Lula da Silva ganaría a su rival Jair Bolsonaro con 55 % frente a 32 % de los votos en un balotaje si las elecciones presidenciales de Brasil fueran este jueves.
Los resultados de un sondeo llevado a cabo por Datafolha y publicados el miércoles indican que el ex jefe de Estado brasileño Luis Inácio Lula da Silva obtendría un 41 % de los votos frente a un 23 % del actual mandatario, Jair Bolsonaro, en la primera vuelta.
Conforme al estudio, realizado a 2071 brasileños entre el 11 y 12 de mayo, ningún otro posible candidato superaría el 7% de los votos en los comicios de octubre de 2022, por lo que, si ningún candidato consigue más del 50 %, los dos aspirantes a la Presidencia con más apoyo se enfrentarán en un balotaje.
Hace dos meses, el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil ratificó la anulación de las condenas por varios casos de corrupción contra Lula da Silva, lo que le permitió postularse para elecciones del próximo año. Sin embargo, el líder izquierdista todavía no ha anunciado si se presentará como candidato a los comicios.
Lula fue condenado en 2018 por corrupción y lavado como beneficiario de un tríplex en Guarujá (litoral de Sao Paulo) y estuvo detenido desde abril de ese año hasta noviembre de 2019. En 2020, fue condenado a 17 años en segunda instancia por supuesto recibo de sobornos de constructoras, relacionado con un sitio en Atibaia (Sao Paulo), a cambio de influir en la obtención de contratos en Petrobras.
No obstante, Lula, líder del izquierdista Partido de los Trabajadores, considerado el presidente más popular en la historia moderna de Brasil, rechazó siempre los cargos en su contra, denunciando ser blanco de una persecución política para que no compita en las elecciones.
Analistas consideran a Lula y la mala gestión del gobierno de la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, como dos principales desafíos para la reelección de Bolsonaro el 2022.
Médicos y científicos, entre otros grupos de la sociedad brasileña, han presentado una y otra vez solicitudes de impeachment (juicio político) contra Bolsonaro por su negacionismo de la COVID-19 que ha profundizado las crisis económica y sanitaria en el gigante sudamericano.
Aunque la cifra de los casos sigue aumentando con un ritmo imparable, Bolsonaro dice que Brasil vive el “finalcito” de la pandemia y considera que quedarse en casa para prevenir el contagio es de débiles.
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