Por Antonio Rondón García
Moscú, 20 dic (PL) El presidente ruso, Vladimir Putin, dio hoy una demostración de dominio escrupuloso de la situación en el país y el papel de este en la arena internacional al responder 60 preguntas durante tres horas y 45 minutos.
Moscú, 20 dic (PL) El presidente ruso, Vladimir Putin, dio hoy una demostración de dominio escrupuloso de la situación en el país y el papel de este en la arena internacional al responder 60 preguntas durante tres horas y 45 minutos.
La política exterior rusa, la economía nacional y los retos para cumplir las llamadas directrices de mayo para el salto socioeconómico de Rusia en el próximo sexenio centraron las respuestas del mandatario ante una legión de mil 700 colegas.
El caldeado ambiente en la arena internacional, con visible tirantez en el comercio mundial, la presión creciente de sanciones unilaterales sobre Rusia y el deterioro de sus nexos con Estados Unidos estuvieron en el éter de la conferencia de prensa anual.
Tras abrirse paso con la vista entre los más disimiles y originales carteles, algunos dotados de alumbrado eléctrico portátil, Putin purgó a los agraciados periodistas que lograron preguntar o plantear sus inquietudes.
El mandatario ruso consideró necesario creer en las estadísticas, y destacó que algunos parámetros como el de los ingresos reales de la población apenas tienen una tendencia al crecimiento, aún cuando el presupuesto de los dos próximos años cuenta con un superávit.
Al respecto, aclara que los petrodólares forman parte de las ganancias del Estado, pero en las ramas fuera de ese sector se forma un déficit que llegó a subir al 12 por ciento y ahora bajó a 6,3 mientras se espera reducirlo a seis puntos para 2019.
Sobre la creciente nostalgia de los rusos por la desaparecida Unión Soviética (más de 60 por ciento de los encuestados), consideró imposible regresar al socialismo, pero sí promover su aspectos sociales más visibles como la educación y la salud.
Debemos crear garantías para un servicio de calidad y accesible a la población en las mencionadas ramas, opinó el jefe de Estado, quien recordó que muchas de las directrices de mayo se refieren a ese aspecto.
El espectro de los temas nacionales tratados se mueve, incluso, al destino de los cientos de miles de toneladas de residuos en el país, para lo cual, estimó, es necesario construir al menos 200 fábricas de reciclaje, en total armonía con la ecología.
Un sensible tema sale a relucir en la conferencia anual de Putin: la reforma de pensiones que, aunque suavizada con enmiendas del propio mandatario ruso, preocupa a gran parte de los rusos.
La medida del aumento paulatino de la edad de jubilación, con ciertas facilidades para las mujeres, es necesaria ponerla en práctica ahora porque dentro de seis o siete años el problema será peor y entonces las disposiciones deberán ser más radicales, explicó.
En más de tres horas y media de intercambio, muchas de las colegas lograron llamar la atención con el exótico color rojo de sus vestidos o chaquetas, pues en algunos casos acertaron hacerse visible para el mandatario ruso.
La geografía de las preguntas de medios nacionales abarcó casi medio planeta, desde San Petersburgo hasta Vladivostok, mientras la prensa de China, Japón, Armenia, Afganistán, Estados Unidos o Turquía también pudo plantear lo suyo.
Aunque la verdadera pasión rondó en torno al tema ucraniano, en medio de una búsqueda incesante por Ucrania de provocaciones con fines electorales, amenazas, castigo a la población de Donbass y una injerencia abierta del gobierno en los asuntos religiosos.
Putin también dejó la puerta abierta para reunirse con su similar estadounidense, Donald Trump, e incluso saludó su anuncio de una salida de las tropas norteamericanas de Siria.
Sin embargo, opinó que los militares estadounidenses no son necesarios en Siria y reiteró sus advertencias de una respuesta para garantizar la seguridad rusa, en caso de salir Washington del Tratado de Armas Nucleares de mediano y corto alcance.
Pero 15 cámaras de transmisión televisiva en vivo desde el Centro de Comercio Mundial moscovita fueron incapaces de recoger el sentimiento de ansiedad, preocupación y, finalmente, de desconcierto de quien quedó con su pregunta en el tintero.
La próxima vez habrá más suerte.
rgh/to
El caldeado ambiente en la arena internacional, con visible tirantez en el comercio mundial, la presión creciente de sanciones unilaterales sobre Rusia y el deterioro de sus nexos con Estados Unidos estuvieron en el éter de la conferencia de prensa anual.
Tras abrirse paso con la vista entre los más disimiles y originales carteles, algunos dotados de alumbrado eléctrico portátil, Putin purgó a los agraciados periodistas que lograron preguntar o plantear sus inquietudes.
El mandatario ruso consideró necesario creer en las estadísticas, y destacó que algunos parámetros como el de los ingresos reales de la población apenas tienen una tendencia al crecimiento, aún cuando el presupuesto de los dos próximos años cuenta con un superávit.
Al respecto, aclara que los petrodólares forman parte de las ganancias del Estado, pero en las ramas fuera de ese sector se forma un déficit que llegó a subir al 12 por ciento y ahora bajó a 6,3 mientras se espera reducirlo a seis puntos para 2019.
Sobre la creciente nostalgia de los rusos por la desaparecida Unión Soviética (más de 60 por ciento de los encuestados), consideró imposible regresar al socialismo, pero sí promover su aspectos sociales más visibles como la educación y la salud.
Debemos crear garantías para un servicio de calidad y accesible a la población en las mencionadas ramas, opinó el jefe de Estado, quien recordó que muchas de las directrices de mayo se refieren a ese aspecto.
El espectro de los temas nacionales tratados se mueve, incluso, al destino de los cientos de miles de toneladas de residuos en el país, para lo cual, estimó, es necesario construir al menos 200 fábricas de reciclaje, en total armonía con la ecología.
Un sensible tema sale a relucir en la conferencia anual de Putin: la reforma de pensiones que, aunque suavizada con enmiendas del propio mandatario ruso, preocupa a gran parte de los rusos.
La medida del aumento paulatino de la edad de jubilación, con ciertas facilidades para las mujeres, es necesaria ponerla en práctica ahora porque dentro de seis o siete años el problema será peor y entonces las disposiciones deberán ser más radicales, explicó.
En más de tres horas y media de intercambio, muchas de las colegas lograron llamar la atención con el exótico color rojo de sus vestidos o chaquetas, pues en algunos casos acertaron hacerse visible para el mandatario ruso.
La geografía de las preguntas de medios nacionales abarcó casi medio planeta, desde San Petersburgo hasta Vladivostok, mientras la prensa de China, Japón, Armenia, Afganistán, Estados Unidos o Turquía también pudo plantear lo suyo.
Aunque la verdadera pasión rondó en torno al tema ucraniano, en medio de una búsqueda incesante por Ucrania de provocaciones con fines electorales, amenazas, castigo a la población de Donbass y una injerencia abierta del gobierno en los asuntos religiosos.
Putin también dejó la puerta abierta para reunirse con su similar estadounidense, Donald Trump, e incluso saludó su anuncio de una salida de las tropas norteamericanas de Siria.
Sin embargo, opinó que los militares estadounidenses no son necesarios en Siria y reiteró sus advertencias de una respuesta para garantizar la seguridad rusa, en caso de salir Washington del Tratado de Armas Nucleares de mediano y corto alcance.
Pero 15 cámaras de transmisión televisiva en vivo desde el Centro de Comercio Mundial moscovita fueron incapaces de recoger el sentimiento de ansiedad, preocupación y, finalmente, de desconcierto de quien quedó con su pregunta en el tintero.
La próxima vez habrá más suerte.
rgh/to
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