Por Henry Omar Vera. Resumen Latinoamericano, 14 de marzo de 2024.
En un rincón de la isla de Cuba, la presencia de la base naval estadounidense en Guantánamo es mucho más que una cuestión territorial; representa una flagrante violación del derecho internacional y un recordatorio constante de la injusticia arraigada en la soberanía de un país. Desde su imposición hace 121 años, este enclave se ha convertido en un símbolo de la opresión y el desafío a la integridad territorial que desafía las normas y principios básicos del derecho internacional.
La persistencia de la base naval en Guantánamo se erige como un monumento a la falta de respeto por la soberanía de Cuba y un desdén flagrante por la autodeterminación de los pueblos. La transformación arbitraria de parte de este territorio en una cárcel o campo de detención bajo la administración de George W. Bush en el 2002 solo refuerza la idea de que esta base militar no solo representa una ocupación ilegal, sino que también ha sido utilizada para fines que violan los derechos humanos y los principios más básicos de justicia y humanidad.
La comunidad internacional no puede permanecer indiferente ante esta afrenta al derecho internacional y a los valores fundamentales de respeto soberano entre las naciones.
La exigencia de #DevuelvanGuantanamoYa no solo es un llamado a la devolución de un territorio usurpado, sino un grito por la justicia, la dignidad y el respeto a los principios universales de igualdad y soberanía nacional. En un mundo regido por normas y leyes internacionales, la presencia de esta base naval ilegal en Guantánamo es un testamento a la necesidad urgente de rectificar una injusticia histórica que no puede ser ignorada ni silenciada. «un puñal enclavado en el corazón de la tierra cubana», representa un símbolo doloroso de la injusticia y la ocupación extranjera que ha marcado la historia de la isla.
A lo largo de más de un siglo, Guantánamo ha sido un punto de conflicto y controversia, siendo incluso convertido en una cárcel o campo de concentración por el expresidente George W. Bush en el 2002. Esta acción no solo manchó la reputación del territorio, sino que también simbolizó una flagrante violación de los derechos humanos y la dignidad de las personas que han sido recluidas allí. A pesar de las fuertes críticas y las llamadas internacionales por el cese de esta ocupación ilegal, la base naval de Guantánamo sigue operativa, recordando a Cuba y al mundo entero la persistente lucha por la justicia y el respeto a la soberanía nacional.
La base naval de Estados Unidos en Guantánamo representa un desafío directo al orden jurídico internacional, un recordatorio constante de la hipocresía y la injusticia que subyacen en la comunidad internacional. En este aniversario, es imperativo recordar que la lucha por la devolución de Guantánamo va más allá de las fronteras de Cuba; es un llamado a la justicia global y al respeto por los principios que sustentan un mundo basado en la equidad y el imperio de la ley.
En medio de la conmemoración de estos 121 años de lucha y resistencia, Cuba reafirma su llamado a la comunidad internacional para que se haga justicia y se restituya la soberanía sobre Guantánamo, demostrando su firme compromiso con la paz, la justicia y la autodeterminación. Mientras tanto, la nación cubana sigue firme en su posición, demostrando que la memoria histórica y la lucha por la dignidad continúan vivas en el corazón de cada cubano que defiende la soberanía de su patria.
Fuente: Razones de Cuba
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