Organizaciones canadienses condenan “apoyo directo al militarismo y la opresión” por parte del Gobierno con venta de armas a Arabia Saudí y exigen su freno.
Los 39 grupos de derechos humanos, de control de armas y organizaciones laborales, incluida la Alianza de Servicio Público de Canadá, el mayor sindicato del Gobierno Federal, reclamaron en una carta abierta al primer ministro del país, Justin Trudeau, que ponga fin a las exportaciones de armas a Arabia Saudí, después de que los expertos de las Naciones Unidas nombraran —en un informe publicado el 9 de septiembre— por primera vez a Canadá como uno de los países que impulsa la guerra en Yemen.
En la carta fechada el 17 de septiembre, los signatarios lamentaron que en el último año, las exportaciones de armas de Canadá a Arabia Saudí aumentaron en más del doble y que alcanzaron un récord en 2019 debido a un contrato de 14 000 millones de dólares para vender vehículos blindados ligeros (LAV) al reino árabe, informó el viernes el diario Globe And Mail.
Según los grupos, los envíos de armas a Arabia Saudí representan más del 75 % de las exportaciones militares de Canadá al resto del mundo, excepto Estados Unidos. Canadá exportó casi 2,9 mil millones de dólares en equipos militares a Riad el año pasado.
César Jaramillo, director ejecutivo del grupo de desarme Project Ploughshares, dijo que el informe de las Naciones Unidas “es una vergüenza para Canadá” y el Gobierno de Trudeau “no puede ignorar la deshonrosa inclusión” de Ottawa en este reporte, que también incluye a EE.UU., el Reino Unido y Francia.
La carta cuestionó los alegatos pro derechos humanos del Gobierno canadiense criticando la decisión de Ottawa de publicar un documento sobre política exterior feminista en 2020 mientras que “las mujeres y otros grupos vulnerables o minoritarios son reprimidos sistemáticamente en Arabia Saudí y se ven desproporcionadamente [afectados] por el conflicto en Yemen”.
“El apoyo directo al militarismo y la opresión, a través de la provisión de armas, es exactamente lo opuesto a un enfoque feminista de la política exterior”, criticaron los grupos.
La investigación del panel de expertos independientes del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU) que monitorea el conflicto en Yemen, indicó que los países occidentales, incluidos Francia, Estados Unidos, el Reino Unido y Canadá, “continuaron su apoyo a las partes en el conflicto, incluso a través de las transferencias de armas, ayudando así a perpetuar el conflicto”.
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