubanos.

En 2018, el primer año en que la Oficina de Estadísticas Nacionales de Cuba publicó datos por separado, las «exportaciones de servicios sanitarios» obtuvieron 6.400 millones de dólares. Sin embargo, los ingresos disminuyeron desde entonces, ya que los esfuerzos de EEUU para sabotear el internacionalismo médico cubano tuvieron éxito, por ejemplo en Brasil, lo que redujo en miles millones los ingresos de la isla.

Criminalización estadounidense del internacionalismo médico cubano

Ya en 2006, la administración de George W. Bush lanzó su Programa de Permiso Médico para inducir a los médicos cubanos a abandonar las misiones a cambio de la ciudadanía estadounidense. Barack Obama mantuvo el programa hasta sus últimos días en el cargo, en enero de 2017. En 2019, Trump renovó el ataque, añadiendo a Cuba a su lista de Nivel 3 de países que no combaten la «trata de personas», por su internacionalismo médico. La Agencia de los EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID) incluso lanzó un proyecto para desacreditar y sabotear los programas de atención médica cubanos. En 2024, el proyecto de ley del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes de los EEUU incluía exponer la «trata de médicos de Cuba», retirarle la ayuda a los «países que participan en esta forma de esclavitud moderna» y prohibir los fondos para los laboratorios cubanos. Mientras tanto, asignó 30 millones de dólares a «programas de democracia» para Cuba, un nombre inapropiado para el incentivo de acciones que fomenten el cambio de régimen que Mallory planeó en 1960.

Los contratos de servicio que firman los médicos cubanos antes de ir al extranjero son, de hecho, voluntarios; y por su trabajo reciben su salario cubano habitual, más una remuneración del país de acogida. A los voluntarios se les garantizan vacaciones y contacto con sus familias. Sean cuales sean sus motivaciones para participar, los profesionales médicos cubanos hacen enormes sacrificios personales para ofrecerse como voluntarios en el extranjero, dejando atrás a sus familias y hogares, a su cultura y comunidades, para trabajar en condiciones difíciles y a menudo arriesgadas durante meses o incluso años. Entrevistado para nuestro documental, Cuba & COVID-19: Public Health, Science and Solidarity [Cuba y el COVID-19: salud pública, ciencia y solidaridad], el Dr. Jesús Ruiz Alemán explicó cómo un sentido de obligación moral lo llevó a ofrecerse como voluntario para el Contingente Henry Reeve. Realizó su primera misión en Guatemala en 2005, luego estuvo en África Occidental en la campaña contra el ébola en 2014 y en Italia en 2020, cuando era el epicentro de la pandemia de COVID-19. «Nunca me sentí como un esclavo, nunca», insistió. «La campaña contra las brigadas parece ser una forma de justificar el bloqueo y las medidas contra Cuba, para dañar una fuente de ingresos para el país».

En el mismo documental, Johana Tablada, subdirectora para EEUU del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, condenó la «militarización y criminalización» del internacionalismo médico cubano que «causó estragos», especialmente en países presionados para poner fin a sus alianzas con Cuba poco antes de la pandemia de COVID-19, como Brasil y Bolivia. «La razón por la que EEUU lo llama esclavitud o trata de personas no tiene nada que ver con el delito internacional de la trata de personas». Esto es una tapadera, dice, para una política de sabotaje que es «imposible de sostener ante el escrutinio público». Los EEUU no pueden decirles a las personas en los países en desarrollo que renuncien a los servicios médicos que brindan las brigadas cubanas «solo porque no coincide con su política de evitar que Cuba reciba reconocimiento y admiración internacionales». Y ciertamente, EEUU no está ofreciendo reemplazar a los médicos cubanos con los suyos.

La amenaza de un buen ejemplo

El enfoque global predominante, ejemplificado por EEUU, es considerar la atención médica como un recurso o producto caro que debe ser racionado a través de mecanismos de mercado. Los estudiantes de medicina «invierten» en su educación, pagan altas tasas de matrícula y se gradúan con enormes deudas. Luego buscan trabajos bien remunerados para pagar esas deudas y alcanzar un nivel de vida privilegiado. Para garantizar que los médicos estén bien remunerados, la demanda debe mantenerse por encima de la oferta. El Foro Económico Mundial prevé un déficit de diez millones de trabajadores sanitarios en todo el mundo para 2030. Pero la inversión cubana en educación médica aumenta la oferta de profesionales a nivel mundial, amenazando así la situación de los médicos que operan bajo un sistema de mercado. Lo más importante es que el enfoque cubano elimina las barreras financieras, de clase, raza, género, religión o de cualquier otro tipo para unirse a la profesión médica.

Las características clave del enfoque cubano son: el compromiso con la atención sanitaria como derecho humano; el papel decisivo de la planificación e inversión estatales para proporcionar un sistema de salud público universal sin un sector privado paralelo; la rapidez con la que se mejoró la prestación de servicios sanitarios (en la década de 1980, Cuba tenía el perfil sanitario de un país altamente desarrollado); el enfoque en la prevención por encima de la cura; y el sistema de atención primaria basado en la comunidad. De esta manera, la Cuba socialista logró resultados sanitarios comparables con los de los países desarrollados, pero con un gasto per cápita menor: menos de una décima parte del gasto per cápita de EEUU y una cuarta parte del del Reino Unido. En 2005, Cuba había alcanzado la mayor proporción de médicos per cápita del mundo: 1 por cada 167 habitantes. En 2018, tenía tres veces la densidad de médicos de EEUU y el Reino Unido.

Hoy en día, Cuba se encuentra en medio de una grave crisis económica, en gran parte como resultado de las sanciones de EEUU El sistema de salud pública está sometido a una presión sin precedentes, con escasez de recursos y de personal tras la emigración masiva desde 2021. No obstante, el gobierno sigue dedicando una alta proporción del PIB a la atención sanitaria (casi el 14% en 2023), manteniendo la prestación médica universal gratuita, y cuenta actualmente con 24.180 profesionales médicos en cincuenta y seis países.

La Cuba revolucionaria nunca se preocupó únicamente por satisfacer sus propias necesidades. Según los datos de Morales, solo entre 1999 y 2015, los profesionales médicos cubanos en el extranjero salvaron 6 millones de vidas, realizaron 1.390 millones de consultas médicas y 10 millones de operaciones quirúrgicas, y asistieron a 2,67 millones de partos, mientras que 73.848 estudiantes extranjeros se graduaron como profesionales en Cuba, muchos de ellos como médicos. Si a eso le sumamos los beneficiarios entre 1960 y 1998, y los que lo han sido desde 2016, las cifras suben vertiginosamente.

Las naciones beneficiarias fueron las más pobres y menos influyentes a nivel mundial; y pocas de ellas tienen gobiernos con influencia en la escena mundial. Y las poblaciones receptoras suelen ser las más desfavorecidas y marginadas dentro de esos países. Si los médicos cubanos se van, no tendrán otra alternativa. Si Rubio y Trump tienen éxito, no solo sufrirán los cubanos. También lo harán millones de beneficiarios globales, cuyas vidas hoy están siendo salvadas y mejoradas por el internacionalismo médico cubano.

Jacobinlat


https://www.lahaine.org/mundo.php/cuba-envia-medicos-eeuu-envia

Periódico Alternativo publicó esta noticia siguiendo la regla de creative commons. Si usted no desea que su artículo aparezca en este blog escríbame para retirarlo de Inmediato

No hay comentarios.:

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *