Por Masiel Fernández Bolaños
París, 28 abr (PL) El elevado desempleo parece hoy más desafiante en Francia, una nación en la que el aumento de ese indicador se convirtió en un mal habitual en los últimos años y en persistente preocupación ciudadana.Las estadísticas actualizadas de cada mes son esperadas por algunos con la esperanza de saborear una victoria mínima, parcial.
Sin embargo, muchos ciudadanos observan a la divulgación del medidor para saber cómo vislumbrar sus expectativas.
Hay quienes confiesan sentirse agobiados y no quieres saber de cifras, sólo desean resultados concretos, palpables en la mesa de su hogar, en el día a día.
Hasta el momento lo único concreto es que el mercado laboral enfrenta la realidad del incremento frecuente del número de desocupados, con una tasa ubicada en torno al 10 por ciento.
El desempleo marcó otro récord en Francia metropolitana (parte continental más la Isla de Córcega) en marzo, mes en el que sobrepasó los 3,5 millones de parados, reportó el Ministerio de Trabajo.
La cifra representa un alza de 0,4 por ciento en la comparación mensual y de 4,9 en la interanual, una situación que perjudica sobremanera a los jóvenes.
Si se tienen en cuenta los territorios de ultramar, el número de desocupados supera los 3,7 millones de personas.
El presidente francés, Francois Hollande, cumplirá el 6 de mayo tres años de su elección para el cargo. Llegará a la fecha sin haber cumplido una de sus promesas de campaña: reducir la curva ascendente del paro.
Hollande no ha podido solucionar uno de los problemas que más golpea a los habitantes de esta nación europea, ya que las medidas que el gobierno ha implementado con ese fin, distan de arrojar resultados alentadores.
Desde el inicio de su mandato, el número de personas paradas aumentó en más de medio millón.
En 34 meses de presidencia, el desempleo subió en 30 meses, pese a que el mandatario insiste en que la lucha contra ese mal es una de las prioridades de su gobierno.
El actual inquilino del Palacio del Elíseo reconoció recientemente que la elevada desocupación, en aumento desde hace varios años, es uno de los principales problemas que perjudica al país.
Expresó que luchará durante los dos años que le quedan en el cargo para alcanzar los resultados que se fijó, en clara referencia a la disminución del nivel de cesantía.
También subrayó la importancia de que el trabajo sea revalorizado y de apoyar la educación y apuntó que se implementarán reformas con el fin de incrementar la generación de puestos.
Analistas y sindicatos se mantienen prudentes al apuntar que es necesario una disminución sostenida del número de cesantes para poder comenzar a hablar de una recuperación del mercado laboral.
La cantidad de solicitantes de empleo, sin ningún tipo de actividad, terminó el 2014 en 3,49 millones, reflejan los registros.
Especialistas recalcan que si se tienen en cuenta el número de individuos que tienen una actividad reducida y estaban también en busca de trabajo, la cifra se eleva supera las cinco millones de personas, por lo señalan una precarización de la ocupación.
También vinculan la situación del mercado laboral al estancamiento del Producto Interno Bruto como consecuencia de las medidas de austeridad aplicadas en la Eurozona para intentar contener el incremento del déficit y la deuda pública.
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