Bajo la consigna “La Revolución Comunista es Imparable”, con lienzos y miles de volantes en las salidas de los metros más concurridos, afiches con la hoz y el martillo en sectores populares de Santiago y varias regiones del Chile hace su primera aparición la OCR, como firman en su principal comunicado Organización Comunista Revolucionaria.
Su objetivo principal es “conformar un destacamento de comunistas que de forma decidida enfrente a la patronal y al gran capital monopólico”, adhieren a la ideología Marxistas – Leninistas, pues la reconocen como la ideología del proletariado. En otras palabras se han impuesto la tarea de construir un partido comunista y revolucionario.
Frente a este desafiante meta, reconocen que es un esfuerzo embrionario, que necesitan…“muchos hombres y mujeres comunistas para impulsar la revolución que destruya al capitalismo, al imperialismo y al patriarcado”… Convocando a otras y otros a sumarse a este proyecto de construcción, el cual declaran, busca la derrota de la burguesía, el triunfo del proletariado y la conquista de la sociedad sin clases.
Llama la atención cuando proponen…“desarrollar formas superiores de organización y lucha, además de construir el programa de la revolución, aportar al desarrollo de la fuerza propia de la clase trabajadora y el pueblo” a través de la construcción de poder popular y preparar el inicio de la revolución comunista como estrategia para la conquista del poder para las y los trabajadores, pues a pesar de que en la opinión común se asume que un proyecto de perspectiva comunista ya no es viable, que el socialismo cayo junto con la muralla y la restauración capitalista, que Cuba le queda poco régimen comunista, esta nueva organización propone sin espacio a interpretaciones la revolución comunista.
Se reconocen en las diversas luchas que el pueblo da contra el capitalismo, como la lucha medioambiental para poner fin de la explotación de los recursos naturales, la lucha por un nuevo sistema de protección social, son parte de ofensiva feminista contra el patriarcado, y por supuesto en la lucha contra la precarización de las condiciones de trabajo de la clase. Es decir, poner fin de toda opresión y dominación que ejerce el actual patrón de acumulación.
Con la misma fuerza con la que convocan dejan en claro que…“se colocaran al servicio de la clase trabajadora con disciplina militante y autocritica comunista, para así asumir las responsabilidades y tareas que el periodo requiera en las actuales condiciones de la lucha de clases”… Reconocen eso sí que “la tarea es histórica y que la asumirán con la máxima decisión revolucionaria, con humildad proletaria y la convicción de servir al pueblo de todo corazón”.
Es evidente que la crisis que atravesamos como sociedad abre una oportunidad política para quienes plantean cambios estructurales del modelo. La urgente necesidad por mejorar las condiciones de vida de las y los trabajadores, y como una vez se pensó, romper el destino de explotación y miseria de millones de seres humanos a escala global, es para la ORC un camino vigente y realizable. ¿Será este momento que retomen banderas que por años se dieron por pérdidas?
En Chile, el escenario es desfavorable para el pueblo, el desempleo está en aumento, las proyecciones económicas de crecimiento van a la baja de acuerdo a indicadores del último IPOM del Banco Central, la criminalización de la movilización popular se evidencia en cada pelea que dan las y los trabajadores por sus derechos, la entrega de los recursos naturales a los monopolios ha depredado nuestro mar, bosques y ríos.
Habrá que ver si esta nueva organización que agrupa a las y los comunistas, y junto a otras iniciativas colectivas se coloca a la cabeza de las luchas del pueblo para poner freno a las sistemáticas medidas contra la clase trabajadora impulsadas por los que están en poder.
Finalmente, es merecedor de observación el llamado que esta nueva organización OCR hace a la clase trabajadora, sin eufemismos propone el Comunismo.
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