Asiduo lector suyo me atrevo a discrepar contra su último alegato (1) como el justiciable que discrepa del juez prevaricador y le cursa un incidente de nulidad a sabiendas de su total ineficacia. Pero usted no solo es jurista, sino también antropólogo y entonces le comento invocando la rama dorada que no es bueno que nos prive usted de sus reflexiones, pues esta guerra es siempre de largo recorrido, inhóspito, desesperante y siempre inconcluso.
Y hablo de «guerra» porque en la reflexión el enemigo siempre no es el otro, sino uno mismo, por ello tu renuncia –permíteme ya como lector fiel que te tutee–, me suena a una suerte de suicidio inútil y, por tanto, innecesario. ¿Por qué renunciar a estas alturas
Sabes bien que este país lleva inconcluso y descoyuntado más de 500 años, tanto que dicen que descubrió América, y luego los patriotas de la una, grande y libre van y ponen a un rey borbón… ¿te imaginas la cara de Napoleón?... Este país no tiene lógica.
Combinar la antropología con la justicia es un acto de magia digno de los estudios más clásicos de la antropología, y no me refiero a la parte siniestra de Josef Mengele, sino a J. Frazer y al padre de la sociología E. Durkheim ambos estudiosos del pensamiento primitivo.
En España no se practica el jibarísmo clásico, pero si tiene amplia difusión el jibarismo intelectual como práctica habitual de expertos y medios de comunicación ya que ni la ilustración, ni el pensamiento crítico son costumbres hispánicas compatibles con la Constitución post franquista.
Por eso son importantes tus artículos, pues aportan perspectivas y abren ventanas por las que entra un poco de sentido común; ese polen salubre que todos los días fumiga insistentemente el sistema.
En tus artículos nunca he observado repetición alguna, pero si perseverancia y constancia que no son valores menores, ni en la naturaleza ni en la relación humana. Fíjate, si no, en cómo el agua, insignificante y blanda, en apariencia, perfora la piedra más dura y potente mediante su perseverancia.
Pero, es más, en el arte de la guerra te recuerdo al general prusiano Carl Von Clausewitz que decía que ningún enemigo puede ser derrotado mientras conserve un aliento de vida y mantenga firme su voluntad de luchar.
Tus alegatos son importantes, no desfallezcas y nunca digas que es tu último alegato, ni nunca des por perdido nada. El futuro no lo conoce ni Dios. Sigue, que no estás sólo.
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=265121
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