Policía haitiano informó el miércoles de muerte de cuatro presuntos mercenarios y la captura de otros dos, acusados del asesinato del presidente, Jovenel Moise.
“La PNH (Policía Nacional de Haití) bloqueó la carretera que podría permitir la huida de los mercenarios. Algunos de ellos se habían refugiado en Pelerin, cuatro murieron en tiroteos, dos fueron arrestados, y tres policías tomados como rehenes fueron recuperados”, señaló el director de la entidad policial, León Charles, durante una conferencia de prensa.
Asimismo, precisó que tres agentes de la Policía fueron tomados como rehenes en la operación llevada a cabo para la interceptación pero que más tarde fueron liberados. “La policía sigue librando una batalla contra los asesinos, ya sea para detenerlos o simplemente para eliminarlos”, puntualizó Charles.
Una fuente dijo a ‘Gazzete Haiti’ que la Policía ha detenido a al menos 20 personas como parte de la investigación del asesinato del mandatario.
En la comparecencia ante los medios, el primer ministro interino, Claude Joseph, confirmó que la esposa del presidente, Martine Moise, quien también fue herida durante el ataque, se trasladó a un hospital de la Florida, Estados Unidos, y en estos momentos está fuera de peligro.
Joseph enfatizó en que tanto la Policía como el Ejército se esforzarán de conjunto por mantener la paz. “La situación de seguridad del país está bajo control y los asesinos del presidente pagarían por lo que hicieron en los tribunales”, aseguró.
De acuerdo con las afirmaciones de los testigos, unos hombres armados asaltaron a la residencia presidencial, y fueron identificados como integrantes de la Administración del Control de Drogas de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés).
Según el juez que ha encargado la investigación del caso, recogido por la prensa local, el mandatario, de 53 años, recibió 12 balas, y su oficina y su habitación fueron saqueadas.
Por su parte, el ministro de Comunicación y Cultura de Haití, Pradel Henríquez indicó que a partir de jueves es efectivo el estado de sitio y un toque de queda.
El Gobierno decretó además duelo nacional hasta el 22 de julio, mientras que los aeropuertos y la frontera terrestre se encuentran cerrados.
Haití atraviesa una fuerte crisis política desde mediados de 2018 y tuvo un pico el 7 de febrero, fecha en la que el Consejo Superior del Poder Judicial de Haití considera que finaliza el mandato de Moise. Sin embargo, el presidente dijo que debía gobernar hasta 2022 y denunció a la oposición de un intento de golpe de Estado.
Según Moise, fue elegido presidente de Haití en la primera vuelta de las elecciones de octubre de 2015; no obstante, dichos comicios fueron anulados debido a unas denuncias de fraude electoral. Más tarde, en 2016, fue declarado ganador de nuevo y así asumió la Presidencia el 7 de febrero de 2017, por lo que debería gobernar hasta el próximo año.
El asesinato del presidente haitiano se produce a poco más de dos meses de las elecciones presidenciales y legislativas convocadas para el próximo 26 de septiembre, unos comicios en los que Moise no podía ser candidato, pero el mandatario había convocado para la misma fecha un referéndum a fin de aprobar una nueva Constitución, un proyecto que no contaba con el apoyo de la oposición ni de la comunidad internacional.
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