Con más de 3 millones de votos válidamente emitidos, correspondiente a un 100 por ciento de las mesas escrutadas, y a alrededor de un 21 por ciento de personas habilitadas para sufragar (14 millones pueden hacerlo), la derecha agrupada en la combinación Chile Vamos, obtuvo sólo un 43, 3 por ciento de los votos.
De manera desagregada, de los 4 candidatos que llevó la derecha, Sebastián Sichel sacó la primera mayoría de ese sector con alrededor de 650 mil votos.
Por su parte, el progresismo, reunido en el conglomerado Apruebo Dignidad, obtuvo el 56,6 por ciento del total de sufragios. De esa cifra, el candidato de Convergencia Social, Gabriel Boric, sacó el 60 por ciento, equivalente a más de un millón de votos, mientras el candidato del Partido Comunista, Daniel Jadue, se quedó con casi el 40 por ciento, igual a casi 700 mil sufragios.
En términos estrictamente aritméticos, Boric sumó la mayoría de electores, luego Jadue y finalmente el candidato de la derecha, Sichel.
Los candidatos Boric y Sichel, no son los únicos candidatos que se presentarán a las elecciones presidenciales que se efectuarán en noviembre de 2021. Otras y otros se agregarán a la papeleta de fin de año desde ahora (por ejemplo, la direcciones políticas del PS y la DC se restaron de las primarias de este domingo, pero probablemente resolverán pronto un candidato común, como la socialista Paula Narváez o Yasna Provoste de la DC). También es preciso considerar las eventuales candidaturas del PC (Acción Proletaria); del ex Convergencia Social y actual alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp; y del neo-fascista José Antonio Kast del Partido Republicano.
Si bien la derecha recibió un golpe al mentón este 18 de julio, la victoria de Gabriel Boric no es garantía de una candidatura con un programa de izquierda, o siquiera socialdemócrata (en su sentido clásico). De hecho, Boric tuvo una participación protagónica en el llamado pacto social de unidad nacional del 15 de noviembre de 2019, que, además de hacerse a espaldas de la población, fue la fórmula de los partidos del orden para salvar la presidencia del violador serial de DDHH Sebastián Piñera, y ahogar lo antes posible la revuelta social iniciada el 18 de octubre de ese año, a través de una sui generis Convención Constitucional que inició su labor el pasado 4 de julio.
Nota en desarrollo.
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