El dos de julio un oleoducto submarino de Pemex, la compañía petrolera estatal de México, se rompió provocando un incendio en el Golfo de México. Ocurrió 50 metros de una plataforma de perforación en el campo marino Ku-Maloob-Zaap, que produce más de 700.000 barriles de petróleo al día. El oleoductó semejó un volcán en medio del oceáno lanzando lava. Los trabajadores de emergencia precisaron cinco horas para apagar las llamas.
Pemex, como muchas otras empresas petroleras, atesora muchos accidentes. Uno similar ocurrió también en 2015, cuando se incendió la plataforma marítima Abkatun Permanente, de la Sonda de Campeche. En el accidente fallecieron 4 personas. 300 empleados tuvieron que ser evacuados. Pero uno de los más graves ocurrió hace dos años con la explosión de un ducto de perforación que causó la muerte de 137 personas en Tlahuelilpan, Hidalgo. Otras 30 personas murieron en otra explosión en San Martín Texmelucan, Puebla. En 2015 varias explosiones también provocaron 25 muertes.
La producción de Pemex ha disminuido recientemente, con una caída de la producción cada año durante los últimos 15 años. Esto ha supuesto su endeudamiento en 114.000 millones de dólares, así como un aumento de las importaciones, y se entiende que una ligereza en su fase extractiva que redunda en los accidentes. Igualmente, en los últimos años Pemex ha utilizado la técnica de fracking para la extracción de su petróleo.
Mientras, por la parte de Estados Unidos también, Kenny Stancil, en Common Dreams, informaba también que desde el desastre del Deepwater Horizon en 2010 la explotación por fracking ha vertido 250 millones de litros de residuos tóxicos en el Golfo de México. Aquel desastre fue uno de los peores de la industria petrolera, pues se vertieron 4 millones de barriles de petróleo, que equivalen a 640 millones de litros. Aquello provocó incendios y la muerte de 11 trabajadores de la plataforma.
Según el informe (PDF) del Centro para la Diversidad Biológica (CBD) “Toxic Waters: How Offshore Fracking Pollutes the Gulf of Mexico” (Aguas tóxicas: Cómo el fracking en alta mar contamina el Golfo de México), a medida que aumenta la implementación de métodos “extremos” de extracción de combustibles fósiles en alta mar, como la fracturación hidráulica y la acidificación, aumentan los impactos. Durante la última década, el gobierno de Estados Unidos está permitiendo que las petroleras descarguen millones de galones de residuos peligrosos en el Golfo de México.
El boom del fracking en alta mar comenzó hace 10 años. Sin embargo, las autoridades aún no han analizado sus impactos ambientales y humanos. CBD explica que la fracturación hidráulica marina, como la terrestre, consiste en inyectar agua y productos químicos en el fondo marino para fracturar la roca y liberar el petróleo y el gas. Por otro lado, la acidificación consiste en inyectar ácido fluorhídrico o clorhídrico para escarbar vías en las paredes de la roca y liberar los combustibles fósiles. De toda la producción de petróleo y gas en alta mar de Estados Unidos, casi la totalidad, el 98%, tiene lugar en el Golfo de México”.
Aunque un informe de la industria a la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos reveló que “cada fracturación libera unos 81.310 litros de residuos de fracturación, incluidos biocidas, polímeros y disolventes, en el Golfo de México”, señaló CBD, la EPA permite a las empresas verter “cantidades ilimitadas” de subproductos tóxicos en el Golfo.
Los riesgos y los efectos nocivos de algunos productos químicos de la fracturación hidráulica son bien conocidos, sin embargo el impacto de más de tres cuartas partes de las sustancias utilizadas en la fracturación hidráulica ni siquiera ha sido estudiadas en cuanto a su impacto”en la salud humana y medioambiental, según el CBD.
Éstas son as conclusiones del informe:
- las comunidades y el ecosistema del Golfo experimentan una fuerte carga de contaminación por la infraestructura concentrada de combustibles fósiles y no pueden soportar la contaminación adicional del fracking
- desde 2010 el gobierno federal ha aprobado la fracturación hidráulica en el Golfo de México más de 3.000 veces, y la acidificación al menos 700 veces, sin ninguna supervisión significativa ni revisión medioambiental;
- Sin límites en los vertidos tóxicos, las compañías petroleras han vertido en el Golfo al menos 250 millones de litros de fluidos de fracturación, que contienen muchas sustancias conocidas por ser tóxicas tanto para las personas como para la vida silvestre, desde 2010 hasta 2020;
- Los productos químicos utilizados en la fracturación hidráulica y la acidificación en alta mar plantean importantes riesgos para la salud de las personas y la vida silvestre, incluidos daños reproductivos, neurotoxicidad, cáncer e incluso la muerte;
- La extracción extrema de petróleo y gas agrava la crisis climática;
- La industria de los combustibles fósiles perjudica al turismo y a la pesca, que crean alrededor de 2,85 millones de puestos de trabajo -más de 10 veces los empleos creados por la industria de los combustibles fósiles en el Golfo de México- y proporcionan más ingresos fiscales; y
- Las agencias estatales y federales no han supervisado ni regulado adecuadamente el fracking y la acidificación.
El CBD concluye que el fracking en alta mar es “intrínsecamente peligroso”, por lo que propone que “las agencias estatales y federales deberían prohibir el uso de técnicas extremas de petróleo y gas y dejar de emitir permisos para el fracking y la acidificación en alta mar”.
“También deberían dejar de permitir inmediatamente que las empresas petroleras viertan productos químicos tóxicos en el Golfo de México”.Además, el informe afirma que “dado que el fracking y la acidificación amplían la vida útil de la explotación de petróleo y gas en alta mar y aumentan la producción, permitir estas prácticas es incompatible con el interés nacional de hacer frente a la crisis climática.”
Dresde la elección de Joe Biden y su intención de reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos para 2030, las empresas fósiles han iniciado una ofensiva. Al mismo tiempo que ocurría este accidente de consecuencias trágicas para la emergencia climática, Keith McCoy, un alto miembro del grupo de presión de ExxonMobil afirmaba estar luchando en secreto contra los intentos legislativos. Éste identificó al senador demócrata Joe Manchin como uno de los legisladores objetivo de la campaña.Estas declaraciones fueron grabadas de forma encubierta por Greenpeace Reino Unido.
Mientras Isla Tortuga sufre una de las peores olas de calor de su historia, sin duda, resultado del calentamiento global, en el noroeste del Pacífico y en Canadá, alcanzando los 44º C. En Portland el calor ha provocado el que carreteras y rieles de tren se derritieran. También incendios forestales. Y ahora se preven huracanes.
Fuente: https://aplaneta.org/2021/07/08/arde-el-golfo-de-mexico-por-la-explotacion-petrolera/
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