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Avanzar hacia el 2030 por el camino del desarrollo obliga a poner el empleo, su magnitud y su calidad, entre las más importantes prioridades. |
La población cubana residente al finalizar el 2018 era de 11 209 628 y su distribución por sexo dice que 5 575 988 eran hombres mientras 5 633 640 mujeres[1]. Ese año ya éramos menos cubanos que en el año 2010, cuando los cubanos residentes andábamos por los 11 210 064.
Hace ya bastante tiempo que sonaron las alarmas demográficas acerca de las tendencias del comportamiento del homo sapiens cubanus.
Estas son tendencias, por lo general, de largo plazo, por lo que cambiarlas no es tarea de un día. Claro está que en cuanto al decrecimiento de los residentes en el país se podría optar por estimular la inmigración de otros habitantes de otras regiones del planeta, aunque en mi preferencia personal me decanto por hacer lo imposible por conservar a los cubanos en su tierra.
De todas maneras, esos 11 209 628, poquito más, poquito menos, somos los que estamos aquí y con quienes hay que empujar hacia delante en ese empeño de hacer de Cuba en país próspero, sostenible, independiente y soberano.
Así pues lograr emplear adecuadamente a todos ellos es decisivo para ese propósito. En otras palabras sin cubanos empleados allí donde mas puedan rendir de acuerdo a sus aptitudes aquella tarea se hará mucho mas difícil, casi que imposible.
Por eso me pareció tan importante para el presente y el futuro del país la reunión del Ministerio del Trabajo y la intervención del presidente Miguel Díaz-Canel.
Vayamos primero a los datos.
*Todos los datos del 2018 proceden del Capitulo 3 del anuario Estadístico de Cuba 2018. Mientras que los datos del 2019 proceden de la información brindada en Cubadebate en su reportaje de sobre Balance anual del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social publicado el 18 de enero del 2020.
Aunque los datos del 2019 no están completos, combinando ambos años podemos acercarnos a la realidad del empleo en Cuba.
Los datos permiten apreciar algunas características de la estructura del empleo en Cuba que resultan de interés:
En primer lugar, el peso preponderante recae en el sector estatal, que genera el 60% del empleo del país, mientras el sector no estatal alcanza a generar el 31% del empleo, confirmando la importancia del primero como generador de empleo.
En segundo lugar, resulta relevante el peso del sector presupuestado dentro del empleo estatal que alcanza el 48% del total del empleo generado en este sector, por un 52% en el sistema empresarial estatal.
En un país subdesarrollado, con significativas necesidades de crecimiento no satisfechas, con niveles de productividad notoriamente bajos ¿debe ser esta la proporción adecuada? ¿Acaso no es necesario lograr un mayor desplazamiento de empleados hacia los sectores que contribuyen de forma directa a la producción y los servicios transables?
Es cierto que dentro del sector presupuestado están los trabajadores de educación, salud, ciencia y cultura, pero sin dudas quedan aún reservas para racionalizar el empleo en este sector. Volvamos a los datos.
El total de empleados en el 2018 fue de 4 482 700 persona. Las personas empleadas en sectores de servicios no asociados directamente a la producción alcanzaron casi el 50% del total de empleados.
Entre administración pública, defensa y seguridad y servicios comunales, sociales y personales se encuentran empleados 634 500 personas, esto es 13,15% de todos los empleados del país. Es cierto que, en administración pública, defensa y seguridad, entre el 2016 y el 2018 se produjo una disminución de más de 44 500 personas, pero ¿acaso no habrá posibilidades para aumentar la eficiencia en esos sectores y poder reorientar una parte de esas personas hacia sectores productivos?
Mientras en Servicios Comunales se produjo un incremento de casi 82 000 personas, aquí cabe la misma pregunta anterior. Habría además que generar incentivos en el sector productivo para inducir ese desplazamiento y sin dudas uno de las decisivos, sino el mas decisivo, es el salario.
En tercer lugar, los datos combinados de la estructura del empleo en 2018 y 2019 revelan que, si bien es cierto que el empleo no estatal es el 31% del empleo en el 2018, si la comparación se hace entre el sector empresarial estatal y el sector no estatal, entonces se tiene que las diferencias entre el peso del sector empresarial estatal en el empleo total (35%) y el del sector no estatal (31%) no resulta demasiado significativa.
En otras palabras, en el ámbito empresarial el empleo que genera el sector estatal y el que genera el sector no estatal son muy parecidos.
En cuarto lugar, destaca que el empleo privado[2], según los datos del 2018, alcanza el 60% del empleo del sector empresarial estatal y el 21% del empleo total e el 2018, proporción para nada despreciable.
Este significa que, al menos en términos de empleo, es imprescindible también lograr incentivos suficientes para que el sector no estatal de la economía, cooperativo y privado, crezca, mejore cualitativamente y se consolide, pues los datos de la dinámica de la producción y de la inversión demuestran que el sector empresarial estatal no tiene capacidad suficiente para generar un volumen de empleo capaz de sustituir el empleo generado desde el sector no estatal. Tampoco es posible sostener que el sector presupuestado pueda cumplir con ese rol.
Avanzar hacia el 2030 por el camino del desarrollo obliga a poner el empleo, su magnitud y su calidad, entre las más importantes prioridades.
Notas:
[1] Todas las cifras anteriores están tomadas del Anuario Estadístico de Cuba 2018, Capítulo3, tabla 3.3.
[2] La ONEI en su Capítulo 3 del Anuario estadístico de Cuba define al trabajador privado como “Los trabajadores privados comprenden entre otros a los campesinos privados, a los trabajadores por cuenta propia, a los artistas de la plástica, escritores y otros trabajadores intelectuales”.
Fuente: https://oncubanews.com/opinion/columnas/contrapesos/el-empleo-y-el-futuro-de-cuba/
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=264950Hace ya bastante tiempo que sonaron las alarmas demográficas acerca de las tendencias del comportamiento del homo sapiens cubanus.
Estas son tendencias, por lo general, de largo plazo, por lo que cambiarlas no es tarea de un día. Claro está que en cuanto al decrecimiento de los residentes en el país se podría optar por estimular la inmigración de otros habitantes de otras regiones del planeta, aunque en mi preferencia personal me decanto por hacer lo imposible por conservar a los cubanos en su tierra.
De todas maneras, esos 11 209 628, poquito más, poquito menos, somos los que estamos aquí y con quienes hay que empujar hacia delante en ese empeño de hacer de Cuba en país próspero, sostenible, independiente y soberano.
Así pues lograr emplear adecuadamente a todos ellos es decisivo para ese propósito. En otras palabras sin cubanos empleados allí donde mas puedan rendir de acuerdo a sus aptitudes aquella tarea se hará mucho mas difícil, casi que imposible.
Por eso me pareció tan importante para el presente y el futuro del país la reunión del Ministerio del Trabajo y la intervención del presidente Miguel Díaz-Canel.
Vayamos primero a los datos.
2019 | 2018 | |
Empleados totales | 4 515 200 | 4 482 700 |
de ellos: sector estatal | 3 079 500 | 3 067 000 |
en el Sistema presupuestado | 1 478 200 | nd |
en el Sistema empresarial | 1 600 300 | nd |
Empleados sector no estatal | 1 435 700 | 1 415 000 |
Cooperativistas | nd | 469 000 |
CPA | nd | 451 |
CNA | nd | 18 100 |
Privado | nd | 945 800 |
TCP | 621 268 | 580 000 |
Aunque los datos del 2019 no están completos, combinando ambos años podemos acercarnos a la realidad del empleo en Cuba.
Los datos permiten apreciar algunas características de la estructura del empleo en Cuba que resultan de interés:
En primer lugar, el peso preponderante recae en el sector estatal, que genera el 60% del empleo del país, mientras el sector no estatal alcanza a generar el 31% del empleo, confirmando la importancia del primero como generador de empleo.
En segundo lugar, resulta relevante el peso del sector presupuestado dentro del empleo estatal que alcanza el 48% del total del empleo generado en este sector, por un 52% en el sistema empresarial estatal.
En un país subdesarrollado, con significativas necesidades de crecimiento no satisfechas, con niveles de productividad notoriamente bajos ¿debe ser esta la proporción adecuada? ¿Acaso no es necesario lograr un mayor desplazamiento de empleados hacia los sectores que contribuyen de forma directa a la producción y los servicios transables?
Es cierto que dentro del sector presupuestado están los trabajadores de educación, salud, ciencia y cultura, pero sin dudas quedan aún reservas para racionalizar el empleo en este sector. Volvamos a los datos.
Empleados por sectores | % del total de empleados | |
Administración Pública, defensa y seguridad social | 282100 | 6,29% |
Ciencia e Innovación Tecnológica | 26 400 | 0,59% |
Educación | 463 000 | 10,33% |
Salud Pública y Asistencia Social | 478 000 | 10,66% |
Cultura y Deporte | 155 000 | 3,46% |
Servicios comunales, sociales y personales | 352 400 | 7,86% |
Comercio, reparación de efecto personales | 465 300 | 10,38% |
Total | 2 222 200 | 49,57% |
Entre administración pública, defensa y seguridad y servicios comunales, sociales y personales se encuentran empleados 634 500 personas, esto es 13,15% de todos los empleados del país. Es cierto que, en administración pública, defensa y seguridad, entre el 2016 y el 2018 se produjo una disminución de más de 44 500 personas, pero ¿acaso no habrá posibilidades para aumentar la eficiencia en esos sectores y poder reorientar una parte de esas personas hacia sectores productivos?
Mientras en Servicios Comunales se produjo un incremento de casi 82 000 personas, aquí cabe la misma pregunta anterior. Habría además que generar incentivos en el sector productivo para inducir ese desplazamiento y sin dudas uno de las decisivos, sino el mas decisivo, es el salario.
En tercer lugar, los datos combinados de la estructura del empleo en 2018 y 2019 revelan que, si bien es cierto que el empleo no estatal es el 31% del empleo en el 2018, si la comparación se hace entre el sector empresarial estatal y el sector no estatal, entonces se tiene que las diferencias entre el peso del sector empresarial estatal en el empleo total (35%) y el del sector no estatal (31%) no resulta demasiado significativa.
En otras palabras, en el ámbito empresarial el empleo que genera el sector estatal y el que genera el sector no estatal son muy parecidos.
En cuarto lugar, destaca que el empleo privado[2], según los datos del 2018, alcanza el 60% del empleo del sector empresarial estatal y el 21% del empleo total e el 2018, proporción para nada despreciable.
Este significa que, al menos en términos de empleo, es imprescindible también lograr incentivos suficientes para que el sector no estatal de la economía, cooperativo y privado, crezca, mejore cualitativamente y se consolide, pues los datos de la dinámica de la producción y de la inversión demuestran que el sector empresarial estatal no tiene capacidad suficiente para generar un volumen de empleo capaz de sustituir el empleo generado desde el sector no estatal. Tampoco es posible sostener que el sector presupuestado pueda cumplir con ese rol.
Avanzar hacia el 2030 por el camino del desarrollo obliga a poner el empleo, su magnitud y su calidad, entre las más importantes prioridades.
Notas:
[1] Todas las cifras anteriores están tomadas del Anuario Estadístico de Cuba 2018, Capítulo3, tabla 3.3.
[2] La ONEI en su Capítulo 3 del Anuario estadístico de Cuba define al trabajador privado como “Los trabajadores privados comprenden entre otros a los campesinos privados, a los trabajadores por cuenta propia, a los artistas de la plástica, escritores y otros trabajadores intelectuales”.
Fuente: https://oncubanews.com/opinion/columnas/contrapesos/el-empleo-y-el-futuro-de-cuba/
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