Dio media sanción a una ley que eliminaría al cannabis de la lista federal de drogas peligrosas
La marihuana actualmente considerada por la Agencia de Control de Drogas (DEA) como equivalente al LSD, la cocaína o la heroína, a pesar de que más de las tres cuartas partes de los estados de Estados Unidos han legalizado su consumo con fines médicos y un tercio lo permite con fines recreativos.
La Cámara Baja del Congreso de Estados Unidos aprobó este viernes un proyecto de ley para despenalizar a nivel federal la posesión, venta y producción de marihuana, un paso histórico hacia su despenalización ya efectiva en muchos estados.
El texto, denominado Ley MORE, se votó siguiendo líneas partidistas (220 a favor, 204 en contra), y sólo tres republicanos se sumaron a la mayoría demócrata. Pero la aprobación en el Senado será más difícil, ya que los demócratas necesitan los votos de 10 senadores republicanos.
Segunda vuelta
Esta es la segunda vez que el texto se presenta en la Cámara de Representantes. Había sido aprobado en diciembre de 2020 por la mayoría demócrata pero no llegó a ser presentado en el Senado, entonces controlado por los republicanos.
La marihuana o cannabis actualmente es considerada por la Agencia de Control de Drogas (DEA) como equivalente al LSD, la cocaína o la heroína, a pesar de que más de las tres cuartas partes de los estados de Estados Unidos han legalizado su consumo con fines médicos y un tercio lo permite con fines recreativos. La Ley MORE eliminaría a la marihuana de la lista federal de drogas peligrosas. También anularía las condenas federales por delitos menores de drogas, que según los defensores conducen al encarcelamiento masivo que afecta principalmente a las minorías.
Impuesto
El texto introduciría además un impuesto -del cinco por ciento y que llegará al ocho por ciento- a la venta de marihuana y sus derivados, para financiar la atención y reinserción de las víctimas, en su mayoría afroestadounidenses, de la guerra contra las drogas iniciada por las autoridades del país en la década de 1980.
El proyecto "considera a la marihuana como un problema de salud pública más que como un delito y serviría para corregir el alto costo que causa su penalización en comunidades desfavorecidas y de color", aseguró el congresista demócrata Jerrold Nadler, autor principal de la propuesta.
La organización pro-cannabis NORML acogió con satisfacción la votación, diciendo que "ya es hora de dejar de castigar a los adultos por consumir una sustancia que es objetivamente más segura que el alcohol".
Conducir bajo sus efectos
Aaron Smith, de la Asociación Nacional de la Industria del Cannabis (NCIA), felicitó a los parlamentarios por "actuar una vez más para modernizar nuestra política federal respecto a la marihuana". Pidió al Senado que también apruebe el texto "para acabar con el error de la prohibición y promover un mercado de cannabis bien regulado".
La prohibición de la marihuana a nivel federal dificulta la expansión de su producción y su comercio legal. Según el sitio informativo a favor de la marihuana Leafly, el sector, en pleno auge, valía 25.000 millones de dólares y empleaba a 321.000 personas en 2021. Pero los bancos siguen reacios a financiar a productores o vendedores por temor a ser procesados por lavado de dinero.
Los opositores al texto insisten en los peligros de la adicción, especialmente entre los jóvenes, y los accidentes de tráfico por parte de conductores que la hayan consumido. Una enmienda prevé 10 millones de dólares para un estudio de las tecnologías que permitirían a las fuerzas del orden determinar si un conductor estaba bajo el efecto del cannabis. Los parlamentarios también aprobaron estudios de impacto de la legalización del cannabis en el lugar de trabajo y en las escuelas para "proteger a los niños de cualquier efecto negativo" de la reforma.
La legalización de la marihuana es muy popular en Estados Unidos, con una tasa de aprobación de 91por ciento de los estadounidenses, según una encuesta del Pew Research Institute del año pasado. Pero en la práctica, si la ley fuera aprobada y promulgada por el presidente Joe Biden, la marihuana no sería legal en todo el país, y los distintos estados aún podrían procesar a sus ciudadanos bajo la ley estatal.
La marihuana ya es legal en algunos países, y en diciembre de 2020 la Comisión de Estupefacientes de la ONU (CND) también la eliminó de su lista de drogas más peligrosas, en la que llevaba 59 años y que desaconsejaba su uso con fines médicos.
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