Balance de las elecciones del 20D
“Audentes fortuna iuvat” Virgilio1
El cambio de relación de fuerzas parlamentarias y la inestabilidad surgen como las consecuencias más evidentes de las elecciones recién celebradas, pero detrás de esas características existe otra mucho más potente que corremos el riesgo de no poner el primer lugar: un evidente giro a la izquierda en los resultados electorales2.
Hemos vivido una legislatura que ha contemplado uno de los períodos más intensos de agitación social desde la Transición (comparable al proceso del 85 al 88), y necesariamente debía tener un reflejo en las urnas. Y esa es la primera reflexión que nos asalta: ¿es una traducción fiel de lo que se ha vivido en las calles?
La respuesta tiene que ser negativa; el rechazo al gobierno del PP creció desde los primeros momentos de la legislatura, aún se escuchaban los ecos de las huelgas generales y del 15 M, cuando el PP sufrió una derrota en Andalucía. Por cierto, el primer error grave de IU fue entrar en ese gobierno para apuntalar la recuperación del PSOE que, junto al PP, había sufrido un terrible desgaste por su implicación en las políticas llamadas de “austeridad”.
¿Por qué no ha ganado una alternativa de izquierdas la mayoría?
El declive del PP siguió en ascenso con un punto álgido, el de las marchas de la dignidad de marzo de 2014 y las elecciones europeas. También fueron tres meses claves para comprender la incapacidad de una dirección de IU anquilosada e incrustada en el sistema, para canalizar la rabia y rebeldía que bullía en las calles. Si Izquierda Unida hubiese respondido al desafío de Podemos, con la convocatoria de unas primarias presentando a Marina Albiol como cabeza de lista, aceptando el reto de Pablo Iglesias, hoy viviríamos una historia muy diferente y tendríamos un gobierno de izquierdas, pero el propósito de estas notas no es elaborar una ucronía. La realidad es que lo más vetusto del aparato del PCE, IU y CCOO, copó el sistema y las listas en las elecciones europeas. Eso unido al affaire de Willy Meyer, con plan de jubilación gestionado por una SICAV, mientras la federación de Madrid salpicada por la corrupción de Bankia recibía apoyos del aparato federal, fue la puntilla para bloquear las opciones de IU. Y aunque parezca muy lejano, todo esto ha sido hace muy poco tiempo, demasiado poco como para que no dejase una huella profunda.
Los dirigentes de Podemos con una indefinición calculada y un discurso interclasista elaborado desde las universidades y los espacios televisivos, estimulando los sentimientos contra la corrupción rampante y el anquilosamiento de las organizaciones, construyeron una opción de apariencia más democrática y participativa. En realidad su sistema líquido en lo ideológico y lo organizativo ha sido el campo de operaciones perfecto para manejar las listas y los programas al antojo de las camarillas dirigentes y “fichar” cuadros de otras organizaciones, especialmente del PCE y de IU, que se pasaban de un barco a otro con “contrato parlamentario” firmado.
En muchos aspectos recuerda demasiado al proceso de “la casa común”, denominación con la que Alfonso Guerra (el brazo derecho de Felipe González) denominaba al PSOE, cuando pedía que quienes quisieran la unidad debían acudir a “su” partido.
Pero algo que debemos comprender, y sin ello no podremos sacar conclusiones, es que Podemos es algo de mucha más trascendencia que sus dirigentes.
Siguiendo a Marx, no podemos juzgar a las personas, o a los partidos, por lo que piensan de sí mismas, sino por lo que representan objetivamente, y Podemos representó y representa la esperanza de millones de personas en transformar la sociedad, un sentimiento con una gran potencialidad revolucionaria. Al igual que el PSOE de 1982. En un reciente estudio se constata que los votantes de IU y los de Podemos tienen idénticas posturas en el terreno económico3, es decir que lo que buscan la mayor parte de esos millones de personas que han votado a Podemos, a las confluencias en Catalunya, Galicia y País Valenciá, y a Izquierda Unida-Unidad Popular, es lo mismo. La diferencia está en los dirigentes y aquí hay que ser muy claros: si hace un año y medio, en las elecciones europeas, la responsabilidad estuvo en la dirección de IU al no saber articular la unidad y encauzar el movimiento, en estas elecciones la responsabilidad de no haber formado una alternativa que ahora sería la fuerza mayoritaria en el Parlamento descansa exclusivamente sobre los hombros de la dirección de Podemos.
A las pruebas me remito: donde Podemos ha querido (Catalunya y Galicia) porque se hallaba en una posición de relativa debilidad, la unidad se ha alcanzado. Aún más evidente: en las municipales, donde Podemos (aún con condiciones leoninas) aceptó el acuerdo, la militancia de IU frente al podrido aparato de la vieja y extinta IUCM y de sus apoyos por parte de la dirección federal, la militancia de IU, repito, se la jugó y formó parte de una experiencia ganadora: Ahora Madrid.
En conclusión: si en algún sitio era fácil alcanzar una candidatura común era en Madrid, repitiendo el esquema de Ahora Madrid, con primarias abiertas y un programa de mínimos. Pero claro, en Madrid precisamente, la dirección de Podemos no podía admitir que las personas que defendían a IU, especialmente Alberto Garzón, les hiciesen sombra en la monopolización del éxito. La conclusión es conocida, tenemos un Parlamento donde la derecha tiene más escaños que la izquierda a pesar de que esta última tiene más votos, algo que no sería así de haber tenido una candidatura unitaria4.
Golpear juntos, marchar separados
Pero no decimos esto para “ajustar cuentas con el pasado”, sino por la sencilla razón de que podemos tener unas nuevas elecciones en unos meses, o a lo sumo en un par de años y sería lamentable que se repita el error. La militancia de IU-UP no va a aceptar horcas caudinas para una unidad que suponga la desaparición, pero si apostará una vez más por la unidad fundamentada en un programa mínimo común y unas primarias libres para elegir las candidaturas.
Al tiempo, IU-UP tiene el reto de organizarse, de repensarse para dar un paso en una necesaria metamorfosis de la izquierda. No se trata sólo de alianzas electorales, el reto fundamental es dotarse de un instrumento capaz de transformar la sociedad, y sólo existe un camino, el que pasa por tomar de nuevo las calles, los barrios, las fábricas, los centros de estudio… a través de la lucha, la movilización y la organización. El camino que pasa por la unidad de acción, la famosa consigna “golpear juntos, marchar separados”, para conseguir en el futuro que esa unidad de acción pueda llevar a una metamorfosis superadora, generando el partido de la clase trabajadora, no destruyendo lo que existe, sino transformándolo en algo superior, al igual que cuando de una larva surge una maravillosa mariposa, no a través de la muerte sino de la superación cualitativa. Esa es la necesidad histórica a la que nos enfrentamos.
Porque IU y el PCE no pueden ser ese partido, y ya lo han demostrado, hemos carecido de la capacidad de encauzar el movimiento y la organización de la clase. Pero Podemos tampoco lo es, carece del nervio medular de la clase obrera y de los cuadros formados en las ideas socialistas capaces de superar cualquier travesía de un desierto, algo que los militantes del PCE y de IU han mostrado sobradamente. Pero no hablamos de unidad cupular, sino de un proceso dialéctico, de un camino de lucha que transforme la necesidad y la potencialidad en realidad organizada. Que exprese en el programa y la acción las necesidades materiales de la única clase social que puede encabezar la transformación social, la clase trabajadora, la clase que basa su existencia en la venta de su fuerza de trabajo, frente a la clase que se enriquece a nuestra costa, la de los propietarios de los medios de producción.
Y esa es precisamente la mayor debilidad teórica de Podemos, la de pensar que se trata de un partido orgánico de una revolución democrática. Se trata de un fórmula vacía, hija bastarda del pensamiento de Gramsci, para ocultar una realidad, la de la renuncia a defender abiertamente la transformación socialista de la sociedad. Todo partido orgánico es la expresión de una clase social por definición, luego no puede existir un sujeto interclasista que dé origen a un partido orgánico, ya que todo partido representa los intereses materiales de una clase social. La indefinición es la marca de una clase social que mira al pasado y no sabe alumbrar un futuro, la pequeña burguesía. Tomando las ideas del propio Antonio Gramsci, Podemos encaja claramente en la definición del partido carismático, del partido en formación, bajo el liderazgo indiscutible5.
Perdido en la traducción
No puede haber revolución democrática sin revolución social, sin cuestionar la propiedad de los medios de producción, por tanto sería una locura, para quienes seguimos pensando que el futuro de la humanidad es el socialismo o la barbarie, disolverse en un partido líquido sin definición de clase y sin proyecto socialista.
Por ello, IU-UP es más necesaria que nunca, pero no para aislarse, sino para conseguir confluir, primero en la lucha y después, quizá, en la organización, tanto con las bases de Podemos, como con aquellos sectores que aún identifican al PSOE con la tradición histórica de la clase trabajadora y la aspiración de transformar la sociedad. Es una tarea difícil, por supuesto, pero posible y, sobre todo, necesaria.
No sirve de nada un triunfo electoral, como el del PSOE en 1982, con casi un 48% de los votos, careciendo de la capacidad de mantenerse firme en el programa. Aquel recordado “OTAN de entrada NO”, que al llegar al gobierno simbolizó con su cambio a favor de la OTAN con el abandono de todas las políticas de clase, demuestran que la unidad es una herramienta, pero es inútil si se carece del programa socialista y de la militancia capaz de defenderlo no sólo frente al sistema, sino si es necesario frente a aquellos dirigentes que son abducidos por ese sistema.
Todas estas limitaciones presentes, de las organizaciones de la izquierda, más la puesta en marcha de la maquinaria de la clase dominante, a través de los medios de comunicación y el poder económico y represivo, han conseguido distorsionar el verdadero ambiente en la sociedad. No deja de ser llamativo que muchos militantes de izquierdas se fijen más en los resultados de las elecciones que en los acontecimientos vividos en los últimos cuatro años para tratar de tomar el pulso de la conciencia de clase entre el pueblo trabajador, sin comprender que se pierde mucho de las movilizaciones que implican a los sectores más conscientes de la sociedad, al traducirlo a resultados electorales. A ello se suma, lo que ser pierde al no ofrecer una alternativa que represente al propio movimiento, es decir unida, y el mejor ejemplo es la ciudad de Madrid6.
La conciencia se ha transformado mucho buscando una salida colectiva, y esa es una diferencia cualitativa sobre el período anterior en que no se veían opciones colectivas. Sigue siendo nuestra responsabilidad, la de la izquierda organizada, la de ser capaces de ofrecer un cauce de expresión a esa fuerza potencial que pugna por expresarse, no seamos tan miopes de ignorar las turbulentas aguas subterráneas que recorren el subsuelo del Estado español.
IU-UP: una organización de hombres y mujeres capaces de todo
La estabilidad no es una perspectiva que pueda darse en este momento. No existe una base objetiva para ello, la economía no está para repetir el período de concesiones, seguirán apretando las tuercas. La UE ya ha dicho que los presupuestos aprobados por el PP tienen truco, que hay que recortar 11.000 millones de euros más en el gasto.
Ni condiciones económicas, ni políticas, ni sociales, vamos a vivir un período de inestabilidad, y son este tipo de condiciones las que más transformaciones operan en los procesos de transformación de la conciencia colectiva. Existen las condiciones, y es el momento de la audacia.
IU-UP, a pesar de todos sus errores, ha demostrado un gran potencial en esta campaña. Fue, desde luego, un error trocear la táctica, aceptando la envolvente de la dirección de Podemos de llegar a acuerdos en tres nacionalidades y hacer a Equo “una oferta que no pudiesen rechazar”, para aislarnos, para intentar que Alberto Garzón aceptase la OPA hostil.
Pero cuando nos lanzamos a la campaña, hemos demostrado que tenemos un líder que merece ese nombre, y que tenemos una organización llena de líderes, de hombres y mujeres capaces de todo, convencidos, con ideas y con una voluntad firme de conquistar una sociedad socialista.
Ese es el capital que debemos ser capaces de administrar, pero que sólo se fortalecerá con el oxígeno limpio de la movilización social. Ha sido la lucha, el 15 M, la PAH, lo que ha transformado las conciencias, y ese es el mayor mérito de Podemos, haber capitalizado esa transformación. Pero al tiempo ha mostrado sus limitaciones.
Como tantas veces en la historia o en la vida, el reto es evidente, la tarea es ser capaces de afrontarlo sin prejuicios poniendo los intereses de nuestra clase por delante de cualquier otra consideración, si lo hacemos así es seguro que alcanzaremos la unidad necesaria.
Notas
1 La fortuna ayuda a los audaces.
2 Los resultados expresan un claro giro a la izquierda. La suma de los votos del PP (10.830.693) y de UPyD (1.140.242)en 2011 superaba a los de PSOE (6.975.000) y de IU (1.680.810). Mientras en las de 2015, ha dado un cambio claro, PP (7,215.530) y Cs (3,500.446), frente a PSOE (5.530.693), Podemos y las coaliciones (5.189.333) e IU-UP (923.105).
3 http://www.infolibre.es/noticias/politica/2015/12/05/los_votantes_podemos_defienden_posturas_identicas_terreno_economico_41745_1012.html
4 http://www.eldiario.es/politica/GRAFICO-Congreso-Podemos-confluencias-IU_0_464754323.html
5 “el llamado "carisma", en el sentido utilizado por Michels, coincide siempre en el mundo moderno con una fase primitiva de los partidos de masa, fase en que la doctrina se presenta a las masas como algo nebuloso y no coherente, que necesita de un papa infalible para ser interpretada y adaptada a las circunstancias.” Antonio Gramsci
6 Si comparamos los resultados en la ciudad de Madrid en las municipales y autonómicas del mes de mayo con los de las generales de diciembre, vemos que Ahora Madrid, obtuvo un 31,85% y, también en el ámbito de Madrid ciudad, Podemos obtuvo un 17,75% en las autonómicas. En las generales del 20D, en Madrid ciudad, Podemos logra el 20,82% de los votos y UP-IU, el 5,33%. Ni siquiera la suma de ambas formaciones supera los resultados de Ahora Madrid, poniendo en evidencia que la unidad bien planteada no sólo suma sino que multiplica el apoyo.
Alberto Arregui (Presidencia Federal de Izquierda Unida).
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=207099
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