La denuncia de Andrea Siqueira Valle fue difundida por el portal UOL y el diario "Folha de Sao Paulo"
Cada vez más afectado por el Vacunagate y los 123 pedidos de juicio político en su contra, el presidente de ultraderecha busca embarrar la cancha vinculando sin pruebas a jueces de la Corte Suprema con un supuesto caso de pedofilia.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue involucrado en el desvío de fondos públicos en sus tiempos de diputado, mediante la contratación de familiares como empleados fantasma o "ñoquis" que debían devolverle parte de sus sueldos. La información surgió de una investigación basada en audios de WhatsApp de una excuñada del jefe del Estado revelada por el sitio UOL y el diario Folha de Sao Paulo. Con un índice de desaprobación que acaba de subir del 36 al 48 por ciento de acuerdo a un sondeo privado, el mandatario de ultraderecha lanzó un furioso contraataque a la investigación por el llamado Vacunagate y sugirió que existen videos que vincularían un supuesto caso de pedofilia con algún miembro del Supremo Tribunal Federal, la máxima corte del país.
Las "rachadinhas" de Bolsonaro
En uno de los audios revelados por el portal UOL, la excuñada del presidente, la fisicoculturista Andrea Siqueira Valle, afirma que en sus tiempos de diputado (1991-2018) Bolsonaro se quedaba con parte del sueldo de sus colaboradores en concepto de retorno (lo que en Brasil se conoce como "rachadinhas"). Así lo habría hecho con su hermano André Siqueira Valle cuando trabajaba en el Congreso como asesor parlamentario.
"André causó muchos problemas porque nunca devolvió el dinero que debía ser devuelto. Tenía que devolver seis mil reales y el devolvía dos mil, tres. Hizo esto durante mucho tiempo hasta que Jair me llamó y me dijo: 'Basta, podés sacarlo del cargo porque nunca me devuelve el dinero que tiene que devolver", se escucha en parte de la grabación.
Otro de los audios divulgados registra conversaciones en las que Bolsonaro era citado como "01", apodo que lo indicaría como jefe de una banda irregular de la que participaba el expolicía Fabricio Queiroz, amigo de Bolsonaro que estuvo preso por coordinar la red de retornos de sueldos de asesores de Flavio Bolsonaro en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro. Queiroz también fue investigado debido a la transferencia de efectivo de origen dudoso a la esposa del presidente, Michelle Bolsonaro.
Las revelaciones de Siqueira Valle llegan en el peor momento de Bolsonaro en cuanto a popularidad. El sábado, por tercera vez desde el 29 de mayo, la oposición convocó manifestaciones en más de 300 ciudades para pedir su renuncia y exigir que avance alguno de los 123 pedidos de juicio político contra el mandatario. Entre los pedidos de impeachment se encuentran los dos recientes escándalos del gobierno por supuesta corrupción en la compra de vacunas contra el coronavirus. Por eso, el líder ultraderechista lanzó este lunes un contraataque que tuvo como blanco principal a la Corte Suprema.
"Chantaje" y "acusaciones absurdas"
En una serie de mensajes publicados en Twitter, Bolsonaro intentó vincular a la izquierda y la justicia brasileña con el abuso de menores. "Vamos a suponer que existe una autoridad filmada en una escena con menores (o con personas del mismo sexo o con traficantes) y que alguien llamado 'Daniel' recurra al chantaje amenazando con divulgar este video", dijo Bolsonaro. La referencia a Daniel es al exguerrillero y exjefe de gabinete de Luiz Inácio Lula da Silva, José Dirceu, quien usaba ese sobrenombre cuando se fue a Cuba durante la dictadura militar brasileña en los setenta.
"Cuando no tienen nada contra su objetivo principal, entonces persiguen a sus hijos, parientes y amigos. Abren investigaciones, acusaciones absurdas, quiebran el secreto bancario y telefónico, determinan allanamientos y dictan prisiones arbitrarias", afirmó Bolsonaro. El mandatario de ultraderecha dio a entender que el "chantaje" de Dirceu le posibilitó el arresto domiciliario en sus condenas por corrupción.
Bolsonaro habitualmente declara contra los miembros de la Corte brasileña y sobre todo contra Luis Barrosso, quien como titular de la justicia electoral rechaza las sospechas de fraude que el mandatario está lanzando sobre el sistema electoral brasileño mientras empieza a sentirse derrotado para las elecciones de 2022. De hecho, según un sondeo elaborado por el Instituto MDA, el expresidente Lula da Silva superaría a Bolsonaro en la primera vuelta y en un hipotético balotaje, al obtener el 52,6 por ciento de los votos frente al 33,3 por ciento del líder ultraderechista.
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