Resumen Latinoamericano / 13 de septiembre de 2018 / Ariel Ávila, Prensa Rural
Decenas de panfletos, llamadas telefónicas y versiones de pobladores, indican que hay una o varias estructuras que se hacen llamar Águilas Negras en el país. Sin embargo, ni un capturado, ni un campamento, ni siquiera una foto de un mando se encuentra en los últimos años. Parecen, literalmente, fantasmas que van y vienen de acuerdo a contextos sociales y políticos en varias regiones.
¿Qué son las Águilas Negras? Esa fue, precisamente, la pregunta que intentó resolver la Fundación Paz y Reconciliación. Hubo varias cosas que nos llevaron a empezar la investigación. Por un lado, en al menos tres ocasiones en los últimos años aparecieron de forma coordinada panfletos amenazantes contra líderes sociales o funcionarios públicos en diferentes departamentos del país. En una de esas ocasiones aparecieron el mismo día en 13 departamentos.
Los panfletos de las Águilas negras empezaron a aparecer en 2006, cuando estaba terminando la desmovilización paramilitar. Incluso, hubo otros nombres de grupos que se hacían llamar Águilas Doradas, Águilas Blancas, entre otros.
Con esta información se arrancó el proceso de investigación y, en un documento que aún no es público, se encontraron muchas conclusiones, pero hay cuatro que son verdaderamente reveladoras.
Las Águilas Negras no existen como estructura criminal. No hubo ningún registro de campamentos, líderes o comandos armados que revelaran su existencia. En cambio lo que se encontró es que:
Algunos grupos criminales, como el Clan del Golfo, cuando van a hacer operaciones criminales que dejen muchos muertos o que sean muy violentos, se ponen el nombre de Águilas Negras para no ser identificados. Esto fue lo que pasó en Norte de Santander en la guerra entre Rastrojos y Urabeños o Clan del Golfo.
Hay sectores en la legalidad, como supuestos empresarios, políticos o particulares, que contratan sicarios para asesinar o amedrantar personas, y se hacen colocar el nombre de Águilas Negras. Es decir, Colombia ha generado unos mercenarios ilegales que se utilizan como grupos privados de seguridad.
Se encontraron evidencias de que agentes institucionales utilizan panfletos con el nombre de Águilas Negras para amedrentar comunidades, individuos e incluso grupos de jóvenes con comportamientos violentos. Tal vez Caquetá hace algunos años es el mejor ejemplo.
También se encontraron que este nombre de Águilas Negras es utilizado por particulares, mediante panfletos, para infundir miedo a diferentes comunidades.
Tal vez la última conclusión interesante es un resumen de todos los anteriores puntos, y es que en la mayoría de los casos la utilización del nombre de Águilas Negras tiene fines políticos, lejos estamos de que se trate de simple delincuencia común que quiere extorsionar.
En todo caso, la Fundación Paz y Reconciliación sigue avanzando en la investigación. Como también se debe decir que el Cuerpo Élite de la Policía Nacional viene adelantando una importante y minuciosa investigación de los más de 250 panfletos y diferentes amenazas que se han realizado con el nombre de Águilas Negras. Será de suma importancia conocer los resultados de la investigación, para de una vez por todas clarificar la génesis de esta marca criminal.
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