Angélica Ferrer
Corresponsal en México
El gasto e inversión públicos son dos de los conceptos más importantes de un país. Con ellos, las administraciones pueden realizar diversas acciones para el desarrollo de sus naciones. Pero, en los últimos años, mandatarios como Javier Milei, en Argentina, y Andrés Manuel López Obrador, en México, han mostrados posturas distintas sobre su uso.
Desde su campaña rumbo a la Presidencia argentina, Milei propuso un
recorte al gasto, argumentando que los mandatarios anteriores causaron un fuerte
déficit fiscal por tomar deuda y subir impuestos, por lo que ahora
aplica un
Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para tomar cartas en el asunto.
Además, apuesta por la
disminución de la inversión pública a niveles mínimos, incluso, hasta
llegar a cero.
Esta clase de propuestas han sido criticadas por su homólogo mexicano, quien ha sido enfático sobre la relevancia de proteger, en especial, la inversión pública del país latinoamericano.
"¿Por qué creció el sureste [de México] al doble que el norte en el primer semestre de este año? Por la inversión pública. Pero tiene otros secretos la inversión pública: primero, reactiva la economía pronto; genera muchísimos empleos; se hacen las obras que se requieren. Pero, además de eso, con [ella] pueden estar las tasas altas y se resiste", comentó López Obrador el 11 de diciembre, posterior a la asunción de Milei.
El jefe de Estado de México reconoció que, aunque las inversiones privada y extranjera han tenido auge en los últimos tiempos, la de corte público ayuda aún más a la nación.
Debido a estas visiones y el peso que tienen ambos rubros, Sputnik consultó a dos especialistas en la materia para explorar este tema, especialmente ante los cambios que se avecinan en 2024.
¿De qué se trata cada uno?
Tanto el gasto como la inversión públicos van de la mano. En entrevista para este medio, el maestro en economía Raúl Ignacio Morales Chávez, explica que el primero consiste en los recursos financieros, materiales y humanos que cada Gobierno utiliza para cumplir sus funciones y, entre ellas, satisfacer las necesidades y servicios públicos de la sociedad.
"El gasto público no es un sistema neutro porque tiene una serie de decisiones públicas que deben ser tomadas en cuenta. Por ejemplo, estos recursos están dirigidos a diferentes sectores de la sociedad, dependiendo de la presión que estos ejercen para que el presupuesto le sea favorecido", comenta.
Posteriormente, es debatido y analizado por actores políticos, como los legisladores que conforman, por ejemplo en México, el Congreso de la Unión, compuesto por la Cámara de Diputados (cámara baja) y el Senado de la República (cámara alta).
20 de diciembre, 15:00 GMT
A su vez, este se divide en dos categorías: gasto programable y no programable. En entrevista para Sputnik, la subdirectora de análisis económico de la empresa Monex, Janneth Quiroz, destaca que el primero se destina a las dependencias, lo que mantiene trabajando al gobierno. El segundo se utiliza para eventualidades o puntos extraordinarios.
"Siempre se ejerce a través del presupuesto que se plantea y, en el caso de México, se plantea en septiembre de cada año. Después, el Congreso lo revisa, hace cambios y se aprueba. Se ejecuta mes con mes, de acuerdo con lo establecido" por las autoridades, menciona.
Mientras tanto,
según la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la inversión pública forja la infraestructura esencial "para el crecimiento económico a largo plazo y el bienestar social, por ejemplo, apoya la provisión de servicios públicos, como las escuelas".
Además, continúa el organismo, cuando se aplica en grandes obras o en transporte, puede impulsar la productividad y competitividad.
"Los gobiernos también pueden invertir en investigación y desarrollo, lo que contribuye difundir nuevas herramientas y conocimientos que fomentan la productividad y contribuyen a crear empleo en sectores de alto valor agregado", expone.
Diferencias y perspectivas de México y Argentina
Los expertos coinciden en que la manera en que el gasto e inversión públicos se ejecutan depende en gran medida de las metas que cada Gobierno tenga.
Por ejemplo, en el caso mexicano, la Administración encabezada por López Obrador desde diciembre de 2018, tiene una fuerte cercanía con las grandes obras, como el
Tren Maya o la
refinería de Dos Bocas, por citar algunas, con las que busca fortalecer al sureste del país latinoamericano.
La situación de Milei es muy distinta. El político libertario acaba de tomar el mando de la Casa Rosada y su política se basa en el neoliberalismo, un cambio de 180 grados respecto al Gobierno de su predecesor, Alberto Fernández, cuyos ideales y acciones estaban más alineadas a las del mandatario mexicano.
De acuerdo con Quiroz, los recortes al gasto público que desea hacer el jefe de Estado argentino no son malos, pero hay que tomar en cuenta diversos factores.
"Tener un gasto excesivo, si la economía no está generando los ingresos suficientes, normalmente el país termina endeudándose (...). Creo que es necesario tener un balance público equilibrado (...). El que haya una responsabilidad hacendaria, es decir, que existan finanzas públicas balanceadas, es una buena noticia", precisa.
Sobre este mismo caso, Morales Chávez, quien es docente en la UNAM, señala que, tras la pandemia de COVID-19, América Latina sufrió fuertes golpes económicos, pero naciones como Argentina, donde había menos ingresos y más gasto para paliar las afectaciones del coronavirus, una de las decisiones que tomaron fue adquirir préstamos con entes internacionales o intentar saldar las deudas con actores como el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que acabó afectando más a su población.
Por ende, el experto hace énfasis en que el nuevo mandatario requiere, primeramente, analizar la situación de su nación antes de decidir el destino del gasto público.
"Lo que está haciendo es tomando deuda para dolarizar. Ese es un problema muy grave. No sabe en qué se está metiendo. Generalmente cuando se ha intentado hacer eso sí se han tenido severos problemas. (...) Milei quiere romper lazos, pero su principal socio comercial es Brasil y el segundo es China. Es meterse el pie solo", reitera.
Ante este panorama, los especialistas estiman que, lo ideal en ambos casos, y más con las elecciones presidenciales de México, que se realizarán en 2024, es esperar las decisiones que las administraciones tomen y analizar las repercusiones al respecto.
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