La muerte de 72 trabajadores y trabajadoras en Filipinas por el incendio desatado en una fábrica de calzados puso de nuevo en el tapete la explotación laboral y las abusivas condiciones que imponen las grandes empresas del sector.
Así lo afirma el diario ‘The Manila Times’ al referirse a la tragedia ocurrida esta semana en el distrito Valenzuela, en el norte de la capital, donde se concentran factorías y las que señala entre los sitios de más accidentes mortales, refirió Prensa Latina.
El viernes, la Cámara de Representantes anunció una investigación en torno al fuego en el que las víctimas quedaron atrapadas en un segundo piso desprovisto de escaleras de evacuación contra incendios y con ventanas con barrotes que les impidieron escapar.
A su vez, la secretaria del trabajo, Rosalinda Baldoz, describió a los propietarios de la instalación fabril Kentex Manufacturing de inmorales, señalando que quebrantaban las leyes laborales al dejar de garantizar salarios mínimos, pensiones y seguridad social.
Estas condiciones se conocieron por testimonios de trabajadores, quienes se quejaron de que convivían con sustancias químicas inflamables y nunca recibieron preparación para prevenir accidentes y enfrentar eventuales desastres.
La publicación expone que Filipinas cuenta con sólidas legislaciones y un importante movimiento sindical, pero la masiva pobreza, que afecta a 100 millones de personas, junto a una endémica corrupción propicia que florezca la explotación obrera.
Baldoz reconoce que muchos estudiantes de secundaria abandonan la escuela para emplearse y apoyar a las familias y aceptan contratos precarios temporales sin ninguna protección, y que las autoridades llegaron a cerrar 10 mil estimados ilegales gestionados por agencias de reclutamiento, con la complacencia de empleadores.
Ciudad CCS
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