Resumen Latinoamericano, 19 de abril de 2022.
El pasado domingo, tanto Rusia como Ucrania publicaron imágenes de personas detenidas apelando a las autoridades para su intercambio. Por un lado, el ciudadano británico-ucraniano Aiden Aslin, marine en Ucrania desde 2018, apelaba a Boris Johnson para lograr que tanto él como el otro ciudadano británico en manos rusas puedan ser intercambiados por Viktor Medvedchuk, diputado y hasta hace poco líder del partido que lideraba las encuestas de opinión, detenido esta semana por el SBU en una operación más preparada para la propaganda que policial en sí. El SBU, por su parte, publicaba una declaración leída por Medvedchuk en la que el político apelaba a Vladimir Putin y Volodymyr Zelensky para ser intercambiado por “los defensores y civiles de Mariupol”. Finalmente, Ucrania ha desvelado qué quería a cambio de Viktor Medvedchuk.
Semanas después de condenar a la población civil y sus propios soldados a una batalla perdida desde el momento en que las fuerzas rusas y de la RPD sitiaron la ciudad y de rechazar la oferta de un corredor para que los soldados ucranianos abandonaran la ciudad, Ucrania pretende ahora mostrar su preocupación por la población civil y por sus soldados. En una oferta dirigida más a crear una narrativa que a una negociación real, Ucrania dice ahora, a través de Medvedchuk, querer recuperar a la población y a sus soldados, los mismos a los que no ha hecho un solo intento serio de enviar refuerzos. Ucrania busca así una victoria para la propaganda para poder justificar ante su audiencia lo que ya es inevitable: la pérdida de Mariupol.
Entre ofertas y contraofertas, las fuerzas rusas y republicanas siguen intentando acabar con los focos de resistencia que pueda haber en la zona industrial y otras zonas de la ciudad. Y queda ya un único fortín en la fábrica Azovstal, propiedad del hombre más rico de Ucrania, Rinat Ajmetov, y de gran importancia para la economía de la zona, motivo por el que, frente a la posibilidad de destruir las instalaciones con bombardeos aéreos, por el momento se ha optado por una estrategia más lenta, pero que no suponga la destrucción de las instalaciones.
“En total, quedarán unos 1500-2000 azovtsi en Azovstal. Seguimos manteniendo el cerco y gradualmente lo apretamos”, afirmó Alexander Jodakovsky, comandante del batallón Vostok en declaraciones a Vzglyad. Antes, las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa habían ofrecido a los militantes de los batallones nacionalistas deponer las armas.
“El asalto progresa de forma lenta por ahora. Hoy hemos tenido aviación y artillería. Al mismo tiempo, no se puede hablar de ningún avance rápido de las tropas”, añadió Jodakovsky, comandante del batallón Vostok de la Milicia Popular de la RPD.
“Ayer [el domingo], realmente se pidió a los azovtsi que se rindieran. Pero ahora hay cientos de pequeños grupos dispersos, que son grupos de dos a cinco personas y que están escondidos en diferentes edificios, estructuras, sótanos, pasajes subterráneos. Ni siquiera pueden comunicarse entre ellos”, explicó.
“Incluso aunque hubiera una orden del comando ucraniano para rendirse, simplemente no les llegaría. Es prácticamente imposible llegar a ellos incluso con un altavoz. Así que podemos decir que el plan estaba condenado de antemano”, añadió Jodakovsky, que también explicó que, pese a la reciente rendición masiva, sigue habiendo muchas fuerzas enemigas en el territorio de la zona industrial.
“Tenemos que asumir que ahora hay entre 1500 y 2000 soldados en Azovstal. De hecho, puede haber más, eso aún tenemos que verlo. Además, civiles me han dicho que incluso antes de que entráramos en la ciudad, los azovtsi dijeron a la población local que fuera con ellos a los refugios. Ahora puede haber ahí muchos civiles atrapados que no pueden salir”, explicó.
Jodakovsky también insistió en la muerte del comandante de la 36º Brigada de Marines de las Fuerzas Armadas de Ucrania Vladimir Baraniuk. “Estuvimos con él en varias zonas de la fábrica. No le vi ni vivo ni muerto, pero lo que está claro es que hicieron lo que hicieron después de su huida de la fábrica. Los militares ucranianos comenzaron a rendirse en masa al enemigo, no había nada que hacer. Nada más, solo la pérdida de los mandos, puede explicar esto. Tras haber perdido al comando, simplemente estaban desmoralizados. Y eso, por supuesto, juega a nuestro favor”, concluyó Jodakovsky.
El día anterior, las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa habían ofrecido a los militantes de los batallones nacionalistas y mercenarios extranjeros atrapados en Mariupol detener la batalla y deponer las armas. Sin embargo, los militantes que se encuentran en la zona industrial de Azovstal se negaron a deponer las armas, por lo que la batalla continúa.
El viernes, las tropas rusas y las de la RPD liberaron completamente la fábrica metalúrgica Ilich en Mariupol. Después, los militares ucranianos escaparon de sus posiciones en el edificio del museo de historia local cerca de la planta Azovstal. Además, el comandante de la 36ª Brigada de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Vladimir Baraniuk, fue encontrado muerto en Mariupol. Con él fueron encontrados, según el portavoz de la milicia popular de la RPD Eduard Basurin, sus efectos personales y su arma.
El sábado, el portavoz del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa, el mayor-general Igor Konashenkov, afirmó que todo el territorio urbano de la ciudad de Mariupol ha sido liberado de los militantes, que se ha saldado con la rendición de casi 1500 soldados, y los remanentes del regimiento neonazi Azov están atrapadas en Azovstal. Según Konashenkov, el 16 de abril, el número total de soldados ucranianos, miembros del regimiento neonazi y mercenarios extranjeros se había reducido a 2500 personas. Por su parte, Volodymyr Zelensky exigió a las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa abandonar el país y Mariupol. Según el presidente ucraniano, la destrucción de quienes están atrapados en Mariupol “pondrá punto final a las negociaciones”.
Fuentes: Vzglyad y Slavyangrad
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