Por Stella Calloni, Resumen Latinoamericano, 17 de junio de 2021.
foto: Secretario general de la OEA, el injerencista Luis Almagro.
La Organización de Estados Americanos (OEA) que encabeza el golpismo en diversos países de América Latina, con la abierta implicación del Secretario General Luis Almagro, intenta ahora aplicar la llamada “carta democrática” a Nicaragua, en una respuesta desesperada ante la revelación de una cantidad de documentos en Estados Unidos, sobre las implicaciones reales de Washington en el cruento intento de golpe militar en 2018, en ese país.
En estos momentos, el gobierno del demócrata Joe Biden, que continúa la política brutal de su predecesor Donald Trump en América Latina y en el mundo sigue aplicando sanciones a Cuba, Venezuela y Nicaragua, que resultan en un gravísima violación da los derechos de los pueblos y los derechos humanos que deben ser cumplidos a nivel universal, agravada por el flagelo de la pandemia que asola a la humanidad.
Estados Unidos desoyó el pedido del Secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres instando a suspender los conflictos y todo accionar bélico para permitir la protección que necesitan los pueblos ante la pandemia.
Los poderosos se atrincheran tras sus fronteras y, continúan con su política de guerras coloniales, de injerencismo político, económico y militar especialmente en su proyecto de recolonizar América Latina y el Caribe.
Están violentando la voluntad popular en cada uno de nuestros países, con una guerra contrainsurgente de baja intensidad, pero de extrema violencia, amenazando con invasiones militares en aquellos lugares donde gobiernos y pueblos resisten la rendición total para convertirnos en las colonias del siglo XXI, imponiendo en reemplazo de las dictaduras de Seguridad nacional, las “democracias de Seguridad nacional”, cuyo mayor ejemplo es Colombia, su “Israel” en América Latina.
Sin embargo, estamos viendo la heroica resistencia de nuestros pueblos alzados, levantados contra la injusticia y la miseria, fruto de la dependencia, después de haber logrado en esta primera década del siglo XXI, demostrar lo que puede hacer una América Latina Unida, la que imaginaron nuestros héroes de la independencia, a fines del siglo, XIX.
Nada de eso le importa a un capitalismo en estado salvaje, precisamente porque está en la mayor crisis de su historia.
Si la situación del bloqueo con el que tratan de rendir a los pueblos por hambre y las necesidades de sobrevivencia ya es grave, cada día se dicta una nueva sanción, sin entender que la crueldad de esa violencia los va a hundir a ellos mucho más rápidamente.
En estas horas Estados Unidos está tratando de producir no sólo un nuevo golpe de Estado en Perú, aprovechando un contexto electoral, sino también en Nicaragua, un “paisito” como dicen en una Centroamérica, a la que hicieron víctima primera de su expansión imperial hacia nuestra región.
Esa misma Nicaragua, que más de una vez los hizo poner en fuga, como lo logró aquel formidable ejército de campesinos de “hombres libres” que con escopetas de caza puso en fuga en los años 30 a la ya entonces poderosa fuerza aérea estadunidense,
Augusto César Sandino siguió tan vivo en la memoria del pueblo, que, en 1979, en una nueva guerra de liberación, en condiciones totalmente asimétricas con el poderoso imperio, regresó con el triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional que derrocó al último de los tiranos de la familia Somoza, en el poder impuestos por Estados Unidos.
La revolución triunfante del FSLN que en julio de 1979 asombró al mundo, debió soportar una guerra contrainsurgente de una crueldad que no sólo produjo atentados terroristas condenados por el mundo sino miles de muertos en la Nicaragua sandinista.
Este rápido vuelo al pasado nos lleva a las elecciones decididas por el FSLN en 1990, poco después de que en una de las acciones más siniestras y cobardes EE.UU. invadiera Panamá en la madrugada del 20 de diciembre de 1989, con todas las fuerzas de su Comando Sur que estaba aún ocupando la zona del canal, de tan trágica memoria para los latinoamericanos.
Pero hubo resistencia, en esa enorme desigualdad que significaba semejante enfrentamiento, en una acción donde Estados Unidos probó armas como lo hicieron los nazis en Guernica, España.
Fui testigo de esa invasión como lo fui de la insurrección final sandinista que el 19 de julio de 1979, con todo el pueblo en las calles, con armas menores si se comparaba con las que Washington proveía a su dictador, ganaron la guerra heroicamente También fui testigo de la guerra sucia de EE.UU. contra el pueblo nicaragüense en los años 80.
Las elecciones de 1990 se dieron, cuando ya Nicaragua tenía más de 50 mil víctimas de la “guerra sucia” y “encubierta” de EE.UU. y con el antecedente tan cercano de la invasión a Panamá y sus miles de víctimas lo que significaba una amenaza evidente para el sufrido pueblo de Sandino, que le había ganado la cruenta y desigual guerra.
Por supuesto que Washington no sólo actuaba militarmente. La nueva creación de Ronald Reagan en 1983, la Fundación para la Democracia (NED en sus siglas en inglés) que se probó también en Panamá, encargada junto a la actual USAID (la antigua y temible AID Agencia Internacional para el Desarrollo) de conformar alianzas opositoras. En Panamá, la Cruzada Civilista que pidió y apoyó la invasión a su país y en Nicaragua la Unión Nacional Opositora(UNO) que unió a todos los partidos opositores al Frente Sandinista en 1990, tenían su sede central en Washington,
Hoy todas las alianzas de derecha en el continente han sido creadas bajo el control de las fundaciones como la NED, que bien pueden llamarse la “cara social” de la CIA, que junto a centenares de Organizaciones No Gubernamentales(ONG), han invadido Nuestra América y están desempeñando un gran papel en la distribución de los millones de dólares destinados a los golpes de Estado, y a la infiltración de las estructuras judiciales, a los “gastos” que le originan los medios masivos de comunicación, bajo el control del Pentágono, como un arma de guerra que son, entre otras “inversiones”.
GOLPISMO EN NICARAGUA 2021
En estos momentos Nicaragua es un objetivo, tanto por lo que significó el desafío del gobierno de Daniel Ortega, elegido en las últimas elecciones desde que el FSLN regresó al gobierno en 2007, con más de un 70 por ciento de votos, lo que produjo un cambio profundo en favor del pueblo que fue más que evidente.
Y estamos casi en la misma situación de los 90, después de que la actual alianza de las derechas pro imperialistas, fracasó en el intento de golpe de 2018, donde los mercenarios y grupos lúmpenes cometieron delitos de lesa humanidad, convertidos por los gobiernos de Estados Unidos, nuevamente en “luchadores por la libertad”, el ostentoso nombre que Reagan dio a los asesinos y terroristas de la Contra nicaragüense en los años 80.
En el 2018 introdujeron en Nicaragua el modelo de las “guarimbas” contrarrevolucionarias y criminales de Venezuela. Supuestas manifestaciones estudiantiles, como pantalla de los mercenarios que mataron en enfrentamientos a decenas de policías sandinistas y población civil.
Como siempre y como sucede en nuestros países donde el Pentágono y los organismos de inteligencia de EE.UU. controlan el 98 por ciento de la (des) información que circula por el mundo, su ejército de mercenarios mediáticos, muy bien pagados transformaron a Ortega en un dictador sanguinario, mientras los “buenos muchachos” aterrorizaban a la población con sus métodos brutales. Hay suficientes grabaciones y videos que dan cuenta de esta realidad. ¿Cómo explican los opositores los enfrentamientos armados, si no había armas en ambos bandos?
Como origen de los sucesos en Nicaragua se mencionaba una “protesta estudiantil” imagen y semejanza de lo intentado por Leopoldo López en Venezuela en 2017, encubriendo a los grupos de choque mercenarios armados y capaces de matar en forma atroz.
¿Cuántos fueron los asesinatos en Nicaragua, de personas, rociadas con gasolina y quemados por los mercenarios ante una población aterrorizada? Los grupos de encapuchados armados en diversos lugares del país que enfrentaron y mataron una cantidad de policías, no disparaban piedras, sino balas, que dejaron un tendal de muertos y heridos.
Un estado de confusión y caos con la cadena de medios del poder hegemónico contando la historia al revés en todo el mundo demostró cómo el poder criminal de la prensa que miente es similar al poder criminal del que dispara a mansalva contar un pueblo desarmado.
Estos hechos fueron investigados por periodistas estadounidenses como Max Blumenthal, quien puso al descubierto el papel de entidades como la USAID, Freedom House, y la NED en el financiamiento de ONG’ nicaragüenses, que llamaron al derrocamiento de Ortega.
De acuerdo a Blumenthal la USAID destinó para Nicaragua en 2017 la suma de 5,2 millones de dólares, “con la mayoría de los fondos destinados a la capacitación de la sociedad civil y las organizaciones de medios de comunicación”.
En junio, los dirigentes del M19, el grupo estudiantil que comenzó las protestas antigubernamentales y que buscaba “suplantar a la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua, viajaron a Washington a reunirse con la ultra derecha de EEUU, con figuras como Marco Rubio; Ted Cruz y Ross Lethinem (cubano americanos y representantes republicanos ligados al terrorismo que asoló a Cuba y América Latina).
También se reunieron con Mark Green, director del USAID, quien manifestó su apoyo contra el gobierno sandinista. El viaje fue pagado por Freedom House”, denunció y probó Blumenthal. Se destacaba que el M19 (de abril) no era espontáneo ni fruto del “descontento” contra Ortega. “El Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas, dirigido por Félix Madariaga, organizador del M19 y uno de los principales voceros contra el Sandinismo, recibió 260,000 dólares de la NED, de EEUU, denunció Blumenthal sobre la base a sus investigaciones.
Citó que la organización Hagamos Democracia, de Luciano García, reconocido opositor al sandinismo, recibió también 525,000 dólares de la NED desde 2014 y entregó en 2017 un millón de dólares a diversas organizaciones de la llamada “sociedad civil” que exigían la renuncia de Ortega y que eran : la Comisión de DDHH de Nicaragua (111 mil dólares), Centro para la Empresa Privada (239 mil dólares), Instituto Republicano Internacional (150,000 dólares), Fundación Iberoamericana de Culturas (79,000 dólares), Fundación Desarrollo Económico Social (40,000 dólares); entre otras. (Fuente: NED digital)
“La NED destinó 305,000 dólares en 2017 a grupos anónimos de Nicaragua, para lo que ellos llaman “promoción de la democracia”, entiéndase, la organización de la contrarrevolución y la subversión antisandinista” destacando el papel que cumplen en la Guerra de Cuarta generación en América Latina”
También apareció la ayuda al entonces Movimiento de Renovación Sandinista (MRS), que se movilizó y se prestó a ser utilizado por la CIA, para influir en los sectores de izquierda aliados al sandinismo en otros tiempos.
Ahora el gobierno de Ortega fue advertido por otro intento golpista o una maniobra para activar su destitución, mediante las reorganizadas fuerzas de derecha.
“El gobierno de Estados Unidos ha pasado años cultivando un círculo de medios de comunicación de derecha en Nicaragua que desempeñaron un papel central en un violento intento de golpe de estado en 2018. En este momento esta red está siendo investigada por el gobierno nicaragüense por denuncias de lavado de dinero” señala el periodista norteamericano Ben Norton
La Fundación Violeta Barrios de Chamorro para la Reconciliación y la Democracia, está a la cabeza de la nueva instancia golpista “que es central para el apoyo financiero, técnico y logístico masivo de Washington a la oposición en ese país centroamericano, actuando como lo que la CIA llama un “punto de paso”: una organización de terceros que sirve como un canal aparentemente independiente para recibir el financiamiento que el gobierno de EE.UU. destina a grupos políticos y medios de comunicación extranjeros”.
En un documento de inteligencia, citado por Blumenthal, se usa en estos momentos las palabras “régimen de transición” 102 veces señalando que el nuevo gobierno será instalado por Estados Unidos y pide que se haga una purga de miembros del Ejército y la Policía, “entonces es obvio lo que quiere hacer la Usaid”, cuando “más de 75 millones de dólares fueron enviados por este organismo a la Fundación Chamorro”.
En referencia a la red de oposición se pone como ejemplo al sensacionalista cal “100% Noticias”, señalando que es financiado por Usaid mediante la Fundación Chamorro.
Recordó que el director y fundador de ese canal, Miguel Mora, declaró en una entrevista que quería que el ejército estadounidense invadiera Nicaragua, sacara violentamente del poder al Frente Sandinista y capturara al presidente Daniel Ortega, haciendo referencia a la invasión de Panamá por Washington en 1989.
La NED, que tuvo la responsabilidad por la victoria de Violeta Barrios de Chamorro y financió su Campaña en 1990 y que interfiere en muchos países alrededor del Mundo, y en particular en Latinoamérica, declaró en su propio medio, con orgullo, que “preparamos las bases para la insurrección en Nicaragua con la violencia y con los tranques”. Y también se ufanó de tener “la responsabilidad por el Golpe de Estado”.
De eso y mucho más se trata la nueva maniobra golpista de la OEA y su Secretario General Luis Almagro, denunciado por diversos gobiernos como el “ejecutor directo” de los golpes en América Latina siglo XXI.
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