La maleta de Obdulio, los despidos de El País y las tripas de Pyongyang - Periódico Alternativo

Titulares

Home Top Ad

Contra la propaganda de las multinacionales Mediáticas

Post Top Ad

11 septiembre 2017

La maleta de Obdulio, los despidos de El País y las tripas de Pyongyang





“Cuídate de los medios de comunicación (y del cine USA) acabarás amando al opresor y odiando al oprimido”.Malcolm X [1]



El periodista Bosco Esteruelas, con quien descubrí las tripas de Pyongyang a principios del siglo XXI, fue despedido de EL País por escribir un cuento de ciencia ficción en el que supuestamente caricaturizaba al consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, y al adjunto al director Juan Cruz. 


Me enteré por casualidad de ese cese cuando escribía estos días una crónica sobre Corea del Norte, ya que a principios de mayo de 2001 -con ocasión de una visita de la “troika europea” al país comunista- Bosco y yo descubrimos una noche, tras despistar a la policía, las vísceras de la capital norcoreana. 


Aprovechamos un descuido de los sabuesos (allí todos están vigilados), salimos del hotel, anduvimos unos quinientos metros, y, tras hallar algo parecido a una boca de metro, bajamos por unas escaleras que conducían a unas galerías subterráneas con saloncitos acristalados que manaban una tenue luz roja, música de karaoke y risotadas etílicas. “Las anfitrionas” eran unas jovencísimas y bellas mujeres (Kisaeng) vestidas con coloridos hanboks (el traje tradicional coreano), que servían, inclinándose con cortesía confucionista, licores y manjares a turistas japoneses. 


Como es lógico, Bosco y yo salimos de allí con la máxima cautela (la ciudad a las seis de la tarde está semi muerta y nos habíamos convertido en dos bultos sospechosos), pues si nos pillaba la guardia del gran líder, Kim Jong Il (padre del actual Kim Jong-Un) nos iba la vara. (Mi colega y yo, junto a otros periodistas internacionales, hicimos la ruta Pekín-Pyongyang-Seúl, el primer viaje de esas características que autorizó el régimen comunista desde el final de la guerra civil coreana (1950-1953). 


Iba a incluir el episodio de las “kisaeng” [2] en una crónica sobre EEUU-Corea del Norte cuando, al navegar por internet para recabar información sobre Bosco Esteruelas, me enteré de que había sido despedido de El País tras escribir, a finales de 2007, su cuento “Una maleta llamada Obdulio”. En “su fábula” el veterano y magnífico periodista ridiculizaba al académico y empresario Juan Luis Cebrián y al susodicho Juan Cruz. 


El protagonista central de “su historia fantástica” es “un personaje de voz aflautada y chillona, irritablemente chillona” que delira con ser un escritor de éxito. 


Bosco no publicó su cuento y optó por mandárselo a un grupo reducido de amigos pero, como ocurre en la vida real, hubo un “colega” que le traicionó, posiblemente para medrar, y entregó el texto a Javier Moreno, director de El País entre mayo de 2006 y febrero de 2014. 


Javier Moreno citó a Bosco en su despacho el 30 de septiembre de 2008 y, cual tribunal de la Santa Inquisición, le puso de patitas en la calle. En El País los que tocan a Cebrián o a Felipe González (ex presidente e ideólogo de Gas Natural Fenosa) por acudir a un ejemplo de todos conocidos, acaban electrocutados. Pinchar el enlace sobre los dueños de la prensa en España:



Ya en la calle, en el puto paro de los nadies [3] y los valientes, Bosco amplió su relato con la novela “Todo comenzó con Obdulio” (Editorial Garaje, 2012), en la que retrata el acoso (mobbing) y censura que sufren los periodistas que no se someten a los poderes políticos y económicos. 


¡Querido amigo! ¿Acaso no sabías que no se puede bromear con los amos de PRISA y El País, -que están al lado más salvaje del capitalismo internacional-, y que en España (y en el mundo) el 99% de los medios de comunicación pertenecen a la alta burguesía, los multimillonarios, los holdings, la banca y los diferentes cleros, cuya misión es imponer a los ciudadanos una visión del mundo que copula con sus intereses? 


Y vuelve a cantar Quiquiriquí el Noble Gallo Beneventano para recordar a aquellas chicas norcoreanas que entretenían a los nipones (por mandato de arriba) devaluando el discurso oficial de Pyongyang, que pregona constantemente su odio a los japoneses que obligaron a las coreanas a convertirse en “esclavas sexuales” durante el dominio del Imperio del Sol sobre la península coreana (1910-1945). 



Notas


[1] Entradilla de la crónica de El Salmón Contracorriente “¿Quién controla y financia los medios de comunicación que nos informan?”

[2] Las Kisaeng coreanas, artistas cultas y refinadas con grandes conocimientos de música, danza, poesía, etc., hacían, en sus comienzos, un trabajo parecido al de las geishas japonesas. Algunas fueron divinizadas, tras su fallecimiento, y la gente peregrinaba a los santuarios que se levantaban en su honor.

[3] Los nadies: expresión utilizada por Eduardo Galeano para referirse a los nacidos sin escudo ni padrino.Blog del autor: http://www.nilo-homerico.es/


https://www.rebelion.org/noticia.php?id=231383

Periódico Alternativo publicó esta noticia siguiendo la regla de creative commons. Si usted no desea que su artículo aparezca en este blog escríbame para retirarlo de Inmediato

No hay comentarios.: