Se ha intentado instalar la idea de que el modelo económico de los gobiernos de la región ha fracasado, pero lo cierto es que la desaceleración actual, que registra la Cepal en su último informe, ha sido aprovechada por la burguesía restaurada en América Latina. Sus ataques confirman el retorno del recetario neoliberal aunque bajo nuevas condiciones.
JUAN J. PAZ Y MIÑO – El Telégrafo (Ecuador) – De acuerdo con el ‘Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2015’ de la Cepal, el año 2016 no es prometedor y en 2015 se desaceleraron las economías emergentes. Los precios de los productos básicos de las exportaciones latinoamericanas continuaron descendiendo. Particularmente fueron afectados los países exportadores de hidrocarburos. El riesgo país aumentó más en Brasil, Ecuador y Venezuela. El flujo de recursos financieros cayó, así como la inversión extranjera. Por primera vez desde 2009, todos los países presentan déficits fiscales. Se contrajo el crecimiento del PIB. Y la desaceleración ha provocado el incremento del desempleo y del subempleo.
No es cierto que el ‘modelo’ de los gobiernos progresistas y de nueva izquierda en América Latina es el que ha fracasado, porque lo mismo ocurriría con los modelos de los otros países de la región igualmente sujetos a la recesión económica. Lo que sí es cierto es que la desaceleración ha sido aprovechada por las fuerzas enemigas de los gobiernos progresistas. Pero esos mismos ataques han servido para que se descubra el plan de restauración en marcha: la restitución de la economía de libre empresa absoluta, con mercados desregulados, privatizaciones y con retiro del Estado. Es decir, el retorno del recetario neoliberal, aunque bajo nuevas condiciones históricas.
El triunfo de los ‘antichavistas’ para el legislativo en Venezuela, así como el de Mauricio Macri en la presidencia de Argentina, saludados como el fin del ‘ciclo progresista’, van a servir, paradójicamente, de ejemplo y espejo de lo que las derechas restauradoras son capaces de hacer una vez que retoman el control del Estado.
En Argentina, el camino empieza a verse: a la cabeza de las reformas se han colocado los medios públicos y las instituciones encargadas de aplicar la Ley de Comunicación, con lo cual se ha evidenciado que la guerra ideológico-cultural es la más importante para la restauración, ya que se ha entendido muy bien que el control exclusivamente privado de la información y de la opinión pública es vital para el control social. Y lo mismo se ha esbozado en Venezuela, donde está en riesgo la permanencia de Telesur, que ha sido la cadena más importante, pública y libre de la expresión de los intereses ciudadanos en toda Latinoamérica.
También en Argentina comienza a dibujarse la ‘nueva’ economía, con medidas liberalizadoras que apuntan al mercado desregulado e incluso con la afectación en camino de una serie de servicios públicos y hasta del sistema impositivo, para aliviar de ‘cargas’ a las capas más ricas de la población.
Nada se puede prever sobre las reacciones sociales ante el nuevo ‘aperturismo’ de las derechas restauradas, aunque también América Latina tiene en ello experiencias históricas. Argentina posee gran tradición de movilización de masas; y Venezuela cuenta con fuertes organizaciones populares. Pero, cuando ha sido necesario, las burguesías restauradas no han tenido límites en montar la represión y acabar con los derechos humanos.
http://www.contrainjerencia.com/?p=112738
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