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25 noviembre 2018

Changüí


Por jorge luis ubertalli o.

El faltazo del Pepe Mugica a la ‘Contracumbre’ de la CLACSO en Buenos Aires obedece a la situación del Uruguay en el contexto del triunfo de Bolsonaro en Brasil y el evitar una pinza desde Buenos Aires y Brasilia que ponga al paisito en una situación difícil.

Jair Bolsonaro es un ente previsible y fácil de analizar. Un medio hombre o un hombre medio, fascista, cipayo y aventurero, con vocación de trascender en la historia de las barbaridades. Estrenará la banda presidencial viajando a tres países: al Chile pinochetista, con Piñera en el trono, que intenta ‘desmapuchizar’ al país reprimiendo a sangre y fuego a los antiguos habitantes de la denominada Araucanía,. al EE.UU. de Trump y aI Israel de Netanyahu. Las dos últimas geografías/gobiernos son emblemáticas en lo que pueda suceder con un Bolsonaro necesitado de justificar una expansión emulando la búsqueda de un lebensraum regional. EE.UU. le robó tierras a México e intervino a Puerto Rico convirtiéndolo en un ‘Estado asociado’. Israel ocupa tierras palestinas y no cede en su pretensión de llevar a cabo el Eretz Israel (gran Israel) que pregonaba el halcón Shamir y sus homólogos del Likud.  “El que critique el derecho judío a establecerse en cualquier parte de Eretz-Israel (el llamado Gran Israel, que comprende Cisjordania y Gaza) lo que quiere es que esas tierras sean judenrein, limpiadas de toda presencia judía” dijo muy suelto de cuerpo Shamir en su momento (www.elpais.com 6 de julio de 1989).  Y saludó a los colonos insertados a la fuerza en Palestina, asegurándoles que nunca serían desalojados del Eretz Israel. Netanyahu no le vá en zaga en su periplo ‘colonizador’, aunque es más cínico en cuanto a los tiempos que corren.
Paraguay y Uruguay- además de la Bolivia de Evo- han reconocido al Estado Palestino, el Brasil de Bolsonaro seguramente desconocerá a este Estado, en sintonía con Israel y con Trump, que fue el primero y casi el único en aprobar el asentamiento en Palestina ocupada –Al Quds, Jerusalem- de la capital israelí.
Argentina y Palestina se reconocen como Estados. Históricamente, Argentina comulgó con la creación de un Estado Palestino en tierras ocupadas por Israel desde 1967. El comercio del Mercosur con Palestina se halla fundamentalmente signado por la Argentina. Todas las importaciones del Mercosur desde Palestina fueron compras de Argentina en el 2009. En el 2011 se firmó un Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y Palestina, ante la presencia de los cancilleres y presidentes del organismo regional y el entonces ministro de relaciones exteriores palestino Riyad al-Maliki.
La llegada de Bolsonaro a la presidencia de Brasil, en sintonía con su alineación incondicional con el Israel del Likud y Netanyahu y el EE.UU. de Trump, es más que probable que provoque conflictos con sus vecinos del Mercosur, por cuanto, según se informa, aunque haya voces en contrario, este organismo de integración será abandonado por el bolsonarismo.
Chile, aún con la presencia en su gobierno del fascista-pinochetista Piñera, reconoce al Estado Palestino desde el 2011. Según se informa, la comunidad palestina más importante en el mundo fuera de su territorio- de 350 mil a 500 mil palestinos- se encuentra en Chile. ¿Piñera se arriesgará a desconocer la realidad?
Gambeta
En la última reunión del Clacso– calificada como Contracumbre del G20- llevada a cabo en Buenos Aires en estos días de noviembre, se contaba con la presencia del ex presidente del Uruguay y dirigente histórico del MLN -Tupamaros de ese país, José ‘Pepe’ Mugica, cuya esposa, Lucía Topolansky, también histórica del MLN- T, ocupa la vicepresidencia orientala.
A último momento, el ‘Pepe’, mediante una carta, desistió de presentarse a disertar en esta Contracumbre el martes 20 de noviembre, en la que sí disertaron Cristina Fernández de Kirchner, Dilma Rousseff y Alvaro García Linera, ex presidentes de Argentina y Brasil las dos primeras y actual vicepresidente de Bolivia el tercero.
“Cada vez que acontecimientos fortuitos de cualquier índole afectaron esa relación (entre Uruguay y Argentina) mi pueblo, sufrió las consecuencias” sostuvo en su misiva Mugica. Y aclaró, por si hiciera falta, “…no debo contribuir a crear obstáculos subjetivos como los que abundaron en la historia del Río de la Plata. Estoy obligado a ser muy prudente en esta tan especial coyuntura y colaborar con el interés de mi gobierno y mi pueblo”.  En pocas palabras: frente a la llegada del crudo fascista Bolsonaro a la presidencia de Brasil, el Uruguay no quiere enfrentarse al ‘gradualista’ Macri y quedar atenazado en un futuro no muy lejano por ambos gobiernos reaccionarios y cipayos, aunque con matices. El ‘Pepe’ esta vez no se fue al mazo, opino, sino que hizo la de muchos en esas oportunidades. No pelearse con todos a la vez y dejar que el tiempo los distancie o no en el marco de jugar el Uruguay su propio partido.
Las diferencias ideológicas, la posible salida del Mercosur de Brasil y la consecuencia que tendría para Uruguay la tendencia al aventurerismo fascista de Bolsonaro, siguiendo las rutas de sus futuros anfitriones internacionales, tocaron al  alerta en el paisito.
De taquito
En tanto se acerca el G20 y en la gran aldea…estratégica…de la ciudad de Buenos Aires miles de policías y servicios de todos los colores vigilarán los pasos de los indeseables que allí queden- recordar que la ministro de Seguridad pidió a ‘la gente’ que se vaya de la ciudad esos días, gente decente, claro, que tiene pisto suficiente para tomarse unas vacacioncitas- la tensión crece. Mientras los ítems urticantes que signan la relación EE.UU. y sus compinches versus China/Rusia estarán a la orden del día, el conflicto Israel-Palestina/mundo árabe entró de taquito al arco nunca invicto de los antagonismos no resueltos.  Hace pocos días fueron detenidos jóvenes argentinos de religión musulmana acusados de ‘terroristas’ por una denuncia de entidades sionistas locales, embanderadas con lo más granado de la derecha israelí. A la par, la hinchada de un club porteño ubicado en Floresta desató su furia al perder su equipo con otro que representa en el estrecho imaginario colectivo la contradicción judíos-árabes. El equipo perdedor se homologa con el barrio de Floresta- donde fueron detenidos los jóvenes más arriba citados, barrio donde existe una comunidad musulmana importante- y el ganador con Villa Crespo, espacio tradicionalmente signado por una comunidad judía existente allí. Los enfrentamientos con la policía de los hinchas florestianos- que en oportunidades llevaron a los estadios pancartas alusivas al nazismo- dieron que hablar sobre la supuesta y torpe ‘guerra’ entre judíos y musulmanes en el fútbol.  Para agregarle sabor a esta pastenaca, voceros de la comunidad sionista local criticaron a la ex presidenta Cristina Fernández de K. por haber caracterizado, en su disertación de la Contracumbre, como ‘Hitlers modernos’ a los dirigentes derechistas locales e internacionales que ven a los migrantes pobres como indeseables, causantes de los males que sufren los ‘civilizados’ mundiales, y que deben ser expulsados o impedidos de ingresar a sus sacrosantos antros. La reacción de los sionistas no se hizo esperar: no son comparables al Holocausto – dijeron- las maldades y genocidios que los fascistas regionales y mundiales, con distintos nombres y métodos comunes, cometen contra pueblos desarmados y débiles en lo que hace a su defensa frente al colonialismo, propenso a exterminarlos…
Gol
Frente a esta situación regional y mundial que se vive, la salida para los pueblos consiste en forjar la unidad de  los trabajadores más conscientes de su condición de explotados, engañados y humillados para hacerle frente a un enemigo común que, si bien se contradice en cuanto a muchos ítems que conforman sus intereses de clase, cuando le es necesario deja de lado sus diferencias religiosas y raciales, y sin escrúpulos se une en su guerra contra los pueblos ajenos y propios para perennizar la explotación capitalista y la omnipotencia imperial.
La unidad de los pobres y explotados contra los ricos es lo que debe forjarse en el ámbito de nuestra región. Y en esa confrontación de clase- y nacional / internacional por añadidura- los trabajadores organizados deberán arrastrar tras un proyecto liberador a todos los sectores del pueblo- fundamentalmente a la pequeño burguesía, mayoritaria en muchos países no sólo en cuanto a su inserción en el aparato productivo sino en cuanto a su forma ecléctica de concebir la lucha de clases- hacia una salida revolucionaria, anticapitalista y antiimperialista.
Sólo así ganaremos el partido de la supervivencia.

O ganamos o desaparecemos de todas las ligas.


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