Por Ibis Frade Brito
Naciones Unidas, 9 oct (PL) La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, dejará este año ese puesto, anunció hoy, y lo hará cargando con una larga lista de abandonos por parte de su país de tratados y organismos internacionales.
Naciones Unidas, 9 oct (PL) La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, dejará este año ese puesto, anunció hoy, y lo hará cargando con una larga lista de abandonos por parte de su país de tratados y organismos internacionales.
En una comparecencia ante los medios junto al presidente norteamericano, Donald Trump, la representante permanente de la nación norteña ante Naciones Unidas dijo que los últimos tiempos en ese puesto fueron muy intensos y no ofreció los motivos precisos de su dimisión.
Haley, quien comenzó a ejercer como embajadora en la ONU en enero de 2017, considera que ahora su país es fuerte otra vez, tras adoptar una serie de medidas aislacionistas con respecto al organismo multiltareal y que le ganaron numerosas críticas ante la comunidad internacional.
La retirada del Acuerdo de París sobre cambio climático, del Pacto mundial sobre migración y el acuerdo nuclear de Irán, la salida de la Unesco y del Consejo de Derechos Humanos y el recorte de fondos a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos fueron algunas de esas decisiones.
Si bien el secretario general de la ONU, António Guterres, mantiene una buena y positiva relación de trabajo con la embajadora estadounidense, su postura de rechazo a esas medidas es clara, dijo el portavoz del titular, Stephane Dujarric, durante su habitual conferencia de prensa este martes.
A Haley le tocó responder a la actual política de la administración estadounidense, señaló el vocero ante preguntas de diferentes medios de prensa.
Entre esas medidas que han hecho a Estados Unidos más fuerte y eficiente, la embajadora mencionó que recortaron 1,3 mil millones de dólares del presupuesto de la ONU.
Trump y Haley también se regodearon por la imposición de tres paquetes de sanciones contra la República Popular Democrática de Corea (RPDC) y por la salida del acuerdo nuclear alcanzado entre Irán y seis potencias mundiales, convenio que aún cuenta con apoyo de la ONU y el resto de los países firmantes.
A muchos no les gusta lo que Washington ha hecho, pero nos respetan y saben que si decimos que haremos algo, lo hacemos, expresó la embajadora.
Otro tema que generó el rechazo de la gran mayoría de los países miembros de la ONU fue su postura con respecto a Israel: Haley respaldó la decisión unilateral de Trump de nombrar a Jesuralén como capital y mover allí la embajada norteña, lo cual disparó las tensiones en el área.
Bajo la premisa de que no ofrecerán ayuda a quien no los respete y agradezca, Washington recortó drásticamente su financiamiento a la Unrwa, lo cual dejó al borde del colapso a ese programa de asistencia dirigido a millones de palestinos vulnerables.
De hecho, alegando que existe una parcialización y un 'sesgo crónico' contra Israel, Estados Unidos decidió abandonar el Consejo de Derechos Humanos, justo después de que esa instancia lanzara fuertes críticas a la Casa Blanca por su política de separar a los niños migrantes de sus padres.
Por su parte, este martes el presidente estadounidense, Donald Trump, apuntó que Haley 'ha hecho un trabajo fantástico' y a su juicio, juntos hicieron una gran labor y resolvieron muchos problemas, como las tensiones con la RPDC.
En tanto, el embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, agradeció a la embajadora por 'representar los valores comunes a Israel y Estados Unidos' y dijo que ella será una verdadera amiga de Tel Aviv donde quiera que esté.
Hasta finales de año, Haley se mantendrá como representante permanente de Estados Unidos ante la ONU, en una etapa que ha marcado una relación compleja con el organismo multilateral.
Con su renuncia, Haley se convierte en la última figura de política exterior de alto perfil en abandonar la administración Trump, pues ya lo hicieron antes el secretario de Estado Rex Tillerson y dos asesores de seguridad nacional, Michael Flynn y Herbert McMaster.
Queda esperar entonces para saber quien ocupará uno de los asientos privilegiados del Consejo de Seguridad de la ONU a nombre de Estados Unidos, que con su derecho al veto impone su agenda e impide avanzar en temas pendientes de larga data, como sucede con la cuestión palestina.
De cierta forma, Israel cuenta con derecho al veto a través de uno de los miembros permanentes: Estados Unidos, quien ha bloqueado las resoluciones que abordan el tema y condenan las acciones de Tel Aviv.
Cuando no puede conseguir el apoyo del Consejo, Washington suele llevar adelante acciones unilaterales, ya sean agresiones o programas para impulsar el intervencionismo o políticas de cambio de régimen, como denunciaron Rusia y Bolivia en ese órgano de 15 miembros.
jf/ifb
Haley, quien comenzó a ejercer como embajadora en la ONU en enero de 2017, considera que ahora su país es fuerte otra vez, tras adoptar una serie de medidas aislacionistas con respecto al organismo multiltareal y que le ganaron numerosas críticas ante la comunidad internacional.
La retirada del Acuerdo de París sobre cambio climático, del Pacto mundial sobre migración y el acuerdo nuclear de Irán, la salida de la Unesco y del Consejo de Derechos Humanos y el recorte de fondos a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos fueron algunas de esas decisiones.
Si bien el secretario general de la ONU, António Guterres, mantiene una buena y positiva relación de trabajo con la embajadora estadounidense, su postura de rechazo a esas medidas es clara, dijo el portavoz del titular, Stephane Dujarric, durante su habitual conferencia de prensa este martes.
A Haley le tocó responder a la actual política de la administración estadounidense, señaló el vocero ante preguntas de diferentes medios de prensa.
Entre esas medidas que han hecho a Estados Unidos más fuerte y eficiente, la embajadora mencionó que recortaron 1,3 mil millones de dólares del presupuesto de la ONU.
Trump y Haley también se regodearon por la imposición de tres paquetes de sanciones contra la República Popular Democrática de Corea (RPDC) y por la salida del acuerdo nuclear alcanzado entre Irán y seis potencias mundiales, convenio que aún cuenta con apoyo de la ONU y el resto de los países firmantes.
A muchos no les gusta lo que Washington ha hecho, pero nos respetan y saben que si decimos que haremos algo, lo hacemos, expresó la embajadora.
Otro tema que generó el rechazo de la gran mayoría de los países miembros de la ONU fue su postura con respecto a Israel: Haley respaldó la decisión unilateral de Trump de nombrar a Jesuralén como capital y mover allí la embajada norteña, lo cual disparó las tensiones en el área.
Bajo la premisa de que no ofrecerán ayuda a quien no los respete y agradezca, Washington recortó drásticamente su financiamiento a la Unrwa, lo cual dejó al borde del colapso a ese programa de asistencia dirigido a millones de palestinos vulnerables.
De hecho, alegando que existe una parcialización y un 'sesgo crónico' contra Israel, Estados Unidos decidió abandonar el Consejo de Derechos Humanos, justo después de que esa instancia lanzara fuertes críticas a la Casa Blanca por su política de separar a los niños migrantes de sus padres.
Por su parte, este martes el presidente estadounidense, Donald Trump, apuntó que Haley 'ha hecho un trabajo fantástico' y a su juicio, juntos hicieron una gran labor y resolvieron muchos problemas, como las tensiones con la RPDC.
En tanto, el embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, agradeció a la embajadora por 'representar los valores comunes a Israel y Estados Unidos' y dijo que ella será una verdadera amiga de Tel Aviv donde quiera que esté.
Hasta finales de año, Haley se mantendrá como representante permanente de Estados Unidos ante la ONU, en una etapa que ha marcado una relación compleja con el organismo multilateral.
Con su renuncia, Haley se convierte en la última figura de política exterior de alto perfil en abandonar la administración Trump, pues ya lo hicieron antes el secretario de Estado Rex Tillerson y dos asesores de seguridad nacional, Michael Flynn y Herbert McMaster.
Queda esperar entonces para saber quien ocupará uno de los asientos privilegiados del Consejo de Seguridad de la ONU a nombre de Estados Unidos, que con su derecho al veto impone su agenda e impide avanzar en temas pendientes de larga data, como sucede con la cuestión palestina.
De cierta forma, Israel cuenta con derecho al veto a través de uno de los miembros permanentes: Estados Unidos, quien ha bloqueado las resoluciones que abordan el tema y condenan las acciones de Tel Aviv.
Cuando no puede conseguir el apoyo del Consejo, Washington suele llevar adelante acciones unilaterales, ya sean agresiones o programas para impulsar el intervencionismo o políticas de cambio de régimen, como denunciaron Rusia y Bolivia en ese órgano de 15 miembros.
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