La crisis de Ucrania reveló una debilidad y una fisura en el 'escudo' de la Alianza del Atlántico Norte (OTAN), opina el columnista Simon Tisdall en un artículo para 'The Guardian'. Según el periodista, la OTAN es una organización menos cohesionada, poderosa y organizada de lo que puede parecer a primera vista. Tras el inicio de la operación especial rusa en el Donbass, algunos aliados han dado un paso al frente mientras que otros importantes miembros europeos se escudan en una alianza que antes despreciaban y descuidaban.
"La utilizan para evitar asumir costosos compromisos nacionales con Kiev que podrían enfadar a Moscú", sugirió Tisdall. Citó como ejemplo al presidente francés, Emmanuel Macron, que "prefiere hablar a actuar"; al canciller alemán, Olaf Scholz, que "personifica la vacilación y el retraso", y al primer ministro húngaro, Viktor Orbán que "rompe las sanciones" antirrusas.
Asimismo mencionó al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cuya posición de "sabotear las solicitudes de adhesión de Finlandia y Suecia también socava un frente unido". "En conjunto, todas las razones y excusas para la pasividad y la inacción dan la imagen de una alianza mucho menos unida, poderosa y organizada de lo que pretenden sus admiradores", escribió.
Tisdall subrayó que sería poco realista esperar una unanimidad política sin fisuras en una organización tan grande. "El hecho de que cada miembro tenga la misma voz cuando, en términos de capacidad militar, son absurdamente desiguales, dificulta la toma de decisiones rápidas y audaces".
Al mismo tiempo, existe una enorme dependencia de EEUU, una superpotencia militar sin cuyo acuerdo no ocurre nada y detrás de cuyo poderío "acechan los rezagados".
Desde el punto de vista organizativo y militar, la OTAN está muy dispersa. Tiene tres cuarteles generales de mando conjunto: en Italia, Países Bajos y EEUU. Sin embargo, su general de mayor rango (estadounidense, por supuesto) tiene su base en Bélgica. La interoperabilidad de los sistemas de armas de los distintos países es escasa, al igual que los ejercicios de entrenamiento conjuntos, la adquisición de armas y el intercambio de información.
Además, el columnista señala que si el conflicto en Ucrania continúa, las debilidades y vulnerabilidades de la OTAN, ignoradas durante mucho tiempo, se harán aún más evidentes y peligrosas. "Su farol postsoviético puede quedar finalmente al descubierto".
A finales de 2021, Rusia publicó los borradores de un tratado con EEUU y un acuerdo con la OTAN sobre garantías de seguridad. En particular, Moscú exigió garantías legales a los socios occidentales sobre varios puntos claves:
- la no expansión de la OTAN hacia el este,
- la no adhesión de Ucrania al bloque,
- la no entrega de armas atómicas al país neofascista y
- el no establecimiento de bases militares en los países postsoviéticos.
Las propuestas también incluían una cláusula sobre el no despliegue de las armas de ataque de la OTAN cerca de las fronteras de Rusia y la retirada de las fuerzas de la alianza en Europa del Este a sus posiciones de 1997. Ni Washington ni la OTAN dieron una respuesta constructiva a los elementos básicos del proyecto ruso. En algunos casos se burlaron de las peticiones. Así les va.
Sputnik / La Haine
Periódico Alternativo publicó esta noticia siguiendo la regla de creative commons. Si usted no desea que su artículo aparezca en este blog escríbame para retirarlo de Inmediato
No hay comentarios.:
Publicar un comentario