El presidente de Colombia, Gustavo Petro, durante una ceremonia en Bogotá, la capital, 2 de junio de 2023. (Foto: AFP)
La sociedad, el Congreso, las fuerzas políticas, viven un momento de definición, afirmó Petro, sobre el caso de las escuchas ilegales que salpica a su gobierno
En entrevista exclusiva a la agencia de noticias AFP, desde París, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, advirtió el viernes que “el Congreso y las fuerzas políticas en Colombia se acercan a un momento de definición, deben evitar la tentación de derribar gobiernos a través de golpes” y sumarse a un pacto social basado en “la construcción de una nueva riqueza”.
Petro se encuentra en la capital francesa donde participó en la Cumbre para un Nuevo Pacto Financiero Mundial, junto al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva y el mandatario anfitrión, Emmanuel Macron, entre otros jefes de estado.
“Si se va hacia la violencia de destruir el gobierno popular, el pueblo responderá, pero si la oposición acepta nuestra invitación, podremos construir una gran nación pacífica, moderna y profundamente democrática, que es a lo que aspiro”, subrayó el mandatario colombiano.
Petro enfrenta un momento crítico en su Gobierno, cuando está siendo señalado de aplicación de escuchas telefónicas por parte de los organismos colombianos de inteligencia, lo que Petro define como el intento de la oposición de torpedear su labor gubernamental, sus proyectos de “paz total” y de un “pacto social”.
Su falta de mayoría en el Congreso le ha impedido aprobar medidas clave como la reforma laboral que aspira a reducir la jornada de trabajo, ordenar el pago de horas extras y endurecer las condiciones para los despidos.
Sobre su reforma agraria, Petro estimó que “resolver el problema de la tenencia de la tierra, permitirá mejorar las condiciones de desigualdad social y plantear la base de una industrialización del país”.
En noviembre pasado, el presidente colombiano ya pisó el mismo recinto, durante el Foro de París sobre la Paz, para presentar su plan de “Paz Total”. Desde entonces, el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), última guerrilla activa en el país, firmaron a principios de junio, en La Habana, capital de Cuba, un acuerdo de cese el fuego por un plazo de seis meses, esperando conseguir lo mismo con el Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de la exguerrilla de las FARC, en un proceso para el cual ya están las delegaciones configuradas, según reveló.
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