En los últimos años, Catar ha sido uno de los más visitados por el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, ocupando un papel central en la promoción de los productos de defensa del país. A pesar de la relevancia del Mundial del Fútbol 2022, las relaciones entre Brasilia y Doha no se limitan al ámbito futbolístico.
Jair Bolsonaro visitó la ciudad de Doha en 2019 y 2021, acompañado de delegaciones de peso, con ministros de Defensa, Exteriores, sus hijos y hasta la primera dama, Michelle Bolsonaro. Catar es uno de los países más visitados por el presidente brasileño durante su mandato, solo superado por potencias como EEUU.
Durante la visita de la delegación brasileña en 2019, a las figuras como el entonces canciller, Ernesto Araújo, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Onyx Lorenzoni, y el ministro jefe del Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia del país, Augusto Heleno, se les presentaron unos artículos de lujo, lo que dio lugar a procesos en la Comisión de Ética de la Presidencia de Brasil. El único funcionario que devolvió el regalo fue el entonces embajador en Doha Roberto Abdalla, informó el portal Jota.
Otra figura importante en la capital de Catar es el diputado Eduardo Bolsonaro, quien buscó sellar la cooperación entre el Instituto Liberal Conservador, que preside, y organizaciones similares en los países del Golfo Pérsico, informó Congresso em Foco. Sin embargo, la información sobre los viajes del tercer hijo del presidente a la región está protegida por la confidencialidad.
En 2020, el viaje de Jair Bolsonaro a Doha estuvo marcado por una caravana y los videos en los que el presidente mostraba su lujosa habitación de hotel a la población brasileña.
Industria de la Defensa
Sin embargo, estos hechos esconden una importante asociación entre Catar y la industria de defensa brasileña. La monarquía del Golfo está interesada en invertir y adquirir tecnología militar de países no centrales para diversificar su cartera de compras y reducir la dependencia de países como EEUU, Francia y el Reino Unido.
Las empresas brasileñas del sector de la defensa llevan décadas operando en Catar, en particular la Companhia Brasileira de Cartuchos (CBC) y Condor, fabricante de tecnologías no letales. Además, la empresa aeroespacial Avibras suministra su sistema Astros a las Fuerzas Armadas cataríes desde 2014.
Para continuar con esta cooperación en materia de defensa, una amplia delegación brasileña participó en la feria militar Milipol, en Doha, en 2021. Brasil fue uno de los pocos países que instaló su propio stand en el evento, reuniendo a nueve empresas nacionales del sector.
El Gobierno estuvo representado por miembros de la Secretaría de Productos de Defensa (Seprod), con el entonces secretario Marcos Rosas Degaut Pontes. En la iniciativa privada participaron la Asociación Brasileña de Industrias de Materiales de Defensa y Seguridad (Abimde) y empresas como ATECH, Avibras, CBC, Condor, Embraer, Kryptus y Taurus.
Reconociendo el potencial de las relaciones entre Brasil y Catar en materia de defensa, los países llevan años discutiendo la formación de un fondo de inversión bilateral en la industria bélica. La iniciativa sería financiada por Barzan Holdings, el brazo inversor del Ministerio de Defensa catarí.
En previsión de la realización de este proyecto, el entonces ministro de Defensa Walter Souza Braga Netto firmó un acuerdo de cooperación militar con su homólogo catarí, Jalid bin Mohammad Al Attiyah, durante el viaje presidencial en noviembre de 2021.
Bolsonaro en Arabia
El enfoque de la política exterior de Bolsonaro en Catar tomó a muchos analistas por sorpresa. Sin embargo, las relaciones más estrechas se remontan a mucho tiempo atrás. En 2010, el entonces presidente Lula visitó el país, seguido por el entonces vicepresidente Michel Temer en 2011 y Dilma Rousseff en 2014.
Como afirma Maiko Jhonata de Araújo Gomes, máster en Relaciones Internacionales de la Universidad Estadual de Paraíba, la atención prestada a Oriente Medio durante los primeros mandatos de Lula no tuvo precedentes en la historia del país latinoamericano.
"Brasil se destacó tanto en la región en ese período que fue el primer país extrarregional en ser invitado a ser Estado observador en la Liga Árabe", expresó a Sputnik.
El intenso ritmo diplomático, agregó Gomes, no se mantuvo durante el Gobierno de Dilma debido a la crisis económica brasileña y a los
acontecimientos de la Primavera Árabe. La reanudación de las relaciones llevada a cabo en el Gobierno de Bolsonaro, sin embargo, sigue nuevos parámetros.
"Una gran diferencia del enfoque del Gobierno de Bolsonaro es que las relaciones ya no se dan a nivel regional", declaró Yasser Hassan Saleh, profesor de Relaciones Internacionales y estudiante de doctorado en la Universidad de la ciudad de Tomsk.
"En los Gobiernos de Lula y Dilma, el enfoque fue el acercamiento entre Sudamérica y los países árabes en general", aseveró.
Según Saleh, Bolsonaro prefirió mantener relaciones estrictamente bilaterales con los países del Golfo, privándolos de carácter estratégico.
"Estas relaciones no tienen carácter estratégico, porque no aspiran a transformar la estructura de poder internacional (…) Los objetivos de estas relaciones son, pues, restringidos", agregó Saleh.
Por otro lado, Gomes señala que la preferencia de socios como Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Catar refleja el alineamiento automático de la política exterior bolsonarista con Washington.
"Estas relaciones servían a los intereses de EEUU (…) nos acercamos a los países aliados de Estados Unidos y nos alejamos de otros protagonistas como Irán y Palestina", subrayó Gomes.
El especialista recuerda que Brasil llegó a negar el repostaje de buques iraníes en sus puertos y no condenó
el asesinato del general iraní Qassem Soleimani por parte de las fuerzas estadounidenses, considerando el incidente como resultado de la "lucha contra el flagelo del terrorismo", expresó Itamaraty en un comunicado. A pesar de las dificultades para mantener relaciones amistosas con todos los actores de esta conflictiva región, los expertos creen que Brasil tiene mucho que ganar en el Golfo Pérsico.
"Estamos hablando de un mercado de consumo muy fuerte, de un centro de integración comercial y empresarial, y de un centro de atracción de capitales de Eurasia y África", recordó Saleh a tiempo de apuntar que los países del Golfo son grandes exportadores de capital, y Brasil "necesita capital".
Mientras que para Gomes la política de acercamiento de estas monarquías ha tenido éxito, a pesar de sus contradicciones en materia de derechos humanos y protección de las minorías sociales.
"A finales de 2021, las exportaciones brasileñas a Oriente Medio ascendieron a 14.000 millones de dólares, lo que supone un aumento de cerca del 26% de los ingresos en comparación con el año anterior", consideró.
Los principales importadores de productos brasileños fueron EAU y Arabia Saudita, añadió Gomes. Asimismo, las exportaciones brasileñas a los EAU aumentaron un 13% entre 2020 y 2021, mientras que las destinadas a Arabia Saudita se expandieron un 9,78%.
"También tenemos un aumento de las importaciones brasileñas de productos de la región. En 2021, la compra de productos árabes fue de 9.820 millones de dólares, un aumento del 82% en comparación con 2020 (…) Una buena parte de estas importaciones procedía de los EAU y Arabia Saudita", reveló el experto.
3 de noviembre, 21:02 GMT
Los resultados del acercamiento a Catar también son elocuentes. Los ciudadanos brasileños ya no necesitan visado para visitar la monarquía, y el número de vuelos directos operados por la compañía Qatar Airways entre ciudades brasileñas y Doha sigue aumentando.
"El acercamiento a estos países
debe continuar con el Gobierno de Lula, pero será muy difícil ignorar las cuestiones sociales y la reanudación del apoyo a la causa palestina en Brasil", concluyó Saleh.
Catar es uno de los países con mayor renta per cápita del mundo. Su población se estima en 2,8 millones de habitantes, de los cuales unos 1.200 son brasileños. La monarquía es el mayor exportador de gas natural licuado del mundo y cuenta con las terceras reservas confirmadas de gas natural del planeta.
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