Contra el terrorismo de Estado, un pueblo organizado
FRAGUA
El Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) es una organización política de masas nacida en el año 2006 gracias a la coordinación de distintos esfuerzos políticos con años de historia en la lucha por la defensa de los derechos del pueblo y por el socialismo.
En su andar, esta organización ha sufrido el embate de la represión del Estado burgués en los distintos lugares y regiones donde tiene presencia; mediante el hostigamiento policiaco-militar y paramilitar, la prisión por motivos políticos, la desaparición forzada y la ejecución extrajudicial. En los últimos dos años, el Estado ha utilizado toda su maquinaria para obstruir por todos los medios a su alcance el trabajo del FNLS, por ejemplo, acusándolos de paramilitares, con el fin de aislarlos y justificar la represión, además de promover su aislamiento del resto del movimiento popular.
La represión directa se ha vuelto más selectiva hacia los compañeros del FNLS. Por ejemplo, está el caso de Rosa Hernández Reyes, estudiante de Biología de la Universidad Nicolaíta. En abril del 2013, la compañera Rosa quien se encontraba apoyando una manifestación de normalistas en Morelia, Michoacán, cuando un automóvil se lanzó de manera artera hacia la concentración, hiriéndola principalmente a ella, pero también a varios compañeros más; todo esto bajo la anuencia de la policía, que dejó pasar el carro aun cuando existía un supuesto cerco alrededor de los manifestantes.
Asimismo, han sufrido dos desapariciones forzadas temporales: la de Ramiro Rodríguez Sántiz y la de Diego Rodríguez López, en 2013 y 2014, respectivamente, ambos miembros de la Organización Campesina Emiliano Zapata (OCEZ), integrante del FNLS en Chiapas. En ese mismo estado, también han sufrido hostigamiento, tal es el caso de la compañera Cecilia López Pérez, del Colectivo de Mujeres “Rosa Luxemburgo”. De manera más reciente, se ha agudizado el uso de la violencia contra la comunidad de El Carrizal en el municipio de Ocosingo, Chiapas, la cual, al cierre de esta edición, continuaba siendo asediada por el grupo paramilitar “Los Petules”. Además el 26 de septiembre, en el contexto de las movilizaciones en solidaridad con los padres de los jóvenes detenidos-desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa, producto de un ataque paramilitar, fue herido de bala en el rostro Emilio Morales Díaz, mientras que el 29 de septiembre fue herido de bala en la pierna el compañero Mauricio Gómez Sántiz y ejecutado extrajudicialmente el compañero Héctor Sántiz López, joven campesino de 25 años, padre de tres niños pequeños que han quedado huérfanos.
Al momento de escribir estas líneas otro hecho nos tiene en alerta: el pasado sábado 7 de noviembre tres compañeros del FNLS, quienes se encontraban comisionados en el Distrito Federal (DF) denunciando los ataques ocurridos en El Carrizal, fueron heridos de bala producto de un intento de ejecución extrajudicial. Los compañeros Rubicel Hernández García, Matías Flores y Jesús Hernández Reyes, todos ellos jóvenes militantes del FNLS, fueron interceptados en las calles de Iztapalapa por un sujeto de aspecto militar, quien antes de dispararles les dijo: “ya se los cargó la chingada por chismosos”, es decir, a los compañeros se les intentó ejecutar por exigir justicia y denunciar la ejecución extrajudicial de su compañero Héctor Sántiz López. Habían venido al DF creyendo que aquí serían escuchados y estarían seguros, pero el Estado se esforzó en demostrarles que no era así.
El Estado mexicano ha desarrollado una política sistemática de terrorismo con el fin de aplastar los esfuerzos políticos más consecuentes, demostrando que éste, pese a sus cientos de contradicciones internas, actúa de manera monolítica cuando se trata de golpear al pueblo organizado. Así, el caso de la represión al FNLS nos muestra la capacidad que ha tenido el gobierno para pasar por encima de barreras geográficas y burocráticas con el fin de perpetrar ataques bajo el mismo esquema (el paramilitarismo) en contra de compañeros que militan en distintos estados de la república.
Mientras siga imperando el modo de producción capitalista, seguirá habiendo represión, pues la violencia es parte fundamental de dicho modelo económico, el cual se reproduce por medio del robo de nuestra fuerza de trabajo, se expande por medio del despojo y la conquista y se perpetúa gracias a la represión. Los socialistas consecuentes debemos cerrar filas en contra de la violencia sistemática del Estado; debemos denunciar y movilizarnos para obligar a las autoridades a cesar la represión, pues de otro modo la violencia sólo irá en aumento. Si no luchamos contra la represión estamos abriéndole aún más el paso a la consolidación del Estado terrorista en México.
Por este motivo, los integrantes de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP) nos sumamos a la exigencia del cese inmediato a la represión contra los compañeros del FNLS. Ante la represión impulsemos la solidaridad de clase, ante la opresión impulsemos la organización del pueblo trabajador, ante la explotación impulsemos la lucha por el socialismo.
NOTA:
Este artículo fue publicado como parte de la sección REPRESIÓN del No. 12 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), en circulación desde el 28 de noviembre de 2015.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=206384
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