El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) confirmó que Cuba es el único país de América Latina sin desnutrición infantil. También por décimo año consecutivo (2018), Cuba mantiene su tasa de mortalidad infantil por debajo de cinco por cada 1000 nacidos vivos. Todo eso habla de que, pese a que la mayoría de los cubanos no podemos darnos con frecuencia comidas lujosas, grupo al que pertenezco, nuestros padres, nuestras embarazadas y nuestros niños están bien alimentados.
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=247848
Pero el Sr. Monreal puede hacer creer que eso se debe a que el sector privado produce la mayor cantidad de viandas y hortalizas, y que el Estado cubano hace por la alimentación mucho menos que la propiedad privada.
El Sr. Pedro Monreal ha sostenido que este comentarista, según sus palabras, “ha manufacturado” “ una acusación múltiple de deshonestidad académica, de aviesa intencionalidad política y de cobardía ” contra su persona a partir de una supuesta incomprensión mía del manejo suyo de ciertos datos estadísticos sobre la economía cubana. Voy a explicar más adelante por qué no hubo tal incomprensión.
El Guayabero canta y cada oyente lo interpreta a la manera que el subconsciente le sugiere. Pero todo lo contrario de una supuesta deshonestidad o cobardía de Pedro Monreal, -palabras que nunca he utilizado-, en cambio, no dudo de que las propuestas, soluciones económicas y el aparato analítico que emplea se originan en sus más sólidas convicciones y saberes.
En su ofensiva contra el Estado socialista cubano, el Sr. Monreal no es deshonesto, pues responde a sus convicciones; no es cobarde, sino que guarda el prudente silencio, -a que tiene derecho-, cuando evita responder a ciertos temas que pueden deslegitimar su participación en el debate económico cubano.
Pero su inútil afán lo conduce a imaginar alambicados programas económicos, que, a la postre, están destinados a entregar la economía cubana a la propiedad privada, mientras de paso va realizando la tarea que le corresponde en Cuba Posible que es, aprovechando los puntos débiles de la enorme dificultad que significa la ruta socialista, y mediante análisis sesgados donde casi nunca, - que no es lo mismo pero es igual -, utiliza las palabras capitalismo o imperialismo con respecto a las dificultades cubanas, va dibujando el más sombrío panorama del Estado cubano y la situación social.
Continuando esa tarea en http://segundacita.blogspot.com/2018/05/los-puristas-de-la-propiedad-y-la.html, allí invita al profesor Gerardo Gómez Moreno a que se asome a su propio “abismo”. (Es decir, al abismo del profesor Moreno, que sería la situación de la economía cubana pero tal como la diseña el profesor Monreal para el lector entretenido) ¿Y cómo diseña Monreal su particular visión del “abismo” de la economía cubana?
Lo resume en 4 puntos. Se pueden consultar mediante el enlace anterior.
Me voy a referir al último ítem, -the last, but not the least important- que relaciona Monreal, porque es de allí que surge la observación que le hago y donde él se apoya para poner de relieve mi muy cierta impericia en el manejo de los datos estadísticos.
Pero mientras en mi persona la impericia puede ser disculpable, en el Sr. Monreal no, y como veremos su “selección” de los datos de las tablas estadísticas conduce a una manipulación, algo que sí es muy objetable en un economista.
Tengamos presente que el Sr. economista quiere dibujarle al profesor Moreno un “abismo”, el de la economía cubana, cuando se asoma a las tablas estadísticas.
Toda selección, sobre todo cuando va acompañada de omisión, es relevante de un propósito de manipulación, incluso aunque sea inconsciente porque lo que interesa es que no informa completamente al lector complacido y satisfecho con la sabiduría del Sr. Monreal.
El 4to ítem en el citado artículo reza así:
¨La superficie cultivada en las empresas estatales es apenas el 19% de la superficie cultivada del país.¨
Esa afirmación me llevó en su momento a revisar la tabla correspondiente, (la 2.4: Superficie total del país de acuerdo al uso y a la forma de gestión ) y constatar que el 54.8% de la superficie cultivada corresponde a las cooperativas (UBPC, CPA y CSS) y el 26.1% a la propiamente privada.
Es cierto que yo me equivoco al atribuir que el 75% mencionado por Monreal se refiere a la superficie cultivada privada, cuando es correcto que con esa cifra él trae a colación la producción de viandas y hortalizas.
Para cualquiera es evidente que se trata de un lapsus mío, que no tiene que ver con una mala interpretación de la estadística, aunque pudiera ser explicable en un profano en la materia. Y es risible que el Sr. Monreal es vez de atender a otros puntos medularmente económicos y políticos, se enfoque en intentar ridiculizar a una persona no especializada en su área de competencia. Le llama perrazo al simple olvido de una cifra, no a una interpretación del dato estadístico que es un área en que yo no me interno, ciertamente.
Pero es un lapsus que aprovecha Monreal para no atender, primero, al tema central del artículo mío al que se refiere, ni después al razonamiento que le hago con respecto a la propiedad cooperativa y las otras producciones en que la propiedad privada no tiene los máximos aportes en la alimentación.
Es decir, lo que no enfrentó son esos argumentos y ahora, en vez de acudir a ellos, queda más claro lo que verdaderamente evita tratar el Sr. Monreal: su papel en Cuba Posible, su participación en dudosos eventos anticubanos, su tarea de sesgar información para demeritar el sistema político cubano.
Mi razonamiento fue que si el economista subrayaba el 19%, que corresponde efectivamente a las empresas estatales, por la lógica de la exclusión está considerando la cifra correspondiente a las cooperativas y la cifra correspondiente a los agricultores pequeños en un agrupamiento que a los efectos de lo que le quiere argumentar al profesor Moreno, no es correcto, pues la propiedad cooperativa tiene una diferencia sustancial con respecto a la privada a los ojos del proyecto socialista. Y porque entonces no toda la comida corre a cuenta de la propiedad estrictamente privada, que es el matiz que el economista no da a conocer.
Aunque esa suma no la hace explícita el Sr. Monreal, al excluirla y enfatizar la puramente estatal, está ocultando, por omisión y tácitamente ese dato.
¿Por qué? Mi argumento era entonces, y es, según le argumenté en Segunda Cita, y que fue a lo que él no respondió, que:
¨no tiene la misma significación política ni social con respecto al proyecto socialista, - (…), la propiedad cooperativa que la que pudiéramos llamar estrictamente privada.¨
¿Acaso se puede negar que el cooperativismo implica una socialización de la economía superior a la privada y mucho más afín al proyecto socialista? Entonces, ¿por qué Monreal se refiere sólo al área cultivada estatal, como que ¨apenas¨ llega al 19%, dejando a un lado aquel importante y fundamental matiz que diferencia a la propiedad cooperativa de la privada?
Recordemos que el Sr. Monreal insiste en el 1er. punto del diseño de su “abismo” particular que, y esa afirmación la comentaré en detalle más adelante, “la producción nacional de algo tan importante como la comida la controla, desde hace rato, la actividad privada…”.
El Sr. Monreal quiere insistir aquí en la línea argumental de todos sus estudios: que la propiedad privada es superior a la social y estatal, que la propiedad privada va a resolver las dificultades del socialismo cubano, y por ello comete en la línea citada otra exageración interesada. Si se relaciona este primer punto con el cuarto, salta a la vista por qué sólo escoge la cifra del 19% de la superficie cultivada, y no menciona el 54.8% de la superficie cultivada que corresponde a las cooperativas (UBPC, CPA y CSS) .
Insisto, ¿puede un economista echar a un lado la diferencia, nada sutil, que existe entre la propiedad cooperativa, mucho más cercana al socialismo, que la estrictamente privada? Sí, claro que puede, y un ejemplo lo tenemos en Monreal, un economista que desea apuntalar su tesis y dar una imagen desfavorable de la propiedad estatal. Yo, que no soy especialista, puedo confundirme con las tablas estadísticas, pero se supone que en un economista es algo menos disculpable, sobre todo si es tendencioso y coherente con su ideología. Un economista de altura no se lanza a cebarse de la impericia de un comentarista, sino que responde a la cuestión puramente económica que se le objeta y sobre todo a su filiación y participación política.
Cierto es que el Sr. Monreal se refiere a la producción de Viandas y Hortalizas, que en las estadísticas referidas al Sector Agropecuario. Indicadores económicos , tabla 1.2, reza en la columna CSS y Privado un 75.5% de participación.
Pero yo me refiero, - en relación al punto 4to de la respuesta de Monreal a Moreno citado antes, en la que Monreal se refiere a un dato de superficie , a la tabla 2.4, como ya vimos, y teniendo yo en cuenta también la tabla 2.3, titulada Superficie total del país de acuerdo al uso y a la estructura de la propiedad , que en el ítem Superficie Cultivada, en la columna Propiedad estatal socialista, indica que el 75% corresponde a la Propiedad Estatal Socialista y el 8.2% a la cooperativa, datos que el Sr. Monreal no menciona . Retengamos este punto.
Para su argumentación, ya vimos con qué objetivo, Monreal utiliza la tabla que recoge los datos de superficie cultivada en cuanto a la forma de gestión . Pero cuando se refiere a la que no sirve para apuntalar su propósito , es decir, a la tabla 2.3, que compila los datos de acuerdo a la estructura de la propiedad lo hace para mencionar que el 78.7% de la tierra es propiedad de todo el pueblo. Pero allí mismo se indica que el 75% de la superficie cultivada corresponde al mismo tipo de propiedad.
Entonces, ¿por qué destaca Monreal el 19% de la otra tabla, y no el 75% de esta?
Pues claro, ya vimos por qué y con qué objetivo. Y repito, cuando escoge la tabla que le conviene incluso de todas formas no menciona el 54.8% correspondiente a la forma de gestión socializada, la cooperativa. ¿Qué quiere sembrar en la mente del lector indulgente el Sr. Monreal? Que, y cito y repito, “la producción nacional de algo tan importante como la comida la controla, desde hace rato, la actividad privada…” . Por eso sólo cita el 19% del área cultivada estatal, dejando en la sombra de su propio abismo, la cifra correspondiente a la cooperativa. Y quedará más claro a continuación cuando veamos a qué otros datos - en que hay mayor producción estatal que privada, - el Sr. Monreal- no se refiere, cavando su caro abismo para el adormecido lector.
Si el Sr. Monreal detectó desde aquel primer momento del intercambio en Segunda Cita que yo me refería a los datos de superficie en ese argumento, y él a los datos de producción, lo cierto es que no prosiguió el diálogo cuando era útil a los efectos del intercambio. No sabría decir yo por qué motivos, si le era tan fácil y oportuno hacer entonces la aclaración en el momento. Quizás se le cayó su buena conexión.
Pero lo cierto es que en aquel intercambio había dos o tres cosas más que discutir y efectivamente yo llegué a pensar que, para esas, el Sr. Monreal no tenía, o evitaba, las respuestas. El Sr. Monreal no parece cobarde, sino astuto, y eso sólo cuando le falla, como a cualquiera, la proverbial sabiduría que le asiste para desdorar todo lo que no sea la propiedad privada. Veamos.
Recordemos primero que el economista, intentando refutar al profesor Moreno, y apuntalando su afán por elogiar los resultados de la propiedad privada, afirmaba en el 1er. punto del retrato de su ¨abismo¨ esta sesgada afirmación:
¨La producción nacional de algo tan importante como la comida la controla, desde hace rato, la actividad privada, y una buena parte de ello ocurre en 1 millón 200 mil hectáreas de tierras “estatales” entregadas en usufructo al sector privado.¨
Incluso para un simple lector como es el caso mío, eso parece una generalización muy rotunda. A partir de los datos que maneja el Sr. Monreal, ¿es que sólo nos alimentamos de Viandas y Hortalizas? ¿Es que Monreal espera que pocos de sus lectores puedan consultar otras tablas de la misma fuente estadística?
¿Es que la materia prima que ofrece el sector agropecuario no tiene que ser procesada por la industria estatal? ¿Y es que en el área alimenticia las importantes instituciones científicas cubanas no hacen nada? ¿Es que nada se importa? Pero veamos los mismos datos que el Sr. Monreal, famoso por su apego a las estadísticas, sí maneja muy bien, aunque como vemos, a su conveniencia.
Pensamos que ¨sólo¨ quiso, por brevedad y economía, referirse a ese renglón, el más favorable a su tesis, pero el sesgo “olvidadizo” es evidente, porque…
…resulta que en la tabla 2.2 del mismo documento, titulada Participación por sectores de propiedad, para la fecha que cierra el dato (sep. 2017), consta que el Estado produce el 68% de la carne bovina , sin contar lo que producen las UBPC (6.8%) y las CPA (1.9%), contra un 23.3% las CSS y el área privada.
Si en vez de las viandas y hortalizas, Monreal le informa de este dato al lector desprevenido que confía en la especialidad sabia del economista y espera un manejo no tendencioso de los datos, ¿podría afirmar tan rotunda e impunemente que “la comida la controla desde hace rato la actividad privada” ? Bueno, sí, sin lugar a dudas para el universo paralelo de los veganos.
Aunque los veganos deben estar algo más contentos con el área estatal, porque aunque Monreal no se refiere a ese otro dato, es que en la producción de las viandas y las hortalizas el por ciento con respecto al año anterior (tabla 1.1) es de un 110.4% en el área estatal, en las UBPC un 113.8%, en las CPA un 95.3% y el de las CSS y Privada monrelianos, un 100.3%. Es decir, la producción estatal del renglón escogido por Monreal crece, y también en las UBPC… ¿Ese matiz no le interesa al objetivo y científico economista?
Los nutricionistas nos repiten que debemos ingerir muchas hortalizas, ¿será eso lo que hace que Monreal se incline por tomar sólo ese dato?
¿Ahora está un poco más claro por qué el Sr. Monreal toma las importantísimas viandas y hortalizas entre todos los datos posibles? Dice que también puede hablar del tabaco, etcétera…
Pero hay más para el lector que no sólo se alimente con la nutrición intelectual que le sirve en sus artículos el Sr. Monreal. Veamos a qué no se refiere Monreal.
En la misma tabla se nos informa que la producción estatal de la Carne de cerdo representa un 62.8% del total, mientras el área CSS y privada representa un 36.3%.
También el 83.3% de la producción de Huevos corre a cargo de la propiedad estatal, y sólo un 13% al área privada.
Cierto que en otros renglones (carne de ave, ovina-caprina y leche) la producción del área privada es muy considerable. No hay que negarlo. Pero tampoco no referirse a los otros renglones.
Pero, además, ¿se puede olvidar, como le argumenté en su momento al Sr. Monreal que:
¨…la alimentación no son sólo las verduras y las hortalizas¨ y que ¨gran parte del valor agregado que se añade a las materias primas que se obtienen de la gestión agrícola y pecuaria, se elaboran y procesan, en las empresas sociales, de manera que creo no exacto afirmar que el mayor volumen de la alimentación proviene de la tenencia privada de los medios de producción? Otro punto es que aún se importa un gran volumen de alimentos y el último, quizás tan importante como cualquiera, es que no tiene la misma significación política ni social con respecto al proyecto socialista, - si es que pensamos, actuamos y teorizamos para hacerlo posible-, la propiedad cooperativa que la que pudiéramos llamar estrictamente privada.¨
Hasta aquí la cuestión estadística. Yo cité mal el 75.5% de la producción de Viandas y Hortalizas, no interpreté un dato estadístico. Pero Monreal escoge los datos que le sirven a su tesis, no llamándole al lector la atención sobre otros que permiten negar la rotundez de su afirmación.
De la lectura de los textos de Monreal, la idea que yo me he formado, compartida incluso por colegas suyos de profesión, es que una de las piedras basales de sus convicciones la constituye su confianza entusiástica en la propiedad privada, complementada con una desconfianza marcada por la economía y la propiedad estatal como forma efectiva de la propiedad social, y que a partir de esas concepciones hace un sostenido e incesante énfasis – descontextualizando o dejando fuera factores históricos, sociales y económicos- en los problemas que afronta el proyecto socialista cubano.
Ya algunos especialistas han señalado que las propuestas de Pedro Monreal conducirían a la entrega del poder económico y por lo tanto a la larga del político a la propiedad privada, y por lo tanto, pondrían en peligro el proyecto socialista. Es la conducción al abismo que le señala el profesor Moreno.
El Sr. Monreal tiene todo el derecho a proponer cómo considera que se debe organizar la economía cubana. Si algo útil sale de su pluma ya lo sabremos por el consenso que alcance entre especialistas y sobre todo, por la realidad. Pero por ahora, el lector no especializado, ese en que puede influir el Sr. Monreal enfatizando ciertos datos y dejando otros a la sombra, para diseñar su propio retrato del abismo, tiene que correr el riesgo de equivocarse al interpretar y cotejar al Sr. Monreal, pero debe estar avisado. El Sr. Monreal hace su retrato. Pero su paleta está falta de ciertas gamas de colores. Espero haberlo demostrado.
Por otra parte, cierto es que en mi texto anterior, al que se refiere Monreal recientemente en su blog, empleo la palabra “avieso”. Comparado con las ofensas personales de Monreal, soy todo un caballero. Fue en esta oración: “ Por ejemplo, pretender que el otro hace un elevado ejercicio intelectual para entonces situarse en posición de refutarlo, es un proceder avieso, una sutileza a la que se le descubre muy fácilmente la costura, si además quien lo hace evita las ideas centrales del texto que se comenta. ”
Pero allí avieso no se refiere a cómo el economista de marras interpreta (o maneja) las estadísticas, sino a un proceder suyo en la polémica conmigo, que consistió en suponer que el contradictor (este servidor) tuvo la voluntad de crear una taxonomía o una clasificación, sin que haya sido el caso expreso, para desde allí, entonces él, montado más cómodamente sobre esa suposición, refutarla. Es decir, inventar el objeto de la refutación. Sostengo que fue un proceder espurio. Y repito lo que sucede una y otra vez en los textos que el Sr. Monreal dedica a temas no económicos: evitar referirse a ideas centrales de los textos para refutar sólo allí donde cree que encuentra la ocasión de hacerlo.
En cuanto a las intenciones políticas del Sr. Monreal, fuera mucho más objetivo opinar si respondiera de una vez por todas qué hacía y qué propuso en un evento destinado a discutir sobre la Constitución cubana, financiado por organizaciones que repartieron dineros en el cónclave, y que él debe conocer muy bien en cuanto a la historia de agresiones con respecto a Cuba de esas organizaciones y de algunos de sus organizadores y participantes. Además de eso, no hallo correspondencia coherente explicable entre las palabras de Engels que adornan su blog, y su papel en una entidad subversiva como Cuba Posible, y su participación en ese ¨laboratorio¨ y aquel evento.
De allí que entre: (1) sus análisis económicos, más bien positivistas, posibilistas y enrejados en el empirismo de las estadísticas, y de los cuales siempre es la economía estatal la mal parada, sin casi ninguna consideración de los múltiples obstáculos que el mundo del capital imperialista le pone en el camino al socialismo, y (2) las entidades que asesora y los eventos en que participa y sobre los cuales no desea dar opinión alguna, ergo: (3) haya una lógica y razonable correspondencia, que a su vez se corresponde con el sesgo con que maneja los datos estadísticos y sus propuestas, que diversos economistas interpretan como destinadas a entregar la economía cubana a un sistema político no socialista.
Una correspondencia coherente, por una parte, entre el engelsismo de Monreal, nada menos que la tesis de la desaparición del Estado como tal, y por la otra, su otorgada asistencia a eventos financiados por la Fundación Nacional Cubano-Americana sería posible en el caso de una persona esencialmente al lado de los pobres de la tierra en los cimientos de sus convicciones, que simplemente quiera aprovechar tácticamente las herramientas que le ofrecen las poderosas finanzas de los enemigos del socialismo y del Engels que el cita en su blog, y la oportunidad de estudiar en sus universidades para hacer carrera, entre otras razones, porque quizás en Cuba no pudo hacer valer sus tesis e investigaciones. Confieso que a mí eso no me resulta convincente al menos mientras no exista una explicación en el discurso, o en las acciones, y si es posible y mucho mejor, de una correspondencia entre los discursos y las acciones.
Pero si la participación de Monreal en la cuestión económica cubana desea ser efectiva, debe tener presente que sus lectores no desconocen que no existe la economía pura y aséptica, técnica, que resuelva por sí sola los problemas que le atañen a la sociedad y que las alianzas intelectuales pesan mucho en las definición de los objetivos politicos.
Lo de la cobardía (supongo que intelectual) también lo puso Monreal en mi boca. ¿Acaso sucede que un sayo que imaginó confeccionado por mí, luego comprobó que encajaba en su medida? En todo caso haría como los oyentes del Guayabero, fue su propia confección.
Si el Sr. Monreal en su respuesta al artículo sobre la manipulación de la verdad de Domingo Amuchástegui, sólo se atiene a mi supuesto error al referirme al área cultivada en vez de la producción, de todas formas a nadie debe escapar, como ya acabo de demostrar al principio, que generaliza demasiado, a la vez que oculta al lector, al afirmar que la producción alimenticia en Cuba la controla por completo la propiedad privada, desconociendo otros renglones alimenticios y la importancia del valor agregado de la industria en la elaboración, más lo que importa el Estado cubano.
Ello conduce a subvalorar y demeritar la importancia y el papel de la propiedad y la economía estatal en Cuba que es una constante evidente en los estudios de Monreal. El que conozca las propuestas económicas del Sr. Monreal, que se inclinan por favorecer la privatización y el adelgazamiento de la participación estatal, no puede menos que encontrar una correspondencia entre esas tesis y su modo de ¿interpretar? las estadísticas. Si Engels abogó por la desaparición del Estado se refería al criminal estado capitalista de su tiempo, y, realizada la utopía del Comunismo, a toda forma estatal.
El revolucionario de estos tiempos se refiere, primero que todo, al supraestado todopoderoso de las transnacionales, la economía de guerra y las finanzas que dominan la economía mundial. Mientras tanto, en el largo y tortuoso camino, deben existir los estados de vocación y conquistas socialistas como el cubano de este minuto que, por alguna razón, aunque no lo ha podido vencer, y por eso mismo, ciertos laboratorios de ideas y sus intelectuales orgánicos, quieren ver disueltos en los cantos de sirena del Capital.
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