Nicaragua investiga a un obispo acusado de “organizar grupos violentos” para generar desorden en el país y desestabilizar al Estado.
La Policía nicaragüense arremetió el viernes contra las altas autoridades de la Iglesia católica en el departamento de Matagalpa por usar su condición de líderes religiosos para crear un ambiente de zozobra y alterar la paz de la sociedad.
“Las altas autoridades de la Iglesia católica, Diócesis de Matagalpa, encabezada por el obispo monseñor José Rolando Álvarez, (…) están intentando organizar grupos violentos e incitándolos a ejecutar actos de odio”, comunicó.
La institución afirmó que su objetivo fue desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales.
El obispo se encuentra recluido desde el jueves en el Palacio Episcopal y se ha iniciado un proceso de investigación para determinar la responsabilidad penal de las personas involucradas en este acto.
La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, en una referencia implícita al obispo declaró que “provocar, hacer ostentación de impunidad es un delito sobre todo cuando lo que se provoca es discordia, desenfrenos”.
En declaraciones ofrecidas a los medios antes del anuncio de la Policía nacional, la titular nicaragüense, recalcó que el odio es un crimen, que todo crimen es un delito, y un delito debe investigarse.
Las autoridades nicaragüenses acusan a la oposición de ejercer “terrorismo golpista”, con el apoyo financiero de Estados Unidos, para incitar a la inestabilidad en el país y sacar del poder al presidente sandinista Daniel Ortega.
msm/mkh
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