© Foto : Cortesía campaña de Gustavo Petro
En los últimos días, el candidato del Pacto Histórico cambió por completo su estrategia para llegar a la Casa de Nariño el próximo 7 de agosto. De la plaza pública a los hogares de los colombianos, la manera de vencer a Rodolfo Hernández en la segunda vuelta.
A pocos días de la segunda vuelta presidencial (19 de junio), Gustavo Petro, el candidato de la izquierda, ha venido cambiando su estrategia de hacer política, o mejor, de hacer campaña.
En una contienda electoral como la colombiana, nada se borra y todo queda marcado. Y permanece como una cicatriz por el trabajo del otro, del rival, que procura sacar provecho de cada mala salida de su contendor para potenciarse así mismo. Y eso es lo que dictamina el camino: reducir al mínimo los errores, potenciar al máximo los aciertos.
Luego de la primera vuelta, en la que Petro fue el ganador con más de ocho millones de votos, sus asesores entendieron que la cercanía con el ciudadano era necesaria para poder sumar más que Rodolfo Hernández, el ingeniero que tiene cautivado a los colombianos de a pie por su mensaje claro y repetitivo, por su populismo descomedido. Y si bien Petro también ha tenido muestras populistas, las de Hernández han tocado más la fibra del pueblo, es decir, han tenido más efecto.
Desde hace unas semanas, Petro se alejó de la plaza pública, algo que le gusta y donde se siente cómodo con discursos prolongados, arengas y sensaciones de caudillo. Y lo hizo porque necesita sumar ese millón y medio de votos que lo pongan en la Casa de Nariño el próximo 7 de agosto.
Han sido jornadas extensas en las que hemos visto al Petro pescador compartiendo con una familia del puerto de Honda (a 145 kilómetros de Bogotá) y transmitiendo de madrugada desde el río Magdalena. También al Petro silletero —persona que lleva en su espalda una estructura de madera con flores para la venta— en Antioquia (nororiente del país) interactuando con los habitantes de Santa Elena, corregimiento de Medellín famoso por sus flores.
Gustavo Petro como silletero en Santa Elena, corregimiento de Medellín
© Foto : Cortesía campaña de Gustavo Petro
La estrategia, conocida como micropolítica, lo ha llevado a ser minero por un día, a jugar en uno de los estadios más emblemáticos del fútbol aficionado en Bogotá, incluso a ser taxista y dialogar con uno de los gremios más poderosos del país.
El cambio de rumbo fue intenso y día tras día el candidato recorrió rincones de Colombia para relacionarse con el electorado. Estuvo en Quibdó, la capital de Chocó (noroccidente), cocinando un buen pedazo de pescado y se sentó a la mesa con una familia afrocolombiana. Luego hizo las veces de zapatero en Cúcuta —en la frontera con Venezuela— y muy cerca, en Santander, aprendió todo el proceso para fabricar dulces típicos como la panela y el bocadillo.
Petro al interior de una mina en Paipa, Boyacá
© Foto : Cortesía campaña de Gustavo Petro
Después viajó a la región ganadera de los llanos orientales, más exactamente a Casanare, para conocer una finca, montar a caballo y exponer sus ideas para este sector de la economía. En resumen, un Petro más humano y accesible a las personas, la imagen que quiere prolongar cuando sea presidente: un presidente para la gente.
"La micropolítica era necesaria en su campaña para llegar a nichos de población específicos y a regiones en las que el voto no detonó en primera vuelta, bien sea porque las maquinarias no actuaron o porque la gente no estuvo motivada", dice Carlos Andres Arias, gerente de la firma Estrategia y Poder, experto en marketing y comunicación política, y profesor de la Universidad Externado.
Arias resalta que si bien este cambio de rumbo en la campaña es acertado, quizá llegó un poco tarde, pues es un trabajo que se debió realizar con más anterioridad, sobre todo por el crecimiento que ha tenido Hernández y la fuerza con la que llega a la disputa final en las urnas.
Gustavo Petro durante la fabricación de la panela en Santander
© Foto : Cortesía campaña de Gustavo Petro
Además, Arias asevera que si bien este contacto cercano no es algo nuevo, ya que simultáneo a sus intervenciones en plaza pública se llevaba a cabo el espacio Petro Escucha con los habitantes de las regiones, la comunicación no tuvo la suficiente fuerza en materia digital.
"El Petro Escucha no tuvo la suficiente exposición, no se llevó a las redes de una manera adecuada y por eso puede que no haya tenido el impacto para conmover y modificar la intención de voto. Hay que saber que la representación social de la realidad tiene peso siempre y cuando se defina el enfoque o las pantallas a través de las cuales se quiere comunicar. Y eso no sucedió antes de la primera vuelta", concluyó Arias.
Los videos que perjudican a Petro
Hace unos días se filtraron videos de horas y horas de reuniones en las que Petro y sus cercanos definen la estrategia para llegar a la Presidencia. Se escuchó a Roy Barreras, senador y vocero del Pacto Histórico en el Congreso, hablar de acabar electoralmente con otros candidatos y dividir al centro político y en otro video se vio a un asesor ordenando potenciar la mala imagen de Federico Gutiérrez, el exaspirante presidencial que no pasó a la segunda vuelta y que era apoyado por el expresidente Alvaro Uribe, pero en ninguna grabación conocida se escuchó a Petro.
"Algunos videos están sacados de contexto. Publican los pedacitos que les conviene", dijo en su momento a los medios el jefe de debate de Petro.
Estos videos, que fueron revelados por la revista Semana a pocos días de la segunda vuelta, alteraron el panorama político y causaron una pequeña tormenta en el clima electoral.
"Hay varias cosas para analizar en cuanto a los videos. Primero, que si bien esas charlas suelen ser habituales entre estrategas y candidatos, también el tono y lo que se plantea, eso no quiere decir que haya que normalizarlas. Y segundo: si esta campaña habla del cambio y quiere representar el cambio y hace política como siempre, el discurso pierde credibilidad", concluye Arias.
Por ahora, a pocos días de que los colombianos conozcan al nuevo presidente, cada quien apela a lo que cree más acertado. Petro y su cercanía con la ciudadanía y Hernández y sus videos de TikTok, el fuerte en las redes sociales.
https://mundo.sputniknews.com/20220615/gustavo-petro-y-la-tarea-de-ser-el-presidente-de-la-gente-1126786919.html
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