Las sanciones de EE.UU. a la CPI, por investigar los supuestos crímenes de guerra de sus tropas en Afganistán, han causado una ola de críticas contra Washington.
Las sanciones económicas de Estados Unidos contra funcionarios de la Corte Penal Internacional (CPI) han tensado las relaciones entre Washington y La Haya, donde consideran que esas medidas son un ataque a todo el sistema del derecho internacional.
Las medidas sin precedentes de Washington contra una de las instituciones más importantes del mundo desencadenaron una ola de críticas y rechazo en la comunidad internacional que considera indispensable el papel de la corte en garantizar la justicia y la estabilidad a nivel mundial.
El desencadenante de las sanciones tiene como origen el papel de las tropas estadounidenses en la guerra de Afganistán. El pasado marzo, los jueces autorizaron la investigación solicitada por la fiscal general de la Corte, por supuestos crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos por el Ejército norteamericano, grupos talibanes y autoridades afganas.
La orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump autoriza el bloqueo de bienes de funcionarios de La Haya y abre la puerta a prohibirles el acceso al país, tanto a ellos como a sus familiares.
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