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Banderas de Francia, La Unión Europea y Cuba decoran el estand francés en la 36 edición de la Feria Internacional de La Habana, celebrada en noviembre de 2018. Las relaciones entre el bloque europeo y Cuba se han intensificado gracias al Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación suscrito en 2016 entre Bruselas y La Habana. Crédito: Jorge Luis Baños/IPS
Ese convenio que en 2020 comienza una nueva etapa, enmarca el intercambio comercial y de asistencia al desarrollo, en especial en la reducción de la pobreza, entre la UE y 79 Estados de la ACP . Cuba pertenece a este grupo, pero desistió de participar en el acuerdo suscrito en 2000 tras la amenaza de la aplicación de una cláusula condicionante.
Por presiones del gobierno español de entonces, del derechista José María Aznar (1996-2004), la UE impuso en 1996 la llamada Posición Común que condicionaba la cooperación a cambios políticos en el gobierno socialista de la esta isla caribeña.
“El nuevo convenio que esperamos firmar con los 79 países ACP es un acuerdo que va a singularizar a las tres regiones, África, Caribe y Pacífico, con una base que será común a todos, pero diferenciando mucho más que ahora entre las tres regiones”: embajador Alberto Navarro.
Esa cláusula fue eliminada en diciembre de 2016, como paso previo a la firma por Bruselas y La Habana del bilateral Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC).
“Este puede ser un buen momento para darle más consistencia a las relaciones de Cuba con la Unión Europea y una prioridad debería ser encontrar el camino para ingresar al Convenio de Cotonú”, dijo a IPS el analista político cubano Carlos Alzugaray.
En su opinión, ese acuerdo, también conocido por la grafía en francés del nombre de la ciudad de Benín donde se suscribió, Cotonou, ofrece indudables ventajas económicas y particularmente en la promoción de inversiones.
“No son ventajas decisivas, pero sí importantes en el difícil contexto que enfrentamos en materia de relaciones económicas internacionales”, agregó.
“La pertenencia a este acuerdo, que abarca a numerosos países de África, el Pacífico, y el Caribe, con los cuales Cuba tiene excelentes relaciones, puede fortalecer al grupo ACP y a la propia posición negociadora cubana”, señaló el politólogo y exembajador cubano ante la UE (1994-1996).
Este país insular caribeño se incorporó en 1998 al grupo ACP, creado en junio de 1975 en Georgetown, la capital de Guyana. Según fuentes oficiales, más de 190.00 cooperantes cubanos han prestado sus servicios en países de este conglomerado y se han formado profesionalmente 30.000 jóvenes de esos países.
La difícil situación económica cubana, junto con el recrudecimiento del embargo estadounidense con medidas dirigidas a frenar la entrada de inversiones extranjeras que contribuyan al crecimiento y desarrollo del país, aconseja la apertura a nuevas opciones internacionales.
Alberto Navarro, embajador de la Unión Europea ante La Habana, a su ingreso al encuentro de los embajadores de América Latina, el Caribe y el bloque europeo, celebrado en el Palacio del Segundo Cabo, en la capital de Cuba, donde se analizaron las relaciones entre la UE y la región. Crédito: Jorge Luis Baños/IPS
El diplomático consideró que las naciones caribeñas estarían “encantadas” de que la isla forme parte del nuevo Convenio porque la lectura correcta ya no es “Cuba nos viene a quitar fondos”, sino que el Caribe como región va a pesar más en el mundo ACP y en la cooperación con la UE.
Cuba, al ser una isla y al tener que hacer frente además a un embargo o bloqueo (de Estados Unidos), debería aprovechar este ámbito único de cooperación a nivel global como es la cooperación UE-ACP que agrupa a en total a 107 países, añadió.
El embajador del bloque europeo precisó que, en caso de que firmase el nuevo acuerdo, La Habana puede y debe pedir un Protocolo similar al que actualmente tiene África del Sur, que establezca que en caso de conflicto entre el Acuerdo Post-Cotonú y el vigente ADPC bilateral, primará siempre este último.
Las autoridades cubanas participan y siguen las negociaciones para la firma del convenio Post Cotonou, aunque sin trascendidos oficiales hasta el momento. “Como país caribeño e insular, Cuba tiene todo el derecho a ser parte de ese nuevo Convenio” y beneficiarse de sus ventajas, reiteró el diplomático europeo.
Explicó que el ADPC vigente entre Bruselas y La Habana “es un acuerdo no preferencial” en el que desde el punto de vista comercial, los productos cubanos deben competir en el mercado europeo con países que gozan de regímenes de libre comercio.
Entre los beneficios del acuerdo Cotonú, Navarro mencionó las preferencias comerciales, subvenciones del Fondo Europeo de Desarrollo, los préstamos del Banco Europeo de Inversiones y la apertura del mercado europeo, el mayor del mundo con 500 millones de consumidores.
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=257475
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