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| Traducido del inglés para Rebelión por J. M. |
Lo que es absurdo y monstruoso acerca de la guerra es que los hombres que no tienen un pleito personal deben ser entrenados para asesinar a los demás a sangre fría. (Aldous Huxley)
¿Qué podría llevar a los soldados a matar simplemente por orden del Estado? ¿Por qué las personas normales arriesgarían todo por los deseos asesinos de otras?
Por supuesto, hay muchos factores, pero el incentivo principal necesario para que las personas arriesguen voluntariamente sus vidas en la guerra se reduce a una mentalidad ideológica peligrosa denominada "el bien mayor". Esto se refiere a la noción de que uno está matando no por sí mismo, sino por el beneficio de la comunidad, el país o toda la raza humana. Esto puede disfrazarse de patriotismo, nacionalismo o amor por el país, pero esas falsas justificaciones se incorporan deliberadamente en las mentes débiles de la ciudadanía con lavado de cerebro a lo largo de sus vidas. Algunos izquierdistas progresistas describen el bien mayor como “participar activamente con la rendición de cuentas en el crecimiento positivo del cambio social, económico y político". Esto es absurdo, majaderías sin sentido. Las guerras se venden a las personas comunes usando el miedo y la culpa como motivaciones, todo bajo el disfraz de esta ideología idiotamente políticamente correcta
La venta de este concepto ha sido un componente clave en el arsenal de los belicistas utilizado para promover su misión de marginar todo pensamiento y acción independientes en favor de la comunidad. Es una estrategia brillante que se utiliza para engañar a la población general para que apoye la agresión patrocinada por el Estado. Esa agresión es la guerra, y la guerra necesita el apoyo de las masas para que pueda existir y prosperar. No es el triunfo lo que importa a los controladores que interpretas, es la perpetuación de la guerra lo que se desea porque el conflicto continuo es lo que buscan. La "guerra contra el terror", diseñada a propósito e interminable, es el vehículo perfecto para materializar esta estrategia. Esto se logra fomentando el miedo entre las masas y el resultado siempre es el caos. La guerra continua es necesaria para ganar el dinero y el poder ansiados por la élite que la pregona.
El Estado entiende este concepto y ha tenido éxito en sus esfuerzos por incitar el temor entre la gente. En el pasado, tal como sigue siendo hoy, se creó y demonizó un enemigo y los medios controlados se usaron para inundar a los borregos con propaganda dirigida en apoyo a la guerra. Para que esta estrategia continúe siendo efectiva a largo plazo, el público –de lejos- debe asustarse continuamente de los monstruos. Este estado de ánimo no solo es suficiente para causar pánico, sino que además guiará a la multitud a unirse detrás de poderosos agentes de la fuerza que creen que la protegerá. Esto es exactamente lo que buscan el poderoso Estado profundo y sus títeres del Gobierno.
El belicismo depende de un extenso complejo militar-industrial, con un brazo de propaganda fuerte y efectivo. La máquina de propaganda de los EE.UU. está completamente a cargo y dejaría sin palabras incluso a Hitler. Durante el siglo pasado, el Gobierno de los Estados Unidos ha construido el ejército más grande y poderoso que el mundo haya conocido. Es monstruoso no solo en tamaño y alcance, sino también en su sed de tiránica supremacía. Este complejo militar necesita no solo tener un enorme ejército permanente de soldados dispuestos, sino también armamento y capital. También necesita controlar la clase política y los medios de comunicación. Cumplió esta misión hace algún tiempo y sigue ganando fuerza.
Los Estados Unidos son un imperio basado en la agresión y la expansión y en la actualidad logran gran parte de esta lujuria por el poder ganando el control geopolítico. Este no es un fenómeno reciente, pero este imperio continúa expandiéndose a través de medidas agresivas. En el mundo de hoy, no es necesario que este monstruo reclame y tome posesión física de todo el territorio que conquista. Pero con bases militares que suman más de 80 en más de 70 países, el efecto es el mismo. EE.UU. es el imperio más prolífico en la historia mundial. Para continuar esta expansión empírica, la guerra debe librarse sin pausa. La guerra es lo que sostiene al Estado profundo y aquellos que dependen de él, incluida la clase política, el sistema financiero y bancario, la élite corporativa y todo el complejo industrial militar.
¿Por qué tantos están llenos de odio? ¿Por qué tantos siguen torturando, mutilando y matando? ¿Por qué las guerras imperialistas son aplaudidas y quienes las orquestan y procesan son venerados? ¿Por qué las masas están hipnotizadas por aquellos que apoyan la muerte y la destrucción que acompañan a estas guerras?
Vender el asesinato como salvación es la misión de un aparato estatal sin escrúpulos. Los involucrados en esta carnicería son los peores de nuestra especie. Son los benefactores del imperio y la guerra. Ellos son los que ganan dinero y poder de ella. Son parásitos que usan a las masas cómplices para promover su agenda asesina.
La supervivencia de la humanidad, como la veo, reside en el concepto de paz. La paz nunca se puede lograr por el uso de la violencia. Las guerras de agresión perpetúan más guerras y más sufrimientos, mientras que la paz fomenta la paz, la prosperidad y la armonía. No existe tal cosa como el bien mayor en ningún acto de guerra agresiva; sólo hay mal mayor.
Este artículo fue publicado originalmente por FFF.
Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/50752.htm
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=250270
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